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MAS ALLA DEL BIEN Y DEL MAL

Fritz, Paul y Lou, un triángulo que intenta construir una nueva moral, es el meollo de la última película de la Cavani

1 de octubre de 1984

"Más allá del bien y del mal" es un caso extraño. Le hace sentir a uno la obligación de afirmar que es una gran película. Tiene todas las características de lo que solemos clasificar como obra compleja y profunda: hay escenas claramente simbólicas, hay pasos difíciles de un tiempo a otro, del presente al pasado, hay cambios de narrador, en algunos momentos Fritz es quien nos cuenta el argumento, en otros es Paul o Lou. Todo esto puede pesar para que uno se sienta mal, atrasado, inculto e ignorante si no proclama la genialidad de la película. Yo salí añorando las obras anteriores de Liliana Cavani, "Portero de noche", "La piel". Las prefiero. Pero tampoco quedo tranquilo al escribir que no me gustó, porque me impresionó la capacidad de la película para crear una atmósfera como lúgubre, pesada, cruel, en la que unos personajes tratan angustiosamente de vivir.
Entonces pienso que "Más allá del bien y del mal" es una obra hecha para ser sentida y que la confusión que puede provocar es parte de esa atmósfera, que si todo fuera claro en la obra uno podría comprender que Fritz, Lou y Paul están viviendo un caos interno, lo comprendería fríamente pero no sentiría la relación del caos interno de los personajes con el de todo lo que los rodea.
Fritz (Federico Nietzsche), Paul Rée, Lou Salomé, los tres protagonista, son una continua confusión interna; dicen buscar algo pero en sus actuaciones uno no sabe si se están contradiciendo con sus teorías o si estas los obligan a actuar con furor e incoherencia, o si es que sus teorías son irrealizables.
El propósito de los dos filósofos alemanes, Fritz y Paul Rée, y de la socialista judía, Lou Salomé, es la construcción de una nueva moral más allá del bien y del mal. El intento de convivir en un triángulo sin reglas se constituye como en un laboratorio donde se experimentará la nueva moral, que nunca se formula explícitamente.
El experimento es doloroso. El triángulo --la nueva trinidad, en términos de Fritz-- es bombardeado desde muchos puntos, en él entran y salen otros seres como la hermana de Fritz --Elizabeth-- y Karl. Desde el punto de vista de nuestra moral, que está más acá del bien y del mal, el experimento no sólo es doloroso sino destructivo para quienes lo intentan y para los que los rodean.
El teatro lleno
Yo he visto fracasar películas menos abstractas, con personajes más definibles y manejables. De haberla visto antes le habría pronosticado a esta película de Liliana Cavani dos o tres días en cartelera, y ahí está, con teatro repleto en la segunda semana y el público siguiendo con gran interés el desarrollo del triángulo experimental. Hasta aplausos se escucharon al final de la proyección.
¿Qué tiene "Más allá del bien y del mal", que esté provocando tanto interés? Podría ser que existe entre nosotros un público conocedor de las teorías filosóficas de Paul Rée y de Federico Nietzsche en las que se basa la película. Un público, por lo tanto, capacitado para llenar los vacios y completar las sugerencias que deja la película. Puede ser también que esa especie de profecía con que termina la película (los personajes aceptan el fracaso de la experiencia pero simultáneamente intuyen que son precursores, a finales del siglo pasado, de unos valores que se irían imponiendo en el siglo veinte) se haya tornado en realidad. De ser así, el espectador estaría siguiendo en la pantalla los orígenes de lo que está viviendo en el presente.
Pero seguramente se trata de un fenómeno menos racional y más emocional. Aunque no se comprenda nada, aunque no se reconozcan filosofías sobre la moral y el superhombre o teorías sociales sobre la función de la clase obrera, se puede vivir la angustia con que Paul, Fritz y Lou buscan construir en sus vidas la nueva moral, renegando a la seguridad que da la obsecuencia a las normas que rigen la sociedad.
Al releer lo escrito hasta aquí me doy cuenta de que está lleno de ambiguedades, de ires y venires. Digo al principio que no me gustó la película pero a continuación hablo como si me hubiera gustado. En último términa lo que menos me interesa es tratar de definir si la película es buena o mala.
Me parece más interesante tratar de explicar la respuesta tan positiva del público a una obra aparentemente difícil. En este sentido es secundario que Fritz sea Federico Nietzsche, que Paul y Lou sean personajes reales y que los tres hayan vivido en el período que va de 1845 a 1901, lo importante es que le están diciendo algo al público, algo relacionado con la necesidad de construir nuevos valores, de construirlos, no de recibirlos ya hechos, listos para ser consumidos (aplicados).--