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EL SUBE Y BAJA DEL DOLAR

Qué hay detrás de los movimientos en la tasa de cambio que causaron zozobra la semana pasada.

13 de octubre de 1997

Hace apenas un mes, en un foro realizado por El Tiempo en busca de fórmulas para reactivar la economía, la mayoría de los asistentes consideró que uno de los mayores obstáculos para el crecimiento del país era la revaluación del peso. Y nadie dijo esperar un cambio importante en la cotización del dólar, por lo menos hasta mediados del año entrante. A comienzos de la semana pasada, sin embargo, el precio del dólar se disparó. Tanto que hubo algunos comentaristas que llegaron a expresar el temor _al que oportunamente le salieron al paso el Ministro de Hacienda y las autoridades monetarias_ de que en Colombia se estuvieran "cocinando" las condiciones para una crisis cambiaria. El rápido aumento en el precio del dólar tomó a todo el mundo por sorpresa. Y las explicaciones del fenómeno fueron casi tantas como expertos hablaron sobre el tema. Para algunos _incluyendo prestigiosos analistas internacionales_ el fortalecimiento del dólar tuvo que ver con el recrudecimiento de la violencia y en particular con dos hechos: la bomba contra la hidroeléctrica de Guatapé, puesta al parecer por la guerrilla, y el carro bomba descubierto por los autoridades en la ciudad de Medellín, puesto al parecer por los extraditables. Para otros, tuvo que ver con la baja de medio punto adicional en la tasa de interés aplicada días atrás por el Banco de la República. Para otros, en fin, se trató de un simple fenómeno especulativo, dado que no se produjo ningún cambio en lo que los expertos denominan los 'fundamentales' del mercado. Lo cierto es que la tasa representativa de mercado ganó más de 60 pesos en sólo tres días, lo que no sucedía desde hacía muchos meses. Y ese incremento, que puso felices a los exportadores y satisfizo al Ministro de Hacienda _para quien la subida del dólar era una simple corrección de las tendencias del mercado_, dejó preocupados a muchos analistas. Para estos últimos, los fenómenos de violencia (a los que los colombianos están acostumbrados) y la baja en las tasas de interés (que a pesar de haberse pronunciado en los últimos días fue mucho más acentuada en meses anteriores) no bastaban para explicar las fluctuaciones del dólar. Y en eso coincidían con las autoridades monetarias, las cuales tuvieron una larga semana buscando una explicación más convincente. Y hallaron una que _sumada con todas las anteriores_ resultaba bastante apropiada: el vencimiento, por estos días, de un número importante de créditos contratados en 1994. En ese año el Banco de la República subió de tres a cinco años el plazo mínimo de endeudamiento externo que no requería un depósito previo. Poco antes de que la Junta tomase la medida se produjo un boom de registros que fueron utilizados a lo largo del año. Entre agosto y septiembre de 1994, en particular, se produjo un número importante de desembolsos cuyos plazos están madurando en estos días. Las autoridades descubrieron también que _dada la baja en las tasas de interés y los crecientes obstáculos al endeudamiento externo_ se está presentando una tendencia a cambiar deudas de dólares a pesos. Eso explica, al parecer, el aumento en los prepagos de deuda externa que se ha presentado en los últimos dos meses. Aumento que a su juicio está generando una demanda adicional por la divisa americana. En principio, sin embargo, el Banco no intervino en el mercado, lo que permitió el aumento de la cotización de la moneda norteamericana e hizo que algunas personas pensaran que había una decisión oficial de devaluar a un ritmo mayor. En su momento los miembros de la Junta Directiva del Emisor sostuvieron, con toda razón, que mientras la tasa de cambio se mueva dentro de la banda fijada desde comienzos del año el Banco no tiene porqué intervenir. "No hay ninguna decisión política de evitar fluctuaciones dentro de la banda", dijo uno de ellos a SEMANA. El miércoles, sin embargo, la cotización del dólar se acercó bastante al techo de la banda. Y todo parece indicar que en ese momento el Banco decidió intervenir. Aunque esa es una operación que se mantiene en reserva, lo cierto es que el jueves la tasa representativa de mercado bajó cerca de 18 pesos. Pero aun suponiendo que la baja no se debió a una intervención del Banco, lo cierto es que la capacidad de defender el techo de la banda cambiaria es casi infinita en la actualidad, lo que descarta de entrada cualquier posibilidad de una crisis cambiaria. El Banco de la República tiene cerca de 10.300 millones de dólares en reservas. Y en el lejano y supuesto caso de que eso no bastara el gobierno tiene más de 1.500 millones de dólares guardados en el exterior que podría traer en cualquier momento. Nada permite pensar, además, que lo sucedido a comienzos de la semana pasada muestre un tendencia dominante del mercado. Hace apenas dos meses el Conpes calculó en 1.200 millones de dólares la acumulación de reservas que tendría el país en este año. Como la cifra parecía exagerada _además de desalentadora desde el punto de vista de la política económica_ las autoridades decidieron hacer una revisión. Y por más que lo intentaron, no pudieron bajar de 950 millones de dólares. En esas condiciones es difícil pensar en una devaluación como la que se insinuó a comienzos de la semana pasada. Porque a no ser que la economía esté sufriendo algún desequilibrio oculto, o que la especulación desborde todas las reglas del mercado, no parece haber razón para que el yo-yo suba. No por lo menos en lo que resta del presente año.