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La hegemonía de las Williams

Son las dos mejores tenistas del momento, han jugado las tres ultimas finales de torneo Grand Slam y nadie parece capaz de derrotarlas.

16 de septiembre de 2002

Como dirian los futbolistas, Serena Williams ganó caminando el Abierto de Estados Unidos. Además de no perder un solo set en todo el torneo el promedio de tiempo de los juegos disputados por ella no superó la hora. Su compatriota Lindsay Davenport fue la única que intentó ponerla en aprietos en semifinales cuando la obligó a extender el último set del partido a 7-5. Durante el resto del torneo Serena no vio jamás amenazado un triunfo.

Luego de eliminar a Corina Morariu en primera ronda se deshizo de la rusa Dinara Safina en 40 minutos con un contundente 6-0, 6-1. En tercera ronda venció a la francesa Nathalie Dechy en 49 minutos, mientras que en octavos de final se impuso sobre la checa Daja Bedanova en 41 minutos. En cuartos, cuando todo indicaba que las cosas se le empezarían a complicar, sobrepasó con facilidad a la eslovaca Daniela Hantuchova con parciales de 6-2 y 6-2. En la final demostró su superioridad ante Venus, su hermana mayor, quien la venció hace un año en la final del mismo torneo.

Ese ha sido el común denominador de los últimos Grand Slam: las hermanas Williams disputando la final. Este año se enfrentaron en la de Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos. El único torneo que no las tuvo como protagonistas fue el Abierto de Australia, pues Venus fue eliminada en cuartos de final mientras que Serena estuvo ausente por una lesión en su tobillo.

La hegemonía en el USOpen es evidente: Serena se llevó el título en 1999, Venus en los dos años siguientes y de nuevo Serena repitió en esta versión. En Wimbledon ha ocurrido algo similar: este año fue para Serena y los dos anteriores para Venus. Como si fuera poco, las dos están al frente de la clasificación de tenistas de la WTA a una gran distancia de sus inmediatas seguidoras: Jennifer Capriati, Amelie Mauresmo, Monica Seles, Justine Henin, Martina Hingis y Jelena Dokic.

Esta temporada ha sido inmejorable para las dos. Serena no sólo se afianzó en el primer lugar de la WTA sino que también igualó el récord que obtuvo Martina Hingis en 1997 por obtener tres títulos de Grand Slam en el mismo año. Por su parte Venus ha ganado siete torneos y ya suma 28 en su carrera.

Una nueva era

El dominio de las hermanas Williams ha revolucionado el tenis femenino. Si hace cinco años Martina Hingis deslumbraba al mundo con sus hermosas voleas y su estilizado juego de fondo, ahora lo que el circuito exige es potencia, fuerza y resistencia física. Las Williams desde siempre han sido excelentes atletas y cada vez se empecinan más en trabajar los músculos y la velocidad antes que perfeccionar los movimientos y los golpes del tenis.

De la sutileza y la armonía que se admiraba del tenis femenino queda muy poco. El revés de Justine Henin, la derecha de Martina Hingis o, más allá, la delicadeza de Ana Kournikova, son apenas destellos de lo que predominaba en la década pasada. De allí que las deportistas estén trabajando más horas en el gimnasio que en los mismos campos de tenis. Capriati ha admitido que se dedicó a fortalecer durante el último año sus bíceps. Lo mismo ha pasado con Hingis: a pesar de su figura delgada sus brazos se han ensanchado. Y qué decir de tenistas como Kim Clisjters, Lindsay Davenport y Amelie Mauresmo, que cada vez se caracterizan por una gruesa masa muscular.

Las Williams se ufanan de no haber pasado nunca por la prestigiosa academia Nick Bolletieri, como tantas otras tenistas, y reconocen que su padre ha sido el mejor entrenador que han podido tener. A diferencia de temporadas anteriores, en las que optaban por no participar en muchos torneos, este año sí han acudido a más eventos, hecho que les ha permitido sumar más puntos y ubicarse en el tope de la clasificación de tenistas.

Una final entre ellas siempre será emocionante porque la hermandad se pierde y las dos salen a jugarse la vida. Por fuera de las canchas son inseparables, incluso desde que comienzan su participación en un torneo comparten la habitación del hotel en donde se concentran. Tienen muy pocas amigas dentro del circuito. Según confesó a la revista Time justo antes de iniciarse el USOpen del año pasado, Serena siente que sus dos únicas amigas son Chanda Rubin y Alexandra Stevenson, dos tenistas negras que participan en torneos de la WTA. Pero eso no les importa. Como dice Venus, "yo no estoy aquí para hacer amigas sino para ganar".

Y eso es lo que están haciendo. Mientras las condiciones físicas de sus demás competidoras no cambien seguramente las hermanas Williams seguirán dominando a su antojo el tenis femenino. Por el momento parece que no hay nadie capaz de derrotarlas. Es así de sencillo: en Fórmula 1 dominan los Ferrari y en el tenis femenino dominan las Williams.