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Helenita Vargas (1934-2011)

Varias generaciones de colombianos vibraron con las canciones de Helenita Vargas y su música será un hito por siempre, aunque su voz se haya apagado el 7 de febrero.

12 de febrero de 2011

Varias generaciones de colombianos vibraron con las canciones de Helenita Vargas y su música será un hito por siempre, aunque su voz se haya apagado el 7 de febrero. Nació el 3 de marzo de 1934 en Puerto Tejada y creció al ritmo de los tangos que escuchaba su madre. Por eso desde los 4 años, antes de aprender a leer, ya memorizaba canciones completas. A los 16 años abordó en Cali al maestro mexicano Agustín Lara y le dijo que quería cantar. Y lo hizo como siempre, pero con mucha más pasión y entrega. Un año después se casó por primera vez, y aunque reconoció que no fue feliz en esa unión, le dejó su única hija. Luego compartió su vida con Gonzalo Zafra Villa, y esa relación, que duró veinte años, fue fundamental para que Helenita despegara como cantante, pues al principio, como ella lo reconoció, buscaba en el licor la seguridad necesaria para cantar. Detrás de sus canciones de despecho estaba una mujer con un gran sentido del humor y apasionada por la vida. ‘La ronca de oro’ vivió en el corazón de las cantinas colombianas, donde nunca faltó su música. Pero su mayor logro fue conquistar con la ranchera los sectores más altos de la sociedad, como recuerda su amigo el exfiscal Alfonso Gómez Méndez: “Los tenderos y los taxistas, así como los asistentes a los salones bogotanos, todos andaban detrás de ella”. Después de 50 años de vida artística, su estado de salud le impidió seguir. En 2008 Helenita esperaba un trasplante de hígado que solo pudo realizarse dos años más tarde. Ni aun en esos días Helenita perdió su humor o su carácter ‘gocetas’. Incluso después del trasplante le dijo al exfiscal que “ya no clasificaba como novio, porque le habían puesto un hígado de un muchacho de 22 años”. Pero su cuerpo rechazó el órgano y empezó a tener complicaciones, a las que no sobrevivió. Ahora que se fue no solo será recordada por su música, sino también por su implacable ingenio.