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EDUCACIÓN

"Soñamos con una nueva expedición botánica": Marta Lucía Ramírez

En diálogo con SEMANA, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez habló sobre la hoja de ruta que prepara el Gobierno para implementar las recomendaciones que entregaron los 45 expertos que conformaron la Misión Internacional de Sabios.

29 de diciembre de 2019

Un documento de casi 300 páginas reposa en este momento en el escritorio de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. Se trata de la compilación del trabajo de más de 300 días de 45 expertos que hicieron parte de la Misión de Sabios. Un conjunto de recomendaciones para seguir una ruta que le apunte a una Colombia diferente. Este grupo de intelectuales construyó detalladamente lo que Colombia debe hacer para cumplir más de una decena de sueños y, en cierto modo, para reinventarse.

En diálogo con SEMANA, la vicepresidenta habló sobre la hoja de ruta que prepara el Gobierno para implementar las recomendaciones que entregaron los 45 expertos que conformaron la Misión Internacional de Sabios.

SEMANA: Los sabios le entregaron al país un texto de casi 300 páginas con sus recomendaciones. ¿Qué sigue ahora? 

Marta Lucia Ramírez (M.L.R.): La Misión Internacional de Sabios fue mucho más que solo un grupo de sabios pensadores, en efecto estuvo constituida por 45 expertos nacionales e internacionales que presentaron al país, luego de 300 días de trabajo intenso, en conjunto con: academia, gremios, empresarios, universidades, organismos multilaterales, asociaciones, institutos públicos, comunidades, grupos de investigación, ONG, y jóvenes en semilleros de investigación a lo largo de 16 ciudades y departamentos en 176 eventos distribuidos en 10 conversatorios, 26 foros, 65 reuniones de trabajo, 36 reuniones con grupos de interés, 23 talleres y 13 eventos interfocos a los que asistieron más de 10.000 personas, dejando una hoja de ruta con propuestas en materia de educación, ciencia, tecnología e innovación.  Esto permitirá que el conocimiento responda a las necesidades del aparato productivo y que este se rediseñe en función de la innovación, de construir un país con más competitividad, más capacidad de generar riqueza y optimizar las condiciones que mejorarán el nivel de vida de los colombianos. ¿Qué sigue? Implementar la hoja de ruta.

SEMANA: De este largo informe, ¿cuáles son los dos o tres puntos que considera más relevantes?

M.L.R.: Invitamos a todos los colombianos a leer el informe con profundidad. No nos quedemos en la pereza intelectual, ni en la mera recolección de una lista de propuestas. La misión y el tejido social del país, trabajaron alrededor de dos ejes fundamentales: educación y financiación en función de tres retos fundamentales que deberán ser respaldados por una arquitectura institucional más ágil y amigable que permita el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación. Estos retos son:

  • Colombia Bio-Diversa tiene el reto de preservar y potencializar los recursos hidrobiológicos del país, contribuyendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible con especial atención a la problemática de cambio climático que vive el planeta. El desafío consiste que, en 2030, la bioeconomía represente el 10% del PIB y la economía fundamentada en las industrias creativas el 8%, duplicando las exportaciones, creando 100.000 nuevos empleos a través de asociaciones público-privadas que dinamizarán emprendimientos e innovaciones que capitalicen la excepcional riqueza natural y cultural de Colombia.
  • Colombia Productiva y Sostenible plantea un modelo equitativo basado en la diversificación de la economía, el aumento de la productividad y el suministro de productos y servicios de alta calidad e impacto ambiental cada vez más reducido, que permita duplicar la participación de la industria manufacturera y de servicios en el PIB del país para el año 2030. Esto implica transformar la industria manufacturera, agroindustrial y de tecnologías convergentes hacia la neutralidad de bióxido de carbono (CO2) y desarrollar al menos cuatro sectores industriales basados en la química verde. 
  • Colombia Equitativa promete perfeccionar la oferta en la educación fundamentada en el desarrollo humano, la equidad y el crecimiento económico y con pertinencia regional y así implementar programas de educación media diversificada para el 75% de la población entre 15 y 17 años para 2022, con el objetivo de lograr la universalización en 2030. También fortalecerá el 40% de las escuelas normales en 2022, creando redes nacionales de centros de innovación para los maestros.

SEMANA: Hay recomendaciones muy puntuales. Por ejemplo, que las regiones destinen 25% de las regalías a temas de educación e innovación. ¿Cómo se concreta eso?

