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EL LEON DEL VALLE

CUANDO MUCHOS CREIAN QUE SALDRIA TRASQUILADO, GERMAN HOLGUIN, PROMOTOR DEL PARO EMPRESARIAL, FUE EL HEROE DE LOS GREMIO ANTE EL CONGRESO.

29 de abril de 1996

A principios de marzo, cuando el presidente del Comité Empresarial Permanente del Valle, Germán Holguín Zamorano, propuso un paro empresarial como última opción para enfrentar la cri-sis institucional y presionar la salida definitiva del presidente Ernesto Samper, al dirigente caleño le llovió mucha agua sucia.Los baldados más oscuros los lanzó el Senado, desde cuya Comisión Tercera algunas voces aseguraron que la propuesta bien podía constituir una incitación a la sedición. Samper opinó que un paro sería como si los empresarios se pegaran un tiro en un pie y algunos dirigentes sindicales amenazaron con tomarse las empresas si la iniciativa prosperaba. Incluso entre sus colegas, los representantes gremiales, que desde hace rato discuten una solución a la crisis, hubo quienes lo calificaron de extremista al considerar que si bien es urgente encontrar una salida a la encrucijada, un paro de esas características no podía ser propuesto así no más.La iniciativa encontró tantas reticencias que el martes de la semana pasada muchos pensaron que, en la citación que días antes había previsto la Comisión Tercera para cuestionar a los dirigentes empresariales por la iniciativa, el líder vallecaucano terminaría la jornada en la pira del sacrificio. Aunque el cuestionario preparado por la Comisión no sólo iba dirigido a Holguín, para todo el mundo resultaba obvio que los dardos más venenosos serían disparados contra él.Eran tales los malos augurios para el empresario del Valle del Cauca que las apuestas se dividían entre quienes pensaban que lo iban a aplastar y quienes aseguraban que se retractaría de su propuesta inicial. Todos estaban equivocados. La melena plateada del dirigente caleño resultó ser la de un león. Holguín no sólo fue enérgico en su posición frente a las reacciones negativas a su propuesta que, según él, "van desde el anuncio de denuncios ante la Fiscalía y de interrogatorios por subversión ante el Senado de la República, hasta amenazas de muerte por ejercer mi derecho a la libertad de expresión", sino que se ratificó punto por punto en su planteamiento inicial: una cruzada para rescatar la moral en el Congreso, la capacidad del Poder Judicial para derrotar la impunidad y la gobernabilidad en el Ejecutivo. Para lograr este objetivo, insistió en la renuncia del primer mandatario. Y, como una opción final, reiteró su llamado a un paro empresarial.El dirigente caleño terminó aplaudido y el extremista de un mes atrás se convirtió en el héroe de la jornada. Puede que el paro se haga o puede que no. Pero por lo pronto lo que sí quedó claro al cierre del debate es que el Senado lo va a pensar dos veces antes de volver a citar a personajes como Holguín, a quien ninguno de los avezados parlamentarios que planeó la encerrona pudo enseñarle algo en materia de debate y oratoria.