Home

Gente

Artículo

diseño

Mucha tela que contar

Lila Ochoa, directora de la revista 'Fucsia', acaba de lanzar el libro 'Colombia es moda', donde hace un recuento de los primeros 100 años de esta industria en el país.

21 de julio de 2007

Uno de los primeros recuerdos de Lila Ochoa es, como en el caso de casi todas las niñas, jugar con muñecas. Pero en vez de recrear historias de la mamá, el papá y la casita, ella se divertía cosiendo ropa y cambiándoles los vestidos. Por eso también empezó a estudiar alta costura a los 12 años con Inés Gutiérrez, graduada de la Chambre Syndicale de la Haute Couture en París. "En las familias antioqueñas coser es una tradición que viene en la sangre y además yo fui educada como las niñas de la época. Uno tenía que saber cocinar, coser y cantar", contó a SEMANA. Por eso las telas, los hilos y los diseños fueron una actividad natural en la vida de Lila. Escribir también es un talento que cultivó desde cuando estaba en el colegio, y ganaba concursos de cuentos. Pero fue ya en su trabajo como directora de la revista Fucsia donde lo consolidó y por fin lo expuso al público. De la combinación de estas dos pasiones nació el libro Colombia es Moda, que fue lanzado en la más reciente edición de Colombiamoda.

La investigación duró un año. Empezó con visitas a librerías y bibliotecas, con la búsqueda de aquellos personajes que habían trabajado en empresas como Fabricato, Coltejer y Tejicóndor; y de empresarios pioneros y activos dentro de la industria. La consecución de las fotos que ilustraran esa historia tampoco fue fácil, y en gran medida resultó siendo un compilado de archivos personales de familias antioqueñas y de los archivos de la Universidad Piloto. Una de la primeras preguntas que fascinaron a Lila fue, por qué las mujeres de esa región eran diferentes a las del resto del país. Con la investigación, la respuesta resultó siendo obvia. "Ellas fueron las primeras que tuvieron la oportunidad de entrar a la fuerza de trabajo, tenían sus propios ingresos y eran muchas veces cabezas de familia. Tenían la posibilidad de opinar y eran ciudadanas de primera categoría". Los empresarios textileros se dieron cuenta de que las mujeres tenían una gran delicadeza para manipular la materia prima, mayor constancia y sentido de responsabilidad, y además en aquel entonces podían recibir un pago más bajo, lo cual elevaba la productividad.

Mientras más investigaba, más se enamoraba del tema. Sobre todo por la ayuda que recibía de todas aquellas personas que se habían cerciorado de que la historia de la moda no se perdiera. "Hacen programas de radio, la Cámara de Comercio de Medellín ha estado pendiente de eso, los libros que se han escrito se escribieron en Antioquia, entonces sí hay un camino hecho. Lo que hice yo fue recoger toda esa información y ponerla en blanco y negro".

Pero más allá de reunir todo ese saber, la escritura del libro se convirtió en un homenaje a sus ancestros. Aunque ella nació y se crió en Bogotá, su familia es originaria de Antioquia, pero fue emigrando hacia el Valle del Cauca antes de llegar a la capital. Proviene de aquellos paisas que para vencer las dificultades para crear industria por las condiciones geográficas del departamento llegaron a otras regiones en busca de soluciones. En el caso de los textiles se quería mejorar la calidad del algodón y facilitar las rutas de transporte de maquinaria.

Colombia es Moda hace un repaso por toda la historia en 10 capítulos. Comienza con el nacimiento del arte de la confección en Francia y luego se enfoca en los pioneros y los empresarios que crearon la industria en Colombia. Pasa por la crisis de los 70, cuando el país comienza a competir en esta área con el resto del mundo y los problemas que surgen a partir del contrabando. También marca la creación de Inexmoda en los 80, que fue la unión de todo el sector para traer tecnología y conocimientos del resto del mundo. Dedica un capítulo a Alicia Mejía y su trabajo en la creación de las ferias de la moda en el país, sobre todo como gestora de Colombiamoda. Presenta a algunas de las más importantes diseñadoras colombianas, como Silvia Tcherassi, Isabel Henao y Amelia Toro, entre otras. Y dedica el último espacio del libro a la creación del proyecto Identidad Colombia, que ha contado con un fuerte trabajo de promoción por parte de Lina Moreno de Uribe, la primera dama; además del apoyo de empresas como Movistar.

"En este momento estamos viendo el maridaje entre la industria y el talento de los diseñadores para crear un producto final. Pasamos por la etapa en que estamos encontrando nuestra propia identidad, nuestra propia voz. Para poder decir algún día, porque no lo podemos decir aún, que tenemos moda colombiana", aseguró Lila a SEMANA. Aunque la industria se mueve rápidamente, y ya cuenta con un centenario de historia, si se compara con los 400 años que lleva existiendo en Francia, se puede decir que apenas está llegando a su adolescencia en Colombia. Pero los pasos se están dando y hoy "las nuevas generaciones están saliendo mucho mejor educadas a montar una colección. El punto final es poder llegar a competir, y para poder llegar a competir tenemos que dar un producto distinto, con un sabor distinto y con un lenguaje distinto, y estamos en eso". Colombia es moda es apenas el primer capítulo de una historia en desarrollo, porque todavía queda mucha tela por cortar.