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DE LA AVENUE MONTAIGNE A LOS BARRIOS DEL SUR

5 de julio de 1982

Tiene hijos, muchos hijos que le escriben desde los lugares más remotos. Hijos choferes, hijos mecánicos o telegrafistas, pero también abogados, médicos y hasta un ingeniero espacial que vive en la URSS.
Veinte o treinta años atrás, todos ellos eran gamínes bogotanos, que ella recogió, albergó y educó. Naturalmente siguen llamándola mamá. Mamá Yolanda (para ellos), Yolanda Pulecio (para todo el mundo), vive en París donde ocupa el cargo de Consejero en la Embajada. Ahora ha venido a Bogotá para adelantar gestiones relacionadas con la adopción de niños colombianos. ¿Cuál es realmente su mundo? Muchos piensan que es el de la Avenue Montaigne o el del Feaubourg Saint Honoré, con sus costosas "boutiques" que a ella le fascinan. En realidad, se equivocan. La dama siempre a la última moda, que se bebe con la vista las páginas de "Vogue", se siente más a sus anchas en los sombríos barrios del sur bogotano, en el mundo de sus gamines y albergues, que no la olvidan. Cuando llega, las primeras rosas que aparecen en su casa son de los gamines y no de sus admiradores de corbatas de seda y apellidos completos. Las flores de éstos aparecen cuando las otras se están marchitando.