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CANDIDATO DE TRES SOLES

El viernes pasado el general Harold Bedoya prácticamente lanzó su candidatura presidencial. Y no le fue nada mal.

1 de septiembre de 1997

Duró poco la expectativa sobre si el general Harold Bedoya Pizarro iba o no a ser candidato. Su lanzamiento ocurrió el pasado viernes. Lo primero que se puede decir es que en una extensa entrevista en el noticiero CM& dejó una impresión muy favorable. Con facilidad de expresión, sentido del humor, agilidad y claridad mental, el nuevo candidato contestó una a una y en forma precisa las preguntas que le formularon. Sin embargo, a pesar de su debut exitoso las tesis que el general tiene en el fondo van en contravía de la mayoría de la opinión pública. Su programa de gobierno, como lo dijo ese mismo día al noticiero 24 Horas, tiene dos puntos: no al diálogo con la guerrilla y extradición de una vez. Por más populares que sean estos dos temas en la clase dirigente, está demostrado que la mayoría de los colombianos no las comparte. Los puntos de vista del ex comandante de las Fuerzas Militares son considerados radicales. Sin embargo, en medio de un abanico de candidatos desdibujados que quieren quedar bien con todo el mundo, Bedoya tiene el mérito de poseer una posición totalmente definida: la derecha es él.Aún así y con las encuestas a su favor muchos creen que es poco probable que la candidatura de Harold Bedoya culmine en la Casa de Nariño. Lo que sí es claro es que si sigue como va el oficial va a terminar convertido en una alternativa muy interesante como fórmula vicepresidencial. Además, con sus polémicas declaraciones y su radicalismo, Bedoya va a animar una campaña presidencial que se veía bastante aburrida. Tras sus declaraciones del viernes, en las que dijo cosas muy duras contra el gobierno, el presidente Samper y el Ministro de Defensa, está claro que Bedoya va a aplicar el viejo adagio de que una buena defensa es el mejor ataque. Así, por primera vez desde su retiro, dijo sin titubeos que la campaña presidencial de 1994 fue infiltrada por el narcotráfico. Por eso, si sigue su avalancha de declaraciones contra sus antiguos jefes, el general Bedoya amenaza con convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Al finalizar la semana quedó en claro que en lugar de hacer un cambio rutinario en la línea de mando castrense el gobierno posicionó al destituido comandante de las Fuerzas Militares como candidato presidencial.