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VIAJE AL FONDO DEL MAR

El cable submarino de Telecom no solo es un gran avance, sino un gran negocio.

1 de enero de 1990

Los bañistas no lo podían creer.
Allí mismo, en la playa de Puerto Colombia, una serie de buzos se encontraban sumergiendo un cable en las profundidades del océano Atlántico. La escena tuvo lugar durante los ultimos días del mes de noviembre cuando todo quedo listo para que Colombia volviera a dar un paso significativo en materia de comunicaciones.

Se trataba, ni más ni menos, de la tendida del cable submarino que conectará a la estación terminal Nisperal en Puerto Colombia con otra similar en la Republica Dominicana. El objetivo final es integrarse a la red transcaribeña, integrada por estaciones en West Palm Beach, en la Florida, San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, Kingston y Barranquilla.
Segun lo planeado el servicio debe entrar en operacion en abril de 1990, con lo cual la capacidad de comunicaciones con los Estados Unidos debe pasar de 800 circuitos hoy en día a 1.850 en abril y a 9.850 unos meses mas tarde. En otras palabras la capacidad actual se estará multiplicando por 12.

La historia del cable submarino ha estado atada desde siempre al progreso de la civilización industrial. Desde cuando en 1844 Samuel Morse inventó el telégrafo, se empezaron a estudiar métodos de romper las barreras naturales para establecer la comunicación entre las diferentes ciudades.
En 1850 un inglés de apellido Wheatstone tendio un cable entre la ciudad inglesa de Dover y la francesa de Calais, a través del Canal de la Mancha.
Ocho años más tarde se cruzo el Atlantico y un cable comunicó a Inglaterra con los Estados Unidos. El exito del sistema fue tan grande que para el 10 de enero de 1870 todo el globo terráqueo estaba circundado por el telégrafo. Ese día un mensaje fue transmitido desde Washington hacia Europa y volvió vía San Francisco en tan sólo nueve minutos.

Con el correr del tiempo el cable telegrafico fue remplazado por el telefónico, pero cuando llegó la era del satélite dejo de ser el medio por excelencia. No obstante lo anterior, el sistema no perdio validez por la simple razón de que en materia de comunicaciones tampoco es bueno poner todo, los huevos en la misma canasta. La experiencia reciente indica que el sistema satelital--como dicen los expertos--no es infalible y ante eso el tradicional cable es una excelente alternativa. Debido a esta razón, en el mundo hay miles de kilómetros tendidos en el lecho del océano. La línea mas larga comunica la costa occidental de Canadá con Australia en una extensión de 13 mil kilometros, conectando a su paso decenas de islas del Pacífico sur.

Por su parte, Colombia no ha estado alejada de esos cambios. En 1879, pocos años después de que se instalara el telégrafo en el país, el gobierno colombiano le dió permiso a la Central and South American Cable Company para tender un cable entre Panamá y algun país centroamericano, con el fin de prolongar el servicio de comunicaciones hasta Estados Unidos a través de México. En 1882 el turno le correspondió a Buenaventura, donde se hizo el enlace entre Peru y Panamá. A lo largo de este siglo el sistema mejoro paulatinamente y se amplió su cubrimiento. Sin embargo, desde cuando en 1970 se amplio la estación terrena de Chocontá el país ingresó a la era del satélite, complementada con redes de microondas para las diferentes ciudades, así como para la conexión con Ecuador y Venezuela.

Las innegables ventajas del satélite no impidieron que se empezara a buscar una alternativa. La posibilidad del cable submarino empezó a mirarse seriamente cuando en el mercado se introdujo el sistema del cable óptico, que permite una comunicación digital (que se divide en unos y ceros para cada signo o letra) rápida y confiable, mediante haces de luz. Adicionalmente, diferentes asesores dejaron en claro que la concentración de las antenas en un solo sitio constituía un riesgo de seguridad grande. Hay que recordar que hace unos años un ataque terrorista a Chocontá fracasó cuando el carro bomba explotó antes de llegar a su destino. Todo eso sin hablar de un cuello de botella condicionado por la disponibilidad de canales de satélite.

Como si lo anterior no fuera suficiente, el tráfico internacional de llamadas en el país ha aumentado a un promedio del 29.7% anual durante los ultimos diez años. Semejante crecimiento ha incidido en que Colombia ocupe hoy en día el octavo lugar en la escala del tráfico telefónico con los Estados Unidos, por debajo de Canadá, México, Inglaterra, Alemania Federal, Japon, Francia e Italia.
Las perspectivas son todavía mas impresionantes, pues se cree que la demanda de llamadas va a continuar aumentando a buen ritmo en los próximos años.

Las estimaciones hechas por Telecom demuestran que, bajo unos supuestos normales, el negocio del cable es excelente. El proyecto total cuesta 133.5 millones de dólares, de los cuales la empresa colombiana debe aportar 33.4 millones. El resto provendrá de otros países involucrados y el porcentaje más grande le correspondera a la American Telephone and Telegraph norteamericana con algo más del 49%. La vida util del cable se estima en 24 años y los cálculos hechos indican que los ingresos que Telecom recibiría por su explotación serían de 8.772 millones de dólares hasta el año 2014. Esa estimación implica que la rentabilidad de la inversión sería del 38.36% anual en dolares, una tasa calificada como excelente por los conocedores.

Todo lo anterior deja en claro que la tendida del cable las tiene todas consigo. Aparte del impresionante aumento en la capacidad de comunicaciones del país, las cifras del proyecto son buenas desde el punto de vista financiero. Para un país que está acostumbrado a los errores y la falta de planeación, la nueva red de comunicaciones demuestra que a veces, cuando se entierra un cable, es posible extraer dinero.-