XII Cumbre Líderes por la Educación

Santander impulsa un nuevo modelo de financiamiento educativo para ampliar el acceso a la universidad

Acceder y mantenerse en la educación superior continúa siendo un desafío para muchos jóvenes. Con becas, filantropía y nuevos modelos, la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) impulsa un cambio que ya empieza a sentirse en la región.

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19 de noviembre de 2025, 10:02 p. m.
Frente a un sistema financiero que ofrece créditos de corto plazo y percibe a los estudiantes como clientes de alto riesgo, la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) decidió asumir el reto de innovar en acceso y re
El sector productivo necesita talento humano calificado y, al apoyarlo, impulsa un círculo virtuoso de desarrollo regional. | Foto: UNAB

En Colombia, solo cuatro de cada diez jóvenes logran ingresar a la universidad y apenas la mitad culmina su carrera. El resto queda atrapado en un círculo de frustración y desigualdad. En Bucaramanga, este drama es aún más palpable: miles de estudiantes deben decidir entre seguir estudiando o atender necesidades básicas como transporte, vivienda o alimentación.

XII Cumbre Líderes por la Educación: educar con humanidad

“El impacto trasciende lo individual y se convierte en un problema social: cada joven que no logra culminar sus estudios representa una oportunidad perdida para su familia y para la región”, advirtió Juan Camilo Montoya, rector de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB).

Para el rector, el futuro pasa por construir un macrosistema de financiamiento compartido en el que universidades, bancos y empresas asuman juntos el riesgo, y el Estado fortalezca al Icetex y los fondos de garantías.
Para el rector, el futuro pasa por construir un macrosistema de financiamiento compartido en el que universidades, bancos y empresas asuman juntos el riesgo, y el Estado fortalezca al Icetex y los fondos de garantías. | Foto: UNAB

Frente a un sistema financiero que ofrece créditos de corto plazo y percibe a los estudiantes como clientes de alto riesgo, la UNAB decidió asumir el reto de innovar en acceso y retención. Lo hace con un abanico de mecanismos que van desde la filantropía hasta modelos flexibles de pago diferido.

Flexi y Flexi30 son dos de las alternativas más llamativas. El primero permite pagar la matrícula en cuotas sin intereses durante el semestre. El segundo, cubrir solo el 30% del valor durante la carrera y diferir el 70% restante hasta después de graduarse, sin codeudores, gracias al respaldo del Fondo de Garantías de Santander (Garantisa). “Lo único que necesita el estudiante es la motivación”, enfatizó Montoya.

A esto se suma el Plan Horizontes, que permite cubrir el ciento por ciento de la matrícula una vez el egresado consiga empleo formal, con un costo fijo de sostenimiento durante los estudios. En enfermería, por ejemplo, los estudiantes pagan apenas 170.000 pesos mensuales. T

ambién está el convenio con Lumni (Avanza+), un esquema de pago contingente al ingreso que ajusta las cuotas a un porcentaje del salario del graduado.

La universidad entiende que la sostenibilidad del acceso depende también de la solidaridad. Desde 2021, con el Fondo de Becas Rafael Ardila Duarte, la UNAB ha entregado 60 becas completas a jóvenes de municipios como San Vicente, Betulia y Piedecuesta. La campaña Pa’lante Colombia, impulsada por la Universidad de los Andes en alianza con la UNAB, permitió recaudar más de 1.100 millones de pesos para sumar nuevas cohortes.

“Estamos convencidos de que la filantropía universitaria es un motor transformador: cada beca cambia no solo la vida de un estudiante, sino la de toda su familia”, dijo Montoya.

El modelo incluye, además, alianzas con empresas locales para financiar becas, prácticas remuneradas y créditos condonables. La lógica es clara: el sector productivo necesita talento humano calificado y, al apoyarlo, impulsa un círculo virtuoso de desarrollo regional.

Para el rector, el futuro pasa por construir un macrosistema de financiamiento compartido en el que universidades, bancos y empresas asuman juntos el riesgo, y el Estado fortalezca al Icetex y los fondos de garantías. “No podemos seguir hipotecando los sueños de los jóvenes. La educación debe ser un derecho real, no una carrera de obstáculos financieros”, concluyó.