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TIRO A MIN-HACIENDA

Críticas desde todos los flancos recibe el ministro Gutiérrez Castro por el manejo de la política económica

5 de diciembre de 1983

No le han salido las cosas bien en los últimos días al ministro de Hacienda, Edgar Gutiérrez Castro. Un préstamo por U.S.$225 millones que desde hace cinco meses estaba gestionando en el exterior, se le barajó a último momento. El Morgan Guaranty Bank, uno de los cuatro bancos norteamericanos que conformaban el "pool" de 21 instituciones financieras que aceptaron las peticiones de dinero colombianas, se retiró por no estar de acuerdo con los términos jurídicos del contrato. Los acuerdos iniciales del préstamo fueron considerados en su momento como un "deshielo" de la banca internacional frente a los países latinoamericanos, pero finalmente parece que la temperatura lograda por el ministro Gutiérrez no fue suficiente.
Aunque no se sabe si el resto de bancos va a seguir el ejemplo del Morgan, este hecho es un revés en las pretensiones del gobierno por reducir la pérdida de divisas del país. Se pensaba que en lo que quedará del año ingresaran U.S.$ 120 millones de ese dinero, y el resto se usara para cancelar obligaciones externas de corto plazo. "Casi que se quedó como al principio de año", comentaban algunos observadores. Para colmo de males, el anuncio de la pérdida de U.S.$ 13.5 millones de una cuenta del gobierno en el Chase Manhattan Bank de Londres, dejó atónitas a las autoridades colombianas.
Pero eso no ha sido todo lo que le ha tocado afrontar al ministro de Hacienda. A pesar de los reiterados anuncios de que no habrá crisis de liquidez internacional ni cambiaria, cada vez son más insistentes las opiniones contrarias. Primero fue el ex presidente conservador, Misael Pastrana quien señaló que "no había que descartar la alternativa de una renegociación de la deuda externa". Después se le sumó el ex ministro de Hacienda liberal, Rodrigo Botero. Este ha sido un constante crítico del manejo económico de la actual administración, y en el editorial de la última entrega de la revista "Estrategia Económica y Financiera", dice que "el país se aproxima por pasos contados a una crisis cambiaria". En los medios económicos se le critica al ministro Gutiérrez el exceso de optimismo, que es menos convincente que el del presidente Betancur, y es comprensible, pues cuando hay negocio y dinero de por medio, las promesa no bastan.
Algunos ya hablan de la "crónica de una crisis anunciada", pero advierten que las condiciones que ha tenido que afrontar el actual gobierno no han sido fáciles. Gutiérrez Castro "hace todo lo posible por mostra claro lo que es oscuro", comentan los entendidos; y es obvio, puesto que en los momentos difíciles las autoridade están en la obligación de mantener la confianza.
La situación externa de la economía no ha dado muestras de mejora, pese a las medidas tomadas por el gobierno. En julio las reservas internacionales disminuyeron en U.S.$ 299 millones, en agosto U.S.$ 251 millones y en septiembre una cifra similar.
Se espera que la baja total del año sea de U.S.$ 2.000 millones y el nivel de reservas con el cual se inicie 1984 sea de U.S.$ 2.900 millones. Existe una polémica sobre la disponibilidad inmediata de ese dinero. El ex presidente Pastrana Borrero sostiene que las reservas líquidas no llegan sino a U.S.$ 1.700 millones, que representarían unos siete meses de importaciones. Esto quiere decir que en mayo del año entrante estallaría la iliquidez externa del país. Sin embargo, en medios del gobierno se ha dicho que en realidad esa cifra es mayor, si se avalúa el oro en poder del banco central en su precio de mercado. En efecto, aproximadamente una tercera parte de las reservas internacionales están representadas por oro (U.S.$ 1.200 millones) contabilizadas a U.S.$ 266 la onza troy, cuando el valor comercial de ese metal es de casi U.S.$ 400 la onza. El nuevo cáculo aumentaría el volumen de divisas en casi dos meses de importaciones. Con todo, el hecho de que ya se hable de la posibilidad de vender oro para poder cubrir las obligaciones externas de la economía deja mucho que pensar. El mismo superintendente bancario y ex gerente del Banco de la República, Germán Botero de los Ríos, dijo en Cartagena en la asamblea anual de los banqueros, que "la venta de oro se hacia en caso de necesidad extrema pues era mal visto en el concierto internacional".
Hasta el momento las autoridades económicas han puesto a funcionar todas las herramientas a su disposición. Restringieron las importaciones de bienes no necesarios, aprobaron el reintegro de divisas anticipado para las exportaciones, y en el caso del café, autorizaron un "subsidio cambiario" de cuarenta días. Prohibieron el giro anticipado de dólares para las importaciones y han dado pautas para que tanto las empresas oficiales como las privadas aumenten su endeudamiento externo y retrasen la cancelación de sus deudas internacionales. A pesar de estas medidas, la pérdida de reservas no ha dado muestras de detenerse.
Para recuperar competividad en el exterior, la tasa de cambio se ha acelerado al 28% anual, que es considerada alta en los medios económicos. A pesar de que la inflación anual no pasará este año del 18%, la diferencia, según el ministro de Hacienda, permitirá recuperar el terreno perdido en este campo durante los años anteriores.
Junto con esto, Proexpo está llevando a cabo un amplio programa de financiación y subsidio para los exportadores, que no ha dado mayores resultados. Según estudios del Banco Mundial, las exportaciones colombianas y en general las latinoamericanas no reaccionan apreciablemente a una mayor devaluación, sino que su incremento depende en gran medida del crecimiento del comercio internacional y en especial de las importaciones de los países desarrollados.
Sin embargo, la mayor devaluación también tiene su costo. La deuda pública y privada está convirtiéndose día a día en una carga demasiado gravosa para las empresas estatales y particulares que han solicitado recursos en el exterior. Esta circunstancia ha afectado en particular a las compañías más grandes del país y a las que han tenido problemas financieros y han solicitado ayuda del estado. La Siderúrgica de Paz del Río, con U.S.$ 170 millones de deuda y Coltejer, con U.S.$ 145, entre otras empresas, han mostrado preocupación por la tasa de devaluación tan alta. Por esta razón, es poco probable que se aumente el endeudamiento externo privado, tal como lo recomienda el gobierno, que está interesado en traer divisas al país. Además, las condiciones de los préstamos otorgados en la actualidad son bastante "duras", y en especial los otorgados a los particulares. Una muestra de esto, es el hecho de que el sector privado colombiano, con una deuda que es la mitad de la del sector oficial, paga la misma cantidad anual por intereses y amortizaciones que el sector estatal.
Otro factor que también ha contribuido a la desconfianza frente al futuro del sector externo, ha sido la evaluación de los resultados del Grupo de Consulta de París de 1981. En esa ocasión se solicitó una suma similar a la de este año (U.S.$ 9.500 millones) y sólo se lograron firmar contratos por el 26% del total (unos U.S.$ 2.530 millones). Pero lo grave es que hasta el momento, después de dos años, únicamente se han hecho efectivos desembolsos por U.S. $ 315 millones, es decir un 3% de lo que inicialmente se aspiraba a conseguir. Por todas estas razones, las declaraciones del gobierno de "que no habrá crisis cambiaria" son recibidas con reservas, pese a todos los esfuerzos de las autoridades por demostrar lo contrario.