Home

Opinión

Artículo

CLAUDIA ANGELICA VARELA

OPINIÓN

Me siento solo

Esta frase la he escuchado de manera frecuente en los últimos meses. No sé si soy más consciente de que estas cosas ocurren o simplemente están pasando más, pero definitivamente hay una sensación de desasosiego profundo en muchos.

17 de julio de 2021

No hablo necesariamente de una depresión, pero de una sensación de miedo y soledad, aunque estés rodeado de gente. Muchas personas me lo han dicho, “a veces me siento muy solo, la verdad creo que estoy muy solo”.

Encuentro en algunos la necesidad absoluta de cubrir esta supuesta soledad con muchas actividades, ocupar el espacio y el tiempo que podrían estar libres para liberar los pensamientos de algún tipo de aterrizaje mental que te confronte.

Alguien me decía con mucha tristeza que no podía combatir esta sensación, aunque estuviera con su familia. Entendí también que a veces le damos entonces el poder de cómo nos sentimos a los demás. Mi empleo me da satisfacción, mi jefe me reconoce, mi pareja me da estabilidad, frases comunes que de manera consistente nos muestran que la mayoría de las veces pareciera en manos de otros la responsabilidad de nuestros sentimientos y de nuestras propias vidas.

Uno se siente como se quiere sentir, me dijo mi hija hace unos meses. Es una adolescente y en ese momento estábamos de “pelea”. Entendí que tenía toda la razón y que al final yo misma le estaba enseñando que nadie tiene por qué hacerla sentir mal, ya que ella es dueña de sus propios pensamientos y sus propias emociones.

No hay confianza. No hay compasión. Y parece que tampoco hay autocompasión. Encuentro almas desoladas con una sensación de vacío infinitas porque a veces quedan espacios en el día que no saben cómo llenarse.

El concepto de inteligencia espiritual es muy poco conocido o al menos muy poco aplicado. Se trata de un concepto donde te conoces más, miras más hacia cosas que te muestren tu propósito y los verdaderos valores que te van a llevar a ser un verdadero ser humano exitoso, millonario o no, eso no importa; el tema está desde aquí, en ser consistente con tu propia idea de felicidad y éxito.

Estoy solo. Estoy tan solo. No es cierto nadie está solo si entiende que todos estamos unidos de alguna forma y que además tu mejor compañía eres tú mismo.

El poder de ser vulnerables y de entender que podemos serlo nos pone como humanos más allá de las imágenes perfectas que siempre queremos vender. Nadie es perfecto, todos somos seres poderosamente únicos, pero también defectuosos y vulnerables.

Si tienes gente a cargo, si eres padre de familia, si algún amigo te cuenta algo poderoso, tienes el poder de escuchar de ser empático y procurar generar un cambio en los demás. No se trata de hacer conversión de almas a lo que tú crees son tus ideales, sino en fortalecer un proceso básico de unión con los demás.

No estás solo. Estas contigo. Siempre habrá alguien que quiere escucharte. Y, además, algo que he encontrado es que siempre hay otro ser que se siente como tú.

Sentir la tristeza de una muerte nos ha pasado a todos. Sentir el miedo de morir nos está pasando a diario. Sentir que podemos quedarnos sin trabajo es un miedo que antes no teníamos porque sentíamos un control infinito y arrogante sobre los hechos.

La “mala“ noticia es que no puedes controlar todo. De hecho, puedes controlar muy poco. La buena noticia es que definitivamente no estás solo.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores (Jorge Luis Borges).

Noticias Destacadas