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Andrés Calamaro es un compositor incansable. Los colombianos tuvieron noticia de él en 1988, con la canción 'Mil horas', cuando formaba parte de Los Abuelos de la Nada

entrevista

‘Yo sigo con mi discurso políticamente incorrecto’

Pocos artistas pueden mostrar una producción tan prolífica como Andrés Calamaro, quien se presenta por primera vez en Colombia.

13 de septiembre de 2008

Andrés Calamaro, uno de los grandes iconos del rock argentino, se presenta por primera vez en Colombia. El jueves 16 de octubre, en la plaza de toros La Macarena, de Medellín; en Cali, el sábado 18 en la plaza de toros de Cañaveralejo, y el martes 21 de octubre, en el parque Simón Bolívar de Bogotá. SEMANA habló con él.

SEMANA: ¿Con cuál de sus apodos (‘Andrelo’, el ‘Salmón’, el ‘Cantante’, ‘Dylanmaro’) se siente más identificado, y por qué?
ANDRÉS CALAMARO: Prefiero el ‘Gaucho’, como me llaman en mi casa, o el ‘Comandante’, como me llaman en las giras. También me sentiría identificado con ‘AK47’, pero sólo por un año.

SEMANA: A partir de el ‘Cantante’ se ha sentido usted tan cómodo cantando ‘covers’ como canciones propias. ¿Qué tan diferente es interpretar lo uno y lo otro? ¿Es posible decir que ese álbum es la carta de presentación de un Calamaro algo más, digamos, ‘crooner’? ¿Más cantante que cantautor?
A.C.: Ahora, quisiera poder decirle que, estoy más “soul man”… Cantar canciones ajenas es hacerlas propias. Tampoco creo que mis canciones sean las mejores. Finalmente, se aprende cantando repertorio.

SEMANA: Charly García, Javier Limón, Cachorro López... ¿Qué le han aportado cada uno de ellos como productores de sus trabajos?
A.C.: García me grabó tres canciones hace más de 20 años. Limón fue un puente, me abrió las puertas a universos musicales muy valiosos. Cachorro grabó con mucho corazón y con ideas muy claras, me invitó, firmemente, a sentarme y escribir lo que el disco estaba necesitando.

SEMANA: ¿Qué tanto le gustan los conciertos? ¿Qué siente acerca del público? ¿Qué es lo mejor y lo peor de las giras?
A.C.: Me gusta mucho cantar en vivo, por el público pero, sobre todo, por los músicos. Lo más natural de la música es juntarse y tocar lo mejor que uno puede, sabe y quiere. Las giras son como son, con sus momentos de aburrimiento, a veces sin tiempo suficiente para recuperarse la garganta …

SEMANA: ¿Siente que han cambiado los tiempos o se han flexibilizado las cosas desde el incidente del concierto en La Plata luego del cual fue usted acusado de incitar al consumo de drogas? ¿Qué pasa con la letra de ‘Loco’ cuando la canta hoy en algún lado?
A.C.: Los tiempos cambian irremediablemente, no sé si mi intervención fue tan importante. Yo sigo con mi discurso “politicamente incorrecto” porque es lo correcto.

SEMANA: Tan pronto salió ‘Tinta roja’, su hermano Javier lanzó ‘Villavicio’, trabajo dedicado también al tango. ¿Qué opina de la obra de su hermano?
A.C.: Me gusta mucho, canta mejor que nunca, escribió sus propios tangos.

SEMANA: Artistas que han alternado con usted, como Litto Nebbia y Daniel Melingo, en los últimos años han tenido una inclinación más fuerte hacia el tango que hacia el rock. El gusto suyo por el género es innegable, pero a diferencia de ellos, puede seguir siendo considerado una anécdota en su discografía... ¿Qué ocurre con el tango, que parece volverse ineludible en cierto momento de la vida?
A.C.: Hay gente que es fiel al heavy o el rock vintage. El tango es argentino y universal. Además son grandes canciones.

SEMANA: Usted inició sus estudios musicales con el bandoneón. ¿Por qué no lo hemos oído mucho ejecutando ese instrumento?
A.C.: En realidad es un error de la Wikipedia, jamás toqué bandoneón: ¡ni una sola nota!
(En el tema ‘Swing on tango’, de su disco ‘Grabaciones encontradas Vol. 1’, aparece el crédito de Calamaro tocando el ‘fueye’. ¿Error del disco?)

SEMANA: ¿Cómo recuerda su experiencia con Bersuit en ‘El regreso’?
A.C.: Muy buena experiencia, se brindaron completamente conmigo, fueron artífices, y soldados, de mi regreso a las giras, les debo gratitud eterna.

SEMANA: En los últimos tiempos ha lanzado hasta dos grabaciones al año. ¿Qué tan prolífico es como creador? ¿En qué ambiente crea sus temas? ¿Qué hay del balance entre inspiración y transpiración?
A.C.: Sin dudas hay que transpirar. No se puede negar la existencia de la inspiración, o algo parecido, pero tampoco puedo demostrar que exista realmente. Es probable que todo salga desde adentro.

SEMANA: Hay quienes dicen que los homenajes son síntoma de que uno se está volviendo viejo. Los menos pesimistas prefieren usar la palabra ‘imprescindible’. ¿Cuál fue su reacción al saber que artistas como Fito Páez, Kevin Johansenn y Litto Nebbia estaban grabando temas para un homenaje discográfico en honor suyo? Le pongo más complicada la respuesta: ¿Qué pensó cuando le dijeron que una banda desintegrada hacía casi 10 años, como Fabulosos Cadillacs, habían vuelto a reunirse, entre otras cosas, para participar en ese ‘Calamaro querido’?
A.C.: ¡Hay quienes dicen que hay que estar muerto! Para mí fue un orgullo, un alivio y un honor ser reconocido por mis pares y mis maestros. Esa reunión de artistas para cantar mis versos es un gran disco y un momento muy grato de mi vida.

SEMANA: Una frívola: ¿a sus 40 y tantos se siente identificado con su canción ‘Sexy y barrigón’?
A.C.: Aunque no soy tan rústico como en la canción, ni soy tan sexy ni tan barrigón, es imposible no sentirse un poco identificado con los Simpson y con los Stones.

SEMANA: La boletería de sus conciertos en octubre en Colombia se está vendiendo a una velocidad pocas veces vista en el país. ¿Qué sabe de los fanáticos colombianos? ¿Qué espera de esas presentaciones?
A.C.: Yo, sinceramente, espero llegar intacto y cantar mejor que nunca. Llego con mi gratitud anticipada.