M.L.R.: Es una gran apuesta, una recomendación que nos invita a desarrollar el potencial enorme que tenemos, a creer en nuestro talento humano y a apostarle a la ciencia, la tecnología y la innovación (CTeI) para consolidar una economía basada en el conocimiento. Para ello, se hace imperativo reconocer los resultados de la misión, como propios de un tejido social, que, a partir del compromiso solidario, reclama implementar una política de Estado que garantice la continuidad y sostenibilidad de los procesos inherentes a la transformación transgeneracional a la cual le apuntan los resultados de la misión en su prospectiva.

A lo largo de la historia el sistema político colombiano ha sido incapaz de construir políticas de Estado que trasciendan las coyunturas políticas de los diferentes gobiernos comprometiéndose con la sociedad civil. En este momento tenemos la gran oportunidad de pensar en una política de Estado para la CTeI del país.

SEMANA: Otras recomendaciones de los sabios no necesariamente parecen conectadas con el rumbo de la economía. Por ejemplo, ellos proponen diseñar un camino para que el país dependa de la bioeconomía y cada vez menos de los commodities. ¿Cómo reciben este tipo de recomendaciones?

M.L.R.: De ahí la necesidad de una hoja de ruta clara para alinear visiones dentro de una misma prospectiva de país. Nuestra economía no está basada en el conocimiento y adolecemos de la infraestructura crítica necesaria para generar transferencia de conocimiento a niveles significativos para este menester; por tal motivo, necesitamos iniciar -los más pronto posible- los procesos tendientes a favorecer la proliferación de desarrollos basados en investigación y conocimiento, para apoyar el surgimiento de innovaciones disruptivas que creen y consoliden mercados que le aporten bienestar general a los colombianos.

SEMANA: ¿Por qué en el informe de los sabios es tan fuerte el componente de la biodiversidad, el cambio climático, el cuidado del agua?

M.L.R.: Colombia está llamada a ser una potencia bioceánica, su posición geográfica es inmejorable y su riqueza reconocida en 311 tipos de ecosistemas costeros y continentales, 59 áreas protegidas designadas a nivel nacional se ubican en el selecto grupo de países con mega biodiversidad, entre los que figuran China, Bolivia, Brasil, Ecuador, India, Costa Rica, Indonesia, Kenia, México, Perú, Sudáfrica y Venezuela. Según el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia, para el año 2019, 62.829 especies estaban registradas en el país y más de 9.000 se consideran especies endémicas. En cuanto a flora, el país posee entre 40.000 y 45.000 especies de plantas, lo que equivale al 10 o 20% del total de especies a nivel mundial, considerado muy alto para un país de tamaño intermedio. Por supuesto, los resultados de la misión no iban a dejar de reconocer el gran potencial que esto significa para la sociedad y su desarrollo. Desarrollo que podría verse amenazado si no investigamos e implementamos soluciones para mitigar los efectos del cambio climático.

Además, las Misiones emblemáticas, que son una de las recomendaciones de la Misión de Sabios, han sido formuladas bajo las orientaciones de las Políticas Orientadas por Misión -MOP-. Una tendencia global, que como miembros de la Ocde debemos acoger. En ese sentido, un aspecto fundamental en las MOP es proponer soluciones integrales bajo un enfoque que nos permita abordar los desafíos de comunidades y naciones, incentivando la articulación entre la academia, el sector productivo y la sociedad en general.

SEMANA: Uno de los puntos que se hizo ya realidad del informe de sabios fue la propuesta de crear un Ministerio de Ciencia. Sin embargo, los estudiantes critican que el presupuesto es muy poco. ¿Qué les contesta?

M.L.R.: Era imperativo dar el primer paso y crear un ministerio que liderara la política y organizara la arquitectura institucional para la ciencia la tecnología y la innovación del país. Ya eso es una gran conquista. Ahora la tarea es robustecerlo, para que, a partir de nuevas fuentes de financiación -paralelas al presupuesto nacional- le permitan a esta nueva cartera ejercer el liderazgo que el Estado y la sociedad colombiana necesita para su transformación real.

SEMANA: Este tema de la financiación es fundamental en el informe. Quizás una de las conclusiones fundamentales es la apuesta para crecer del 0,25 al 1,50 % del PIB en Ciencia y Tecnología. ¿Eso es posible?

M.L.R.: Tengo la absoluta convicción que es posible. De ahí la responsabilidad y compromiso para la implementación de las propuestas realizadas por la misión. Ahora bien, este logro será el resultado de un proceso que involucra a todo el tejido social del país y trasciende a este gobierno en particular.

La recomendación de la misión al 2022 es llegar al 0,63% en I+D como porcentaje del PIB, de los cuales 0,37% sería inversión pública y 0,26% inversión privada. En cualquier caso, hay metas para 2022, 2030 y 2045. 

SEMANA: Qué tan realista es pensar que el sector privado pueda financiar la inversión en ciencia y tecnología. ¿Hay avances en esto?

M.L.R.: Tan real como que contamos con empresas privadas que han mostrado un decidido apoyo a financiar algunas de las propuestas hechas por la misión y otras que vienen trabajando proyectos propios muy alineados con las recomendaciones, pero necesitamos que sean más. En la misión escuchamos compromisos de empresas que se comprometieron con cantidades específicas para este primer año. La idea es fomentar investigaciones, desarrollo e innovación en materia de energía, salud, materiales inteligentes. De ahí la importancia de contar con empresarios como actores fundamentales de la Misión Internacional de Sabios junto con el Gobierno Nacional. Son las empresas, y no el Estado, las que tienen que generar empleos para los colombianos y coadyuvar al crecimiento económico del país, pero somos conscientes que el Estado debe generar las condiciones iniciales y óptimas para generar un espacio vital de confianza para las inversiones con alto nivel de incertidumbre y de largo aliento. Esta es una estrategia que han usado muchos países, tanto desarrollados como en vía de desarrollo.

SEMANA: ¿Quién le va a hacer seguimiento a este informe?

M.L.R.: En el informe quedó una propuesta de gobernanza. En ese sentido, será deber del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación desarrollar estrategias y programas que permitan hacer seguimiento, no solo a cuanto se ha implementado, si no también, al impacto de cada propuesta allí plasmada. El señor presidente se comprometió a hacer un balance después de un año de la misión. Allí todo el ecosistema de ciencia, tecnología e innovación del país será fundamental.

Es un deber ético de todos los ciudadanos hacer este seguimiento y estamos seguros que los científicos, las academias, las universidades, las empresas y todas las personas interesadas en la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación del país estarán muy atentos porque esta es una apuesta de todos, a largo plazo, y que involucra a las futuras generaciones.

SEMANA: Este equipo de sabios va a seguir vinculado de alguna manera al trabajo para implementar esas recomendaciones?

M.L.R.: Muchos de ellos ya están comprometidos con la implementación y seguimiento de las propuestas. Hemos acordado realizar reuniones periódicas para hacer seguimientos y evaluaciones de impacto a cada propuesta. Este trabajo lo articulará el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación que cuenta hoy con una hoja de ruta muy potente.

SEMANA: ¿Qué papel van a tener actores como las universidades en la implementación del informe?

M.L.R.: Tal como se estableció en el informe, su rol será el de fortalecer la generación de conocimiento, lo que implica la necesidad de diversificar las fuentes de financiación en el sistema CTeI, incluyendo el sector productivo y la banca privada. Por ello se deba adoptar la metodología de misiones para que parte de la investigación que se realiza al interior de la universidad, se realice trabajando bajo el enfoque de retos, problemas, con la participación de múltiples actores, con trabajo académico interdisciplinario e intersectorial.

Las universidades deberán seguir avanzando en la enseñanza de habilidades blandas y durables –en el sentido de que no se tornen obsoletas ante los cambios tecnológicos– será una tarea crucial de todo el sistema educativo. Al mismo tiempo, temas como el alfabetismo de datos y digital, el pensamiento computacional y las habilidades STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Mathematics) acompañados de la comunicación efectiva en una segunda lengua, se convertirán paulatinamente en competencias esenciales para poder contribuir exitosamente al desarrollo de nuestro país.

SEMANA: Gran parte del descontento de quienes salen a marchar tiene que ver con temas educativos. ¿Va a existir alguna conexión entre este informe y los diálogos sociales que el Gobierno está abriendo?

M.L.R.: Las conexiones son todas. La misión fomentó un diálogo social académico, socio-político y económico durante 300 días. Muchas de las conclusiones se ajustan a las transformaciones sociales que clamamos los colombianos y en particular guardan relación con algunas deudas históricas que tiene este país en el ámbito de la educación. 

SEMANA: ¿Qué espera poder concretar primero de las recomendaciones de estos sabios?

M.L.R.: Soñamos con una nueva expedición botánica, una integración sólida de los institutos y centros de investigación del país, programas robustos en STEAM. Necesitamos más inversiones y desarrollos en salud, tecnologías convergentes y energías renovables y sostenibles, mayor pertinencia regional en los contenidos académicos, mayor apropiación de las riquezas y capitalización de las oportunidades dados nuestros recursos hidrobiológicos, una mejor arquitectura institucional para favorecer el tránsito de los hallazgos científicos hacia productos tangibles y/o servicios disponibles en los mercados nacionales e internacionales. Esto se puede, y se está haciendo realidad en el corto y mediano plazo.