¡No más periodistas asesinados!

El pasado martes, un día antes de que los colombianos conmemoraron los 15 años de la muerte del humorista Jaime Garzón, unos sicarios le quitaron la vida a uno de los periodistas más valientes del país: Luis Carlos Cervantes. A las 2 y 15 de la tarde, el director de la emisora Morena F.M. de Tarazá, Antioquia, regresaba a su casa en una moto cuando tres hombres le dispararon. Todo comenzó en 2010 cuando, como corresponsal de Teleantioquia, Cervantes destapó el llamado ‘Carrusel de los alcaldes’, un anillo de corrupción que operaba en varias administraciones locales. Desde entonces las bandas criminales, especialmente los Urabeños, le hicieron la vida imposible. Las críticas cayeron sobre la Unidad Nacional de Protección, que el 23 de julio le quitó los escoltas y el carro blindado que le había asignado, al tener información de que no corría peligro y de que su emisora tenía una programación estrictamente musical. Pero sus enemigos, al parecer, no lo olvidaron. En el momento del crimen Cervantes tenía 23 amenazas. La Fundación para la Libertad de Prensa criticó a la Fiscalía por no reaccionar con prontitud a las nuevas denuncias que él mismo había hecho. Según la Defensoría del Pueblo, 93 periodistas tienen amenazas en Colombia, algo preocupante pues en 2013 solo eran la mitad.