Home

Opinión

Artículo

Claudia Varela, columnista

Opinión

¿Control o confianza?

No hagamos tantas reuniones si no sirven. No creamos que tenemos que estar en todas las reuniones para ser eficientes ni nos sentamos indispensables y por eso metemos la nariz en todo.

2 de julio de 2023

La vida nos cambió, creo que a veces no somos conscientes, pero nos cambió. A veces no entiendo muy bien cómo logré trabajar tantos años todos los días desde la oficina. Hacer la mezcla de estar más tiempo en casa es vital para el alma. Esta semana escuché a dos personas que no aceptaron un trabajo porque les exigía ir a la oficina todos los días de la semana. Creo que es evidente que aprendimos a trabajar distinto.

Y aunque suene tan lógico, el nivel de control en muchos espacios sigue siendo un poco obsesivo. Un artículo reciente del New York Times afirmaba que ocho de las diez empresas americanas más grandes tenían a sus empleados bajo control a través de software de seguimiento. Esto se complementa con la información del Washington Post que afirma que la demanda de herramientas de monitoreo a empleados se ha incrementado un 65% de 2019 a 2022.

Tal vez sea un tema de exceso de control, pero hay una palabra clave que va a permitir que los equipos sigan siendo de alto desempeño, aunque ya no estén metidos de cabeza en una oficina. Esta palabra es confianza. Si sabemos que la gente no está bajo la mirada seguidora del jefe todo el tiempo, solo queda confiar en la sensatez del manejo del tiempo de todos aquellos que trabajan híbrido.

Al lado de la confianza que hay que tener con los equipos en este nuevo modelo de trabajo, está la manera como planeamos y priorizamos. Hoy hay cientos de metodologías para planear, para agendar, para hacer el famoso To Do list del día. Así que el tema no es de herramientas, sino más bien de alineación.

No hagamos tantas reuniones si no sirven. No creamos que tenemos que estar en todas las reuniones para ser eficientes ni nos sentamos indispensables y por eso metemos la nariz en todo. De verdad ni eres indispensable ni tienes que estar en cada cosa que haga tu equipo. Siempre he dicho que un buen líder se va de vacaciones y su equipo no deja que se note.

Tal vez evitar distracciones sea una tarea que le corresponde al líder de cada equipo, pero ¿qué pasa si el líder es el que genera las distracciones con reuniones solo para conversar? ¿Para medir lo que ha pasado en la última semana cuando no ha pasado mucho, quizás?, ¿o cuándo hace reuniones de mucha gente donde repiten lo mismo 10 veces porque siempre alguien tiene que decir algo?

Hay que tener claro que si confío en los demás no tengo que generar reuniones solo para hacer lluvias de ideas permanentes o definir el color del PowerPoint de una presentación. Si se busca eficiencia hay que promover reuniones eficientes, con objetivos claros.

De otro lado, los reportes y mails no son necesarios en exceso. Midamos de una manera lógica lo que hay que reportar, sin demasiado que ya no se sepa qué hacer con tanta información. El exceso de data nos va a rayar el cerebro. Podemos tener gente que analice, pero detesto la parálisis por análisis. Hay que ejecutar queridos líderes. Como diría un filósofo, “hay que hacer algo”.

Queridos jefes, las distracciones están, de hecho, siempre han estado. Tuve un jefe que se sentaba en su escritorio con una pila de revistas y periódicos (antes de las redes sociales), así que no es novedad. Ayuden a enfocar a sus equipos sin obsesiones con el control personal. Cada quien tiene su vida y sabrá como responde y como resuelve, tú solo acompaña y facilita.

En otras palabras, el control, las métricas, los indicadores deben seguir existiendo como base fundamental para medir el desempeño y el éxito de un plan de acción. Pero no debe ser un monitoreo cabeza a cabeza para cumplir con un horario estricto de oficina. No hay que perder tiempo distrayendo a la gente en que se concentre, sino en que tenga entregables. Trabajemos por resultados, no por hora/silla.

Un poquito más de confianza, menos control y más armonía con el alma propia y ajena.

La mejor manera de saber si puedes confiar en alguien es confiando (Ernest Hemingway)

Noticias Destacadas