¿Cuáles son los tipos de líderes que necesitan las empresas?
¿Cuáles son los tipos de líderes que necesitan las empresas? | Foto: Getty

Empresas

De la gran renuncia a la gran conexión: cuestión de liderazgo

La cultura organizacional puede entenderse como aquello que las personas hacen y por qué lo hacen en el marco de una compañía.

Accenture
26 de octubre de 2022

Construir culturas organizacionales resilientes y atractivas no es tarea fácil. Sin embargo, la clave del éxito de las empresas podría radicar en cómo gestionan la forma en que se toman decisiones al interior de sus equipos.

La cultura organizacional puede entenderse como aquello que las personas hacen y por qué lo hacen en el marco de una compañía, pero hoy los líderes deben prestar atención especial al porqué sus equipos harían algo, actuando, justamente, como equipo.

Pensando en las organizaciones del futuro, el profesor John P. Kotter de la Universidad de Harvard y voz líder mundial en liderazgo organizacional, señala: “si queremos aprovechar nichos de oportunidades inesperadas, que se abren o cierran muy rápidamente, y a la vez queremos identificar y esquivar amenazas imprevistas, el recurso a usar se llama liderazgo y no se limita a lo que pueda aportar un directivo carismático. Se necesita visión, oportunidad, agilidad, inspiración, pasión, innovación y celebración. No solo gestión de proyectos, revisión de presupuestos, relaciones jerárquicas, compensación y compromiso respecto a un plan establecido. Aunque ambos conjuntos de conceptos son cruciales, quedarnos solo con el último no nos garantiza el éxito en un mundo turbulento”.

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El liderazgo ya no se trata del ‘comando y control’ clásicos, sino que evoluciona en función del tipo de cultura que se espera crear para atraer, retener y conectar a los colaboradores con el propósito corporativo. Así lo concluye el estudio ‘El arco hacia el nuevo liderazgo’ desarrollado por la consultora Accenture, en el cual se analizan los factores clave de los ciclos de ‘gran renuncia’ y ‘gran conexión’ que están atravesando las empresas de todos los sectores y tamaños.

De acuerdo con el estudio, el 92% de los ejecutivos a nivel mundial considera que mejorar la cultura organizacional se ve reflejado directamente en el aumento del valor generado por una compañía. Prueba de ello es que el 53% de los informes de resultados generados entre enero de 2020 y abril de 2022 hacen referencia directa a la cultura organizacional como un factor diferencial para mantener o crecer sus ganancias.

Tanto Kotter como la firma consultora coinciden en que la agilidad organizacional es decisiva al momento de liderar el camino hacia el futuro de las compañías. Esta agilidad ha de ser entendida no como ‘aceleración de la velocidad’, sino como un enfoque para eliminar el ruido y los distractores que derivan en pérdidas de valor en cualquier punto del ciclo de las organizaciones.

“Los líderes ágiles promueven la mejora y la innovación como cultura, incentivan a la gente a pensar en grande y a desafiar permanentemente el statu quo; al tiempo que les dan oportunidades para generar los cambios y la libertad de fallar rápidamente y aprender. Los líderes alientan a sus equipos a una toma de decisiones que tenga siempre al cliente en el centro; promueven un sistema que maximice las decisiones acertadas brindando a los equipos información, herramientas y nuevas habilidades, y ponen la colaboración como principio fundamental de la cultura, asegurando diversidad en los equipos y rompiendo silos “, señala María Fernanda Suárez, presidenta de Accenture Colombia.

Los datos muestran que luego de la pandemia el 95% de los colaboradores a nivel mundial ha considerado cambiar de trabajo, junto con un 92% que está interesado en redefinir su profesión o, al menos, tener un cambio significativo en su rol. Entonces, ¿qué se espera de los líderes?

Según Kotter, “las empresas impulsadas por fuerzas internas poderosas lo son gracias a una estructura en red muy ágil y requieren un liderazgo distinto. Ya se están incorporando conceptos de la teoría de redes, la investigación de la complejidad y la psicología positiva, lo que constituye un primer paso importante”.

En la práctica, para crear culturas ganadoras a través del liderazgo moderno, Accenture recomienda tres consideraciones clave en este frente:

  • Apostar por un liderazgo responsable, centrado en el propósito de la organización y su papel en la sociedad, considerando el contexto más amplio, desde la turbulencia política y económica, hasta los movimientos de justicia social y los requisitos de sostenibilidad. Los líderes responsables son capaces de responder a estas presiones y adaptarse, conectando su inteligencia en los negocios, con su inteligencia emocional.
  • Construir un liderazgo conectado, que genere cohesión en la organización. Para que los colaboradores puedan dar lo mejor de sí mismos y producir mejores resultados de negocio, es necesario que perciban que las compañías apuestan por satisfacer de manera integral sus necesidades y de esto tiene una gran responsabilidad el ejercicio cotidiano del liderazgo.
  • Impulsar el liderazgo ágil, fomentando un entorno altamente innovador y descentralizado; esto abarca un grado de confianza y experimentación que va en contra del modelo de gestión de ‘comando y control’ del siglo XX, y es especialmente importante en tiempos de incertidumbre y transformación comprimida.
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“Los lideres necesitamos evolucionar en nuestro rol, entender el desafío de liderar organizaciones con generaciones diversas desde baby boomers hasta centennials, y en donde en particular a los más jóvenes los mueve más el propósito y el impacto, que el dinero y el cargo. Los líderes de hoy debemos promover organizaciones omniconectadas entre sí y con el mundo; solo si los líderes evolucionamos y abrazamos este nuevo desafío, será posible evolucionar la cultura de las organizaciones”, concluye María Fernanda Suárez.

Así, el fenómeno de la gran renuncia cobrará un nuevo sentido y, aunque muchos se moverán, tantos otros están en búsqueda activa de una conexión con aquello que hace sentido para su desarrollo personal y profesional. Entonces es tarea de los líderes impulsar esa conexión e impulsar el tránsito hacia nuevos escenarios en términos de talento, competitividad y valor para los negocios.