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El programa de espionaje cibernético llamado Planeta es uno de los secretos mejor guardados por el presidente Vladimir Putin y el Kremlin. | Foto: AP

GEOPOLÍTICA

El espionaje ruso en el mundo

Bajo el nombre clave Planeta, el servicio de inteligencia ruso ha desarrollado un complejo sistema de espionaje cibernético con blancos en el mundo, incluida América Latina.

29 de noviembre de 2014

Cuando se habla de espías rusos la gran mayoría tiende a relacionar a quienes desarrollan ese tipo de actividades con un viejo estereotipo cinematográfico. Muchos aún creen que la temida KGB existe y desarrolla esas actividades solo en las callejuelas de Praga o en las plazas de París. La realidad no puede ser más diferente, pues hoy por hoy los rusos están en cualquier parte del mundo, especialmente en América Latina. Y pocos hoy saben que Rusia está a la vanguardia del espionaje mundial y más activa que nunca.

La diferencia no solo es su amplitud geográfica. Sus actividades ya no están a cargo de oscuros agentes de gabardina armados de pistola,  sino de especialistas en informática equipados con los software más sofisticados del mundo. La punta de lanza de esa estrategia es el Servicio Federal de Seguridad -SFS- uno de los servicios de espionaje que surgieron tras la desaparición de la KGB a comienzos de los años noventa, tras la caída de la Unión Soviética.

Desde hace una década el SFS desarrolló un agresivo programa de espionaje cibernético ultrasecreto bajo el nombre clave Planeta.

Específicamente, el Centro de inteligencia radio-electrónica y medios de comunicación, conocido como Centro 16, maneja Planeta. Consiste en una compleja red mundial de servidores instalados por los agentes del SFS. Estos supercomputadores tienen el nombre clave de Orbita y algunos se encuentran localizados en las residencias de los agentes o personal reclutado por la SFS. No obstante la gran mayoría están instalados en empresas comerciales de fachada generalmente en grandes centros comerciales.

La red de servidores tiene sus propios software y hardware diseñados para ocultar y transmitir la información. En la actualidad existen 15 de estos servidores distribuidos en todo el mundo; Estados Unidos, varios países de la Unión Europea, China, India y varios de América Latina como México, Venezuela, Argentina y Brasil.

El programa recopila información clandestinamente al acceder mediante un malware, programa espía, a información militar, política, científica, económica y de tecnológica estatal o privada, entre otros blancos de interés para el gobierno ruso. Desde 2003, cuando el SFS comenzó a implementar esta agresiva campaña de espionaje mundial los rusos lograron con éxito impedir la detección de Planeta ya que a diferencia de muchos otros programas está diseñado de tal forma que no deja huella alguna de su trabajo. Durante más de una década el SFS consideró seguro y efectivo el plan debido a los complejos procedimientos técnicos.

Centro 16 almacena la información robada en la red de servidores Orbita antes de enviarla por medio de canales seguros a la sede principal del SFS en Moscú. El costo anual de cada uno de los servidores está alrededor de los 400.000 euros, cerca de 500.000 dólares. Este valor incluye el sueldo de los agentes, alquiler, licencias de compañías comerciales de fachada, equipos técnicos y viajes del personal operativo y técnicos del SFS para brindarles mantenimiento a los equipos.

Como en toda actividad de espionaje la reserva y el anonimato son claves. No