Según la Real Academia Española (RAE), la resiliencia es la capacidad de adaptación frente a un agente perturbador o una situación adversa. Y si su diccionario fuera ilustrado, cualquiera de estas mujeres valientes podría prestarle su rostro a esa definición. Antes de convertirse en destacadas ejecutivas, ellas enfrentaron desde la falta de recursos para estudiar lo que querían hasta el desplazamiento forzado por la violencia. Una de ellas estuvo incluso al borde de la muerte, y otra tuvo que enfrentar el asesinato de su madre. Ninguna se resignó. Como dicta la segunda acepción de la RAE, una vez cesó la perturbación, recuperaron su estado inicial. Pero no se quedaron ahí. Con su dolor y sus miedos como palanca, dieron un salto de gigantes en sus vidas y en sus profesiones, y hoy ejercen la resiliencia corporativa: mantienen la operación en medio de mercados volátiles, disrupciones tecnológicas y pandemias, aprenden rápido de los fracasos y vuelven con soluciones creativas, y construyen reservas de cara a las crisis futuras.










