EMPRENDIMIENTO
"Si tu motivo es el dinero es muy poco probable que consigas un megaéxito": Fundador de Cabify
La plataforma de movilidad Cabify murió cinco veces entre 2011 y 2014 y sobrevivió gracias al "trabajo duro" y la convicción de su fundador, Juan De Antonio Rubio, un joven emprendedor de un pequeño pueblo español que un día se propuso transformar la movilidad de las ciudades.
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“Un proyecto como Cabify no lo haces para levantar capital, aparecer en la portada de un periódico o hacer mucho dinero, sobrevivimos porque era una idea en la que creíamos y dedicamos nuestro tiempo, el recurso más limitado que existe”, dijo a Dinero Juan De Antonio Rubio.
De tenis, camiseta y jeans, De Antonio representa a la nueva generación de empresarios del sector tecnológico que le da prioridad a las ideas y al talento sobre los viejos estereotipos de poder.
La filosofía de este empresario con espíritu de rockero, que en sus días de adolescencia seguía a bandas como Green Day y de cuyas memorias aún guarda algunas fotografías, es simple: “si encuentras en qué quieres luchar pues lucharas por ello (...) Si intentas hacer algo por dinero, es muy poco probable que consigas hacer algo que consideras un megaéxito".
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Juan De Antonio nació en el pequeño pueblo de Pedraza (unos 200 habitantes), que situado entre las montañas dista de Madrid por 100 kilómetros. Alejado de la congestión y el estrés de las grandes ciudades, paradójicamente optó por ingresar al negocio del transporte.
Primero incursionó en el negocio de la movilidad eléctrica y luego dio un paso al costado para formar su propia empresa con capital propio.
Luego de ello, y gracias al factor de innovación de su marca y su conexión con la industria tecnológica estadounidense, concretó una inversión por medio millón de dólares para lanzar el servicio en España.
Trabajando desde su casa con su colega ‘Sam’, la ‘startup’ inició con el nombre es ‘Maximobility’. Sin embargo, al poco tiempo decidieron cambiarlo porque no era muy atractivo en materia de mercadeo.
Cuando nació la plataforma el emprendedor tenía la idea de ofrecer distintos servicios de ‘pago por minuto’ tales como domicilios o trabajos de fontanería. Sin embargo después de meditar las posibilidades de expansión optó por enfocarse en el servicio de transporte bajo el nombre Cabify, el cual es un tanto curioso para un marca que opera en Iberoamérica.
En sus primeros años la plataforma no la pasó muy bien, ya que distintos ámbitos regulatorios en el mercado español complicaron sus operaciones.
Juan De Antonio Rubio explica que en ese país existen las licencias tradicionales de taxi y también los vehículos de servicio especial conocidos como UBTCS. Ambos pueden ofrecer el servicio a particular o a empresas.
Ya para el 2012 la compañía se expandió a distintos mercados latinoamericanos como México, Perú y Chile. Colombia estaba en los planes iniciales de Cabify pero al no poder consolidar un equipo en su debido momento su llegada se aplazó hasta 2015.
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“Yo suelo decir que el mayor error que tuvimos fue lanzar el producto en España en vez de venir directamente a América Latina. Las cosas no son fáciles en Europa, hay muchas industrias establecidas y la oportunidad de diferenciarte no es tan grande”, explica el empresario.
Aunque considera que el mercado más complejo en el que actualmente opera la compañía es España- dado que las licencias UBTCS se están asignando vía judicial- también hacen parte de su listado naciones latinoamericanas como Colombia, en donde las multas y los intentos de bloqueo han sido una constante.
“Colombia es un mercado donde no hay una claridad sobre procesos regulatorios, eso es siempre difícil. Cuando tú decides hacer inversiones tienes una cierta incertidumbre sobre lo que va a pasar en el futuro”, comentó.
De Antonio resume que ingresar al mercado colombiano no ha sido nada fácil para ninguno de los competidores, dado que “se dice una cosa y luego se tolera otra”, con lo cual afecta los planes de inversión.
A pesar de las dificultades el empresario explica que en la actualidad la compañía está cooperando con los distintos grupos políticos para que logren visibilizarse sobre el problema de la movilidad.
El objetivo, según explica, es que las autoridades entiendan que “tenemos que garantizar un servicio de calidad y que genera empleo”.
“Los conductores que trabajan en plataformas como Cabify están en un entorno formalizado donde declaran sus impuestos y ganan unas cantidades razonables comparables a un empleo digno”, afirma.
De Antonio es consciente de que la disrupción no es fácil de aceptar, ya que tal y como sucedió en la revolución industrial con la industria textil, se requiere un cambio de mentalidad y sobre todo una desarticulación de las viejas relaciones institucionales que “luchan por su poder”.
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“Internet está transformando nuestra sociedad y ese proceso presenta varios retos. Como sociedad podemos oponernos a la innovación, pero si se toma ese camino lo que suele ocurrir es que esa innovación se genera en otros países y luego desde allá llega y se impone aquí”, añade.
A su forma de ver, países como Colombia corren el riesgo de dejar escapar el talento de sus emprendedores, dado que varios de los vacíos regulatorios están impidiendo el desarrollo de ideas locales.
Con lo cual solo resta esperar a que naciones desarrolladas tanto tecnológica como legislativamente traigan sus modelos de negocios para replicarlos aquí.
“Como sociedad, tienes que pensar si proteges lo establecido o si miras hacia el futuro y dices esto (el cambio) tiene sentido”, insistió De Antonio, al hablar sobre las implicaciones de negarse a la innovación.
Cabify constantemente quiere renovarse y por ello ha empezado a ofrecer nuevos servicios de movilidad con autos eléctricos, como ya lo hace en Colombia, pero también con ‘bicis’ y scooters.
La compañía considera que en el futuro la movilidad será asumida como un servicio, básicamente como si se tratara de un plan de telefonía móvil o un servicio público.
Por ende, la apuesta de Cabify en los próximos años es brindar planes de movilidad prepagados con los cuales una persona podrá decidir mensualmente por ejemplo si compra 100 o 200 kilómetros para transportarse en cualquier de las modalidades disponibles.
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