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P O L E M I C A

De plagio en plagio

La periodista Ana Rosa Quintana protagoniza un escándalo en España al descubrirse que su libro ‘Sabor a hiel’ tiene fragmentos plagiados de tres novelas distintas.

27 de noviembre de 2000

Son pocos los escritores que logran vender 100.000 ejemplares de su primera novela y mucho menos cuando ésta acaba de salir al mercado. Para la periodista Ana Rosa Quintana esa dificultad se convirtió en pan comido y en cuestión de semanas su libro Sabor a hiel, que relata los sufrimientos de las mujeres maltratadas, pasó a ocupar la lista de best sellers en España.

La crítica atribuyó el éxito editorial a la buena imagen de Ana Rosa, quien se ha convertido en un personaje querido por los españoles gracias a sus programas de televisión sobre temas del corazón en los que se comenta la vida de los ricos y famosos.

Pero hace un par de días la vida de Ana Rosa dejó de ser color de rosa. De nada sirvieron sus 20 años de logros periodísticos. Su debut en la literatura se vio manchado por el escándalo luego de comprobarse que numerosos pasajes de Sabor a hiel fueron plagiados de tres novelas.

Los párrafos robados pertenecen a Album de familia, de Danielle Steel; Mujeres de ojos grandes, de Angeles Mastretta, y El pájaro espino, de Colleen Mc Cullough.

El primer plagio en detectarse fue el que compromete la obra de Danielle Steel y para defenderse de las acusaciones Ana Rosa apeló a una serie de argumentos traídos de los cabellos que no tardaron en caerse de su peso. Según la periodista su colaborador y ex cuñado, David Rojo, había tomado el texto original para hacerle un par de correcciones en el computador y durante este proceso el escrito se había confundido con otros archivos, entre los cuales estarían los fragmentos de la novela de Steel. Ana Rosa se enteró en septiembre de lo sucedido gracias a unas lectoras que se percataron de la similitud entre los dos textos y, en ese momento, se comprometió a enmendar la falla en la quinta edición del libro, la cual, debido al escándalo, no alcanzó a ver la luz.

La polémica alrededor de la obra de Steel no había terminado cuando se descubrieron los fragmentos de la novela de Angeles Mastretta y posteriormente el plagio que se le hizo al poema de El pájaro espino, en el que se transcribe tal cual la historia del ave que se atraviesa una espina en el pecho y canta hasta morir.

Ante la contundencia de los hechos Ana Rosa se ha quedado sin palabras. Entre arrepentida y desconcertada, la autora sólo atina a decir que los plagios se realizaron a sus espaldas y culpa de todo a su colaborador, quien habría incluido los párrafos sin su consentimiento. Planeta, editorial que publicó Sabor a hiel, ha preferido curarse en salud y mientras se solucionan las cosas retiró del mercado los ejemplares de la novela.

Hasta el momento no se han presentado demandas por derechos de autor pero no se descarta la posibilidad de que alguna de las escritoras plagiadas siente su voz de protesta. De ser así Ana Rosa se las vería negras pues ella es la única responsable por el contenido de su producción literaria.

En momentos en los que las palabras sobran la otrora reina de los medios anda con el ánimo por el suelo y en un acto desesperado por limpiar su imagen ha jurado que asumirá todas las consecuencias y que, si es preciso, publicará otro libro para explicar su versión de los hechos.