| Foto: Ministerio de Educación

EDUCACIÓN SUPERIOR

Los riesgos de la acreditación de calidad

Los estudiantes de algunas universidades se quejan de los sobrecostos por acreditación de alta calidad y el exceso de expectativas que se generan al culminar la carrera.

26 de enero de 2017

Las instituciones de educación superior se juegan el todo por el todo para lograr el reconocimiento por parte del Ministerio de Educación Nacional (MEN) que los acredite en alta calidad tanto en los programas que ofrece, en el nivel de preparación de los profesores y en la infraestructura. Es por esto que muchas de las instituciones se encuentran haciendo cambios drásticos en sus edificios y construyendo campus universitarios para cumplir los requisitos exigidos para la certificación.

¿Cuáles son los requerimientos?

Para conseguir la acreditación, las universidades deben realizar:
Fase 1: autoevaluación institucional. La IES a acreditar realiza un análisis detallado de sus fortalezas y debilidades con la participación activa de todos sus estamentos (estudiantes, docentes, directivos, personal administrativo, egresados, empleadores y representantes de sectores productivos de la sociedad vinculados a la IES). Como resultado de dicho análisis se elabora un informe de autoevaluación con fines de acreditación que debe ser remitido al Consejo Nacional de Acreditación (CNA).
Fase 2: evaluación externa. El CNA designa a unos pares evaluadores (personas vinculadas a la academia con una trayectoria distinguida), quienes son encargados de realizar una visita a la institución, mediante la cual verifican la existencia de las características de alta calidad y emiten un concepto sobre esta. Los pares entregan un informe al CNA.
Fase 3: evaluación síntesis o final. El CNA emite un concepto final sobre la calidad de la Universidad con base en los insumos derivados de las fases anteriores. Si dicho concepto es favorable, le recomienda al MEN la acreditación. Así, el proceso culmina cuando el MEN expide la resolución de acreditación por un periodo de entre cuatro y diez años.

Una vez se obtiene la certificación de calidad, las universidades tienen la facultad de aumentar el costo de los programas que ofrece para poder cumplir con lo exigido, tanto en contratar profesores capacitados de tiempo completo, como en infraestructura adecuada y esa es la razón por la que muchos de los estudiantes expresan inconformidad por los precios establecidos en cada carrera.

Expectativas y diferencias

Egresados y estudiantes de algunas universidades han manifestado su inconformidad con respecto al manejo que se le ha dado la acreditación “contratan un profesor que dicta clases que no tienen que ver con lo que él estudió pero como es de planta le exigen cumplir”, afirma un estudiante que pidió no ser identificado. Es decir, el docente cumple con los requisitos de posgrado pero su especialización difiere de lo que debe enseñar en la universidad.

Además, según las promesas establecidas por el Ministerio de Educación, un egresado puede un obtener un salario de enganche 11% mayor que quien se gradúa de una institución no acreditada. Algo en lo que no están de acuerdo algunos egresados que aseguran, incluso, no haber logrado conseguir empleo luego de un año de haberse graduado y obtener ofertas de un salario mínimo.

El afán por acreditarse

La carrera por la certificación de alta calidad comenzó en 2015 tras un anuncio de la exministra Gina Parody en el que estableció que a partir del 2018 los préstamos del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex) no podrán ser usados para estudiar en instituciones colombianas de educación superior que no estén acreditadas, es por esto que varias universidades encendieron las alertas y se encuentran en proceso de conseguir la preciada acreditación.