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LA "GACELA NEGRA"

La sensual Florence Griffith, la mujer más veloz del mundo, busca consagrarse en Seúl.

5 de septiembre de 1988

Posee una silueta perfecta, sin defectos. Además, presenta un look extravagante que incluye unas uñas de cerca de 15 centímetros, pintadas de rojo y dorado y tachonadas con diamantes falsos, y trajes deportivos de colores eléctricos diseñados por ella, que generalmente dejan una pierna desnuda. Es una bella y original atleta negra norteamericana nacida en 1959. Pero no se contenta con eso. Es hoy en día la mujer más rápida del mundo. Se trata de Florence Dolores Griffith-Joyner, a quien muchos conocen mejor como la "Gacela negra".
Poeta, escritora de cuentos infantiles, baby-sitter en otras épocas en que lo necesitaba para ganarse la vida, empezó a correr cuando tenía siete años. Entonces lo hacía en las famosas carreras de costales en el parque de su barrio en Los Angeles. Posteriormente participó en competencias intercolegiales, pero ni entonces ni diez años después, había logrado destacarse más que como una buena atleta. Durante todo ese tiempo, muchas veces soñó que volaba."Sin embargo -explica ella misma- me decepcionaba porque me daba cuenta de que era sólo un sueño".
El sueño se volvió realidad el pasado 16 de julio, cuando en las eliminatorias norteamericanas para los Olímpicos de Seúl, sorprendió a todos batiendo el récord mundial de los 100 metros planos para damas, que estaba en posesión de Evelyn Ashford. Florence paró los cronómetros en 10.49 segundos, 27 centésimas menos que el tiempo establecido por la Ashford. Hubo dudas pues el viento soplaba fuerte, aparentemente a favor de las competidoras. Fue necesario revisar el anemómetro antes de homologar el récord. La sorpresa fue aún mayor, pues se determinó que ella había corrido con vientos cruzados en esa ronda semifinal. Y como para disipar cualquier otra duda, en la serie final, Florence logró correr los 100 metros en 10.61 segundos, el segundo mejor tiempo después del que ella habia establecido horas antes. El 10.49 de la semifinal fue un tiempo mejor que el récord masculino de la época de las Olimpiadas de Melbourne en 1956.
Los comentaristas deportivos se devanan los sesos tratando de entender cómo es posible que esta mujer, cuya carrera deportiva se suponía, debido a su edad (28 años), que no tendría mayor futuro, alcanzó a romper el récord mundial. Para ella, la explicación es sencilla: "Algunos atletas pueden avanzar y llegar a su máximo en cuatro años. Yo necesité 20".
Definitivamente, de esos 20, los últimos han sido los más importantes y han corrido por cuenta de Bob Kersee, quien además de ser su cuñado es su entrenador. El la tomó como una joya en bruto. De su estilo rudimentario y en algunos aspectos antitécnico, Florence pasó gracias a Kersee a convertirse en la mujer más rápida del mundo, no sin antes haber derramado muchas lágrimas durante las extenuantes jornadas de entrenamiento. Pero Kersee no es el único deportista de la familia. Su esposo, Al Joyner fue en Los Angeles campeón olimpico de salto triple y su cuñada, Jackie Joyner Kersee, acaba de batir su propio récord mundial del heptatlón.
Con lo que ha hecho hasta ahora, la "Gacela negra" ya pasó a la historia. Pero seguramente sólo alcanzará la gloria si repite sus brillantes actuaciones en los Olímpicos de Seúl, el mes próximo. Entonces, la "Gacela negra" volará de nuevo.