Delfines por doquier

En noviembre de 1983 los colombianos vivían el salto de los delfines a la arena política nacional. Ya entonces la herencia familiar era suficiente para comenzar una carrera. Hace 30 años, SEMANA dedicó su portada a los herederos que se perfilaban en los medios. Los nombres de Alfonso López Caballero, Julio César Turbay Quintero, Diego Betancur Álvarez y Andrés Pastrana resonaban con fuerza. Especialmente los últimos dos descollaban ya que parecían tener la madera para ser candidatos presidenciales. También había un grupo de ‘antidelfines’ que habían decidido romper con la tradición familiar: un hijo de Alberto Lleras Camargo era criador de perros, y la hija de Álvaro Gómez Hurtado tenía un jardín infantil. Ellos, sin embargo, eran la excepción, pues a la mayoría se le hacía agua la boca cuando pensaba en alcanzar con rapidez un alto cargo. Eran tantos que era difícil no toparse con un delfín en todas las corrientes del país. “El síndrome de los mismos con las mismas”, como esta revista bautizó al fenómeno, resultaba incómodo para muchos, pero la historia ha mostrado que tenía razón.