"El Ballet de Colombia lo hice yo"

SEMANA: ¿A los 71 años qué es toda una vida dedicada al ballet?

J.O.G.: Son ya 52 años de estar metido en este maremágnum sin ningún apoyo, sin nada, pero para adelante siempre.

SEMANA: ¿Por qué dice que 90 por ciento de los bailarines le deben mucho?

J.O.G.: Porque por la Escuela de Ballet de Jaime Orozco han pasado, directa o indirectamente, 99 por ciento de los bailarines de este país. El Ballet de Colombia, que tiene fama mundial, lo hice yo. Además espero convertir estos grupos de danza en la representación diplomática más grande que tenga el mundo. Me perdona la humildad, es que yo soy tan humilde.

SEMANA: ¿Cree que el gobierno se debe comprometer más con la danza?

J.O.G.: No por mí, porque yo aprendí el negocio de la danza, sino por unos, digamos, 20.000 bailarines que necesitan un apoyo, que necesitamos que alguien luche por nosotros. Estamos haciendo la propuesta para que cada empresa tenga un bailarín profesional y cada empresa recuperaría esos rublos que aporta con las mismas presentaciones del ballet.

SEMANA: ¿Por qué está tan interesado en rescatar los rasgos indígenas en la danza colombiana?

J.O.G.: Es una necesidad de reverenciar y reconocer, después de 500 años, a toda una cultura amenazada, masacrada física y espiritualmente. De evocar a quienes vieron castradas sus ideas. Tenemos las leyendas más hermosas que hay. Váyase al Museo del Oro, recréese, ponga su mente a funcionar y haga todos los ballets que quiera, que fue lo que yo hice para crear Colombia Mágica.

SEMANA: ¿Usted cree que a través de la danza se puede crear un nuevo país?

J.O.G.: Puede decirles al 'Mono Jojoy' y a mi amigo, el otro, el de la toalla, primero que cambiemos la toalla por amor, que cambiemos la toalla por danzas y que no la bote ya. Me he dedicado los últimos años a trabajar con colegios, a mostrarles y explicarles a los niños qué es la danza colombiana, cómo es, cómo fue y cómo va a ser.