OTRO "SALTO" DE ARIAS PEREZ

"Se vende el Hotel del Salto". Cuando el dinámico gerente de Colsubsidio Roberto Arias Pérez (58 años, casado) leyó este aviso limitado hace dos años y medio, no pudo refrenar el impulso de comprarlo, casi el mismo día que lo vio, por cinco millones de pesos, la tercera parte de la suma que le costaría reconstruirlo. Y lo hizo a través de un préstamo de la Corporación de Turismo, en una operación estrictamente personal.
Hoy, este ejecutivo emprendedor con espíritu de Quijote, vuelve a hacer noticia con la reinauguración del legendario hotel, luego de su reciente fracaso como candidato al Senado.

EL RESCATE
El viejo caserón había sido construído entre los años 1923 y 27. Lo levantó la firma Uribe García Alvarez, por encargo del gobierno nacional, que a su vez entregó la administración a la empresa de los ferrocarriles. Cuando Arias Pérez lo adquirió, llevaba 22 años cerrado. Lo poseía un empresario llamado Pedro Gutiérrez, que siempre quiso recuperarlo, pero no pudo. El ingeniero Mauricio Venegas, 30, se encargó de reconstruirlo, de comprobar la firmeza de los cimientos -enclavados en las rocas vecinas a la catarata- y de redistribuir sus espacios. Gloria Nieto, esposa de Roberto Arias, efectuó la decoración, respetando estrictamente el estilo "art nouveau" de la época.
Nadie más podrá, sin embargo, pasar lunas de miel entre las brumas y los abismos que rodean el hotel. Funcionará como restaurante únicamente, de jueves a domingo, a partir de las once de la mañana.

PASARELAS
Roberto Arias planea iluminar el Salto de nuevo, tal como se hizo en el cuatricentenario de Bogotá, en 1938, y elaborar una grabación didáctica que se presentaría en coordinación con la Empresa de Energía, que regula el cauce del río Bogotá.
¿Cómo se metió en tal negocio este abogado internacionalista, con estudios en las universidades del Rosario de París y de La Haya, múltiples cargos como diplomático, ex alcalde de Girardot y desde hace 24 años gerente de Colsubsidio?
"Se trata -dice- de un deseo de rescatar valores y cosas bellas de la nación de las que el gobierno debería encargarse".
El aspecto más interesante de la remodelación que hizo Arias, es la pasarela que del Hotel comunica con el borde de la catarata, antigua "piedra de los suicidas". Con altas barandillas, claro.