“El progreso se construye con vías”

Semana: Se habla mucho sobre las concesiones de Cuarta Generación (4G) pero no tanto del Invías, ¿qué está haciendo?

Carlos Alberto García: El Invías tiene bajo su responsabilidad buena parte de la red nacional de carreteras, conocidas como vías primarias. De los 17.000 kilómetros que hay actualmente, tenemos a cargo 11.400 y la Agencia Nacional de Infraestructura administra el resto por medio de las diferentes concesiones otorgadas en los últimos 20 años. Y si bien no es una responsabilidad nuestra, también ayudamos a las alcaldías y gobernaciones a mantener y construir las vías secundarias y terciarias.

Semana: ¿Exactamente qué están haciendo, pues muchos creen que se han dedicado a arreglar carreteritas por todo el país?

C.A.G.: Nosotros nos encargamos de mantener y rehabilitar esos 11.400 kilómetros de vías que, debido al bajo flujo vehicular o porque tienen diferentes tipos de riesgos, no pueden ser concesionados a privados. Es por eso que, así como el Invías está al frente de la contratación de obras tan importantes como el túnel de La Línea o la vía Buga-Buenaventura, también debe sacar adelante proyectos como la pavimentación de la carretera entre el Puente Internacional de San Miguel y Santana que, al conectarse con la futura concesión de Cuarta Generación Santa Ana-Mocoa-Pitalito-Neiva, les permite a los vehículos que se encuentren en el oriente del país llegar a Ecuador sin tener que cruzar la cordillera Central. Podemos encontrar ejemplos como este en casi todos los departamentos del país y muestran que nosotros trabajamos para mejorar la competitividad de las regiones colombianas.

Semana: ¿Cuál ha sido el presupuesto en los dos gobiernos de Santos?

C.A.G.: En el primer cuatrienio, el instituto tuvo inversiones anuales del orden de 4 billones de pesos. En 2013 contamos con más dinero pues logramos administrar 4,7 billones. Eso ha sido un salto cuantitativo muy importante ya que en los anteriores gobiernos las inversiones del Invías no superaban los 2 billones de pesos. En Santos 2 había un presupuesto inicial de 10 billones, pero debido a las dificultades económicas derivadas de la reducción de los precios del petróleo, entre otras razones, solo alcanzó para cuatro. Aun así no perdemos la esperanza de obtener en los próximos años los otros 6 billones que están en el Plan de Desarrollo.

Semana: ¿Cómo se han invertido?

C.A.G.: Hay que tener en cuenta que los dos primeros años se nos fueron organizando la casa. Se crearon nuevas instituciones como la Agencia Nacional de Infraestructura y se sancionó la Ley de Contratación que establece las asociaciones público privadas. Ya en 2013, el Invías emprendió el programa Contrato Plan, que beneficia a la red secundaria, en el que se han invertido 2 billones de pesos en beneficio de los departamentos de Cauca, Nariño, Arauca, Tolima, Santander, Boyacá, Antioquia, Córdoba y Chocó. De este plan, uno de los proyectos más destacados es el del gran Darién, una vía que une a Chocó, Antioquia y Córdoba. Además, durante el primer cuatrienio del gobierno Santos se inició un programa llamado Conectividad Regional, destinado también a la red secundaria, en el que se han invertido unos 500.000 millones más. A través del programa Caminos para la Prosperidad, destinado a recuperar y rehabilitar la red terciaria, el gobierno Santos ha invertido 2,8 billones de pesos.

Semana: ¿En qué consiste Caminos para la Prosperidad?

C.A.G.: Es un apoyo del gobierno nacional a los municipios por el que, a través de convenios, los alcaldes pueden invertir en las vías terciarias para mejorar el tránsito de sus habitantes, en especial entre las veredas y el casco urbano.

Semana: ¿Cuál va a ser el énfasis en el segundo periodo?

C.A.G.: Le estamos apostando a mejorar la red vial nacional, porque creemos que el progreso y la paz se construyen con vías. Por eso, vamos a invertir esos 4 billones en el Plan de Vías para la Equidad, que consiste en mejoramiento, rehabilitación y mantenimiento; así como en la construcción de puentes y viaductos, en 860 kilómetros de vías en 300 municipios de 26 departamentos. Ya abrimos las licitaciones de 57 proyectos que hemos priorizado, como por ejemplo, la culminación de la vía entre Ataco y Planadas en el sur del Tolima o la pavimentación de la carretera entre Florencia y Puerto Rico en Caquetá. Esperamos que para el 23 de noviembre de este año todos estén adjudicados.

Semana: ¿Han tenido problemas con el manejo de ese presupuesto?

C.A.G.: Por supuesto, no todo ha sido color de rosa. Un tema que nos ha dado más de un dolor de cabeza por todos los problemas y retrasos ha sido el cruce de la cordillera Central. El túnel de La Línea iba para un proceso de caducidad, afortunadamente llegamos a un acuerdo con el contratista y estamos haciendo el mayor esfuerzo para terminar ese túnel en noviembre de 2016. También hemos tenido que lidiar con los inconvenientes de la segunda calzada en el tramo Loboguerrero-Buenaventura. Esta obra ha sido muy difícil porque estaba llena de problemas prediales y ambientales pero gracias a la nueva normatividad la estamos sacando adelante.

Semana: ¿Por qué el túnel de La Línea ha tenido tantos inconvenientes?

C.A.G.: Es una obra muy compleja porque no solamente es el túnel más largo que va a tener el país y atraviesa una cordillera geológicamente inestable, sino porque es una secuencia de túneles y viaductos para unir en un tramo de 27 kilómetros los municipios de Calarcá y Cajamarca en los que se baja de manera súbita de 3.200 a 2.500 metros sobre el nivel del mar.

Semana: Debido a esta crisis presupuestal, ¿cómo ve el futuro del Invías y cuáles son los retos para los próximos años?

C.A.G.: El instituto tiene que buscar recursos propios para seguir financiando el desarrollo y el mantenimiento de las obras. Una opción son los peajes. Lo otro es seguir haciendo propuestas de vigencias futuras al Ministerio de Hacienda para ver si podemos obtener los 6 billones de pesos que nos recortaron.

Semana: Además de carreteras, ¿en qué otros temas trabaja el Invías?

C.A.G.: Nosotros también trabajamos en otros frentes de la infraestructura. En puertos acabamos de hacer una obra en el acceso a la zona portuaria de Cartagena. Se hizo el dragado del canal de Bocachica, de Manzanillo, y hoy en día le estamos apostando a construir otro canal de acceso. Igualmente estamos trabajando con la zona portuaria de Buenaventura. Tenemos los estudios y diseños que vamos a terminar este año para la profundización del canal de acceso a Buenaventura. Obras similares estamos haciendo en los canales de acceso a San Andrés y Providencia y en la zona de Tumaco.

Semana: La corrupción ha sido uno de los lastres de la contratación y una de las causas de que el país se encuentre tan atrasado en materia de infraestructura, ¿cómo ve este tema?

C.A.G.: Es un tema terrible al cual le hemos prestado bastante atención. Con la Presidencia y el Ministerio de Transporte hemos tratado de inculcar las buenas prácticas en la contratación a través de los Pactos por la Transparencia que ya han sido firmados por diez gobernadores y 152 alcaldes. El presidente ha manifestado que quien no se una al pacto no va a tener recursos de la Nación para ejecutar obras, en este caso de infraestructura vial.

Semana: Una decisión que no le va a gustar a muchos alcaldes…

C.A.G.: Sí, de hecho muchos de ellos no se sienten muy a gusto con que el Invías supervise los proyectos que contratan y alegan la autonomía en el manejo de sus presupuestos que les otorga la Constitución Nacional. Aun así, tenemos que trabajar para que se acaben las costumbres que fomentan la corrupción. En ese sentido, estamos promoviendo que todos los proyectos municipales y departamentales se presenten en un pliego único diseñado por el Invías. También hemos adoptado estrategias para que los procesos licitatorios sean más transparentes, como la utilización de urnas de cristal vigiladas por cámaras y usando el polígrafo para garantizar la idoneidad de nuestros funcionarios.

Semana: Por cierto, usted hizo la prueba del polígrafo. ¿Qué habría hecho si no la hubiera pasado?

C.A.G.: Simple: habría renunciado.