
Opinión
Equidad laboral: más allá de las cifras, una apuesta real por el talento
La verdadera equidad femenina no está en hojas de Excel. La transformación se hace realidad cuando se impactan vidas y entornos al cambiar las narrativas, visibilizar los talentos femeninos y abrir oportunidades reales para expandirlos.
Durante años, hablar de equidad laboral fue una aspiración noble, pero lejana. Un ideal que parecía más un compromiso de papel que una realidad palpable en los entornos de trabajo. Hoy, sin embargo, estamos llamados a construir espacios donde el talento no tenga género, donde la maternidad no implique retroceso profesional y donde la diversidad sea entendida como un valor estratégico y no como una cuota por cumplir.
En el sector empresarial, y especialmente en el comercio, hemos visto avances. Las cifras muestran mejoras tímidas pero constantes en la participación de mujeres en cargos directivos, en el cierre de brechas salariales y en el diseño de políticas internas más inclusivas. Pero no basta con mostrar porcentajes; la equidad no se mide solo con hojas de Excel. La verdadera transformación sucede cuando logramos que nuestras colaboradoras se sientan vistas, valoradas y proyectadas.
Desde mi rol como gerente de Titán Plaza, uno de los centros comerciales más importantes de Bogotá, he sido testigo de cómo la inclusión y la equidad pueden generar impactos reales, tanto en la productividad como en la cultura organizacional. En un entorno que mueve miles de visitantes al día, más de 200 marcas y cientos de empleos directos e indirectos, entendimos que el bienestar de nuestras colaboradoras y colaboradores es un pilar fundamental para el crecimiento sostenible e impacta directamente en la familia, la sociedad y el país.
Lo anterior implica decisiones concretas: acompañamiento a madres gestantes, horarios flexibles para cuidadoras, oportunidades de capacitación para mujeres mayores de 40 años, promoción de liderazgos femeninos entre equipos de seguridad, aseo y administración. Equidad no es tratar a todas las personas igual; es reconocer las particularidades de cada una y ofrecer las herramientas para que todas puedan desarrollarse con libertad y dignidad.
En este camino, hay que derribar mitos. No, las mujeres no lideramos “peor” por ser más emocionales. Tampoco tomamos decisiones más lentas ni somos menos técnicas. Lo que sí hacemos, con frecuencia, es liderar con empatía, con visión colectiva y con un enfoque sistémico que enriquece cualquier mesa de trabajo. Y no es una competencia entre estilos masculinos y femeninos: es una conversación necesaria sobre cómo sumar capacidades diversas para enfrentar desafíos cada vez más complejos.
En ese sentido, la equidad también se construye desde lo simbólico. ¿Quién representa a nuestras empresas? ¿Quién habla en nombre de nuestras marcas? ¿A quién escuchamos en las juntas? ¿Quién aparece en los medios? Necesitamos referentes femeninos visibles, no solo en la política o en la ciencia, sino también en los sectores tradicionalmente masculinizados como la construcción, la tecnología, la seguridad o la alta dirección. Referentes que inspiren a las niñas y adolescentes a soñar en grande sin miedo a romper moldes.
Y claro, no es una tarea que podamos asumir solas. La equidad requiere el compromiso activo de hombres aliados, de instituciones públicas y privadas, y de políticas sostenidas que acompañen los cambios culturales. Necesitamos transformar no solo las prácticas empresariales, sino también las narrativas que hemos heredado: esas que nos enseñaron que cuidar es solo cosa de mujeres o que el éxito femenino es una amenaza.
En Titán Plaza creemos en un liderazgo que abre caminos, que escucha y que se atreve a innovar desde lo humano. Por eso, trabajamos día a día para que nuestra comunidad, clientes, trabajadores y proveedores encuentren en este espacio no solo un lugar para comprar o divertirse, sino un entorno en el que la equidad sea vivida y no solo enunciada.
Porque cuando una mujer crece, su entorno también lo hace. Y cuando un equipo se construye desde la equidad, los resultados se multiplican. La equidad laboral no es una meta lejana ni una tendencia pasajera. Es un compromiso presente que nos convoca a todas y a todos.
Yazmín Lombana Romero, gerente Titán Plaza Centro Comercial y Empresarial