GUILLERMO VALENCIA

OPINIÓN

La carrera espacial de nuestro tiempo

China y Estados Unidos se han lanzado a una competencia similar, pero diferente a la del siglo XX. Los viajes espaciales comerciales y la explotación minera serán protagonistas de esta nueva carrera.

29 de junio de 2021

Mientras medimos las consecuencias de la pandemia, una nueva carrera espacial se ha estado formando ante nuestros ojos. Esta nueva era de exploración es muy distinta a la que vimos en la década de 1960 porque esta sí pretende crear estaciones fijas en la Luna y Marte con el fin de ampliar la colonización del sistema solar.

A diferencia de la década de 1960, en esta carrera el sector privado será importante debido a la creación de viajes comerciales que permitan a miles de personas vivir la experiencia que antes estuvo reservada para unos pocos astronautas. De esta forma, veremos distintas caras de la exploración espacial, la científica, la económica, la geopolítica y la comercial.

China ha sido el participante que más rápido ha crecido en lo tecnológico y geopolítico. Su programa espacial llevó a Yang Liwei, primer taikonauta (astronauta en mandarín), al espacio en 2003. Desde entonces han aumentado los lanzamientos desde 7, en ese año, a 30 en 2020.

Este año, la misión espacial china, Tianwen-1, llevó a Marte un rover, con el objetivo de recoger muestras de agua. A este hito se le suma la próxima entrada en funcionamiento de la estación espacial Tiangong, construida por China.

Los avances del programa espacial chino son relevantes porque también contemplan una exploración en lo económico. El año pasado China logró llevar una sonda a la Luna con el fin de recoger material e investigar sus elementos, entre los que se encuentra el Helio-3, combustible necesario para los reactores de fusión nuclear.

Por ahora los avances chinos pueden considerarse como una demostración de soft power. Sin embargo, fue este tipo de iniciativas lo que llevó a los Estados Unidos a desarrollar la Nasa. Fue el miedo al Sputnik y el temor de verse rezagados frente a los soviéticos lo que aceitó esa carrera.

Si bien es probable que no hayamos alcanzado un momento similar al del Sputnik, sí es claro que Estados Unidos no ha logrado grandes avances en este terreno desde la caída de la Unión Soviética.

Su programa espacial no ha tenido una mayor actualización tras la salida de los clásicos transbordadores. Esto hará que iniciativas como Space X, de Elon Musk, y Blue Origin, de Jeff Bezos, sean más relevantes y encuentren una mayor financiación por parte del gobierno de este país.

Por otro lado, las propuestas de viajes comerciales cada vez más económicos podrán asegurarse una demanda futura, lo que podría conducirnos a un escenario en el que los viajes comerciales, los de exploración y la extracción minera ocurran al mismo tiempo.

Esto último, al menos, es parte del plan que China tiene para 2033, año en el que espera llevar a Marte su primera misión tripulada con el fin de establecer una base permanente de investigación y minería.

Es imposible determinar quién ganará esta carrera, pero es claro que la humanidad irá al espacio por periodos de tiempo mucho más largos y en programas separados bajo banderas e intereses nacionales.

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