Cruceros
Cruceros de lujo: el Royal Caribbean vuelve a zarpar desde Cartagena con fechas hasta 2027
El Puerto de Cartagena inicia una nueva temporada de embarques de Royal Caribbean con 75 operaciones programadas hasta 2027, consolidando a la ciudad como puerto base del Caribe sur.
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Los remolcadores se alinean frente al muelle de Manga, donde el Serenade of the Seas se prepara para arribar. En el aire hay expectativas. Tripulantes, maleteros y turistas se cruzan bajo el sol de Cartagena. Es domingo, y con él comienza la temporada que le devolverá a la ciudad su papel protagónico en el mapa del Caribe: el regreso de los embarques de Royal Caribbean desde Colombia tras una temporada sin operaciones de embarque.
Hoy, Cartagena retoma su condición de puerto base internacional, un título que no solo tiene peso simbólico sino también económico. Hasta abril de 2027, cada domingo será día de zarpes: 75 operaciones están programadas con los barcos Serenade of the Seas y Grandeur of the Seas, que moverán a más de 80.000 pasajeros por itinerarios que conectan a la ciudad con Aruba, Curazao, Bonaire y Colón, y que dejarán un impacto económico calculado de 22,3 millones de dólares, si se tiene en cuenta que el gasto promedio del turista que embarca es de 279 dólares, de acuerdo con BREA.
Este anuncio también representa una oportunidad para que colombianos y latinoamericanos puedan embarcarse en un crucero sin necesidad de visa estadounidense, algo que sí se exige a quienes inician su travesía desde Estados Unidos, el país desde donde zarpan la mayoría de cruceros. “Con el regreso de los embarques, Cartagena reafirma su liderazgo en el Caribe. Iniciar un crucero desde nuestra ciudad es generar nuevas oportunidades para todos”, explicó María Emilia Bonillas, coordinadora de la Terminal de Cruceros de Cartagena.
Pero el proceso no fue inmediato. Según Bonillas, la terminal y el Grupo Puerto de Cartagena asumieron el reto como una prioridad, adecuando espacios, tecnologías y procedimientos al estándar internacional de la naviera. “Queríamos que los pasajeros, desde que entraran a la terminal, tuvieran una experiencia positiva para iniciar su recorrido. Realizamos inversiones importantes para que el pasajero deje su equipaje y haya un espacio donde se realice la recepción, inspección y segregación, tal como se hace en los principales puertos del mundo”, señaló.
Sin embargo, la apuesta no se limita a mover turistas: cada embarque representa una inyección directa a la economía local, si se tiene en cuenta que los visitantes que llegan o parten desde Cartagena consumen en hoteles, restaurantes y transporte, generan empleo y promueven circuitos de turismo interno. En ese sentido, la Terminal de Cruceros de Cartagena estima que solo en la temporada 2025-2026 la ciudad recibirá 442.740 visitantes, con un impacto económico de 52,9 millones de dólares. Además, habrá 180 recaladas, 22 pernoctaciones y más de 60 días con múltiples barcos atracados simultáneamente.
“Realmente la apuesta con Royal Caribbean en el mercado latinoamericano es tener una temporada extendida”, aseguró Itzel Valdés, vicepresidenta de Royal Caribbean para Latinoamérica y el Caribe, resaltando el itinerario de Serenade of the Seas, que operará desde octubre de 2025 hasta abril de 2026 y que ampliará la oferta para todo el público de América Latina.

Por su parte, el barco de la clase Radiance puede alojar a más de 2.100 pasajeros y ofrece ventanales panorámicos que abren la vista al mar. En mayo del próximo año se sumará el Grandeur of the Seas, de la clase Vision, con un ambiente más íntimo y acogedor para quienes buscan diversión y cultura latina. Juntos completarán una travesía que extenderá la temporada de embarque hasta 2027.
Así, el regreso de los embarques de Royal Caribbean representa un impulso para la capital de Bolívar, pues pese a que en la última temporada el puerto había sido solo punto de paso, hoy vuelve a ser el origen del viaje. Y ese cambio de rol reposiciona a la ciudad frente a otros destinos competidores, incluso por encima de Panamá en número de pasajeros embarcados, además de brindarle a los otros trabajadores –operadores logísticos, taxistas– un impacto positivo en sus jornadas.
A bordo del Serenade of the Seas, el capitán Carlos Díaz observa el movimiento del muelle antes de dar la orden de zarpe. Hijo de padre cartagenero, encarna el espíritu de esta temporada que devuelve a la ciudad su papel en el Caribe. “Para mí es un verdadero honor estar aquí y mostrarle al mundo nuestra vitalidad, nuestra gente y nuestra cultura. Esta temporada representa una oportunidad maravillosa para poder mostrarle al mundo nuestros puertos, nuestras comunidades y nuestra calidad humana”, dijo.
Díaz también resaltó una particularidad del itinerario que lo diferencia de otras rutas del Caribe: comienza en el corazón del litoral colombiano. Para el capitán, eso le da al viaje un sentido especial. “Este barco tiene un aroma familiar, una conexión entre la tripulación y el huésped. En cuanto pongan un pie a bordo se van a sentir en casa. Serán siete días emocionantes, llenos de aventuras y de mucha energía, que quedarán para siempre”, concluyó.
Lo cierto es que desde ahora, en el muelle, el movimiento se repite cada domingo: pasajeros que suben, tripulantes que ajustan cabos y una ciudad que vuelve a funcionar como punto de partida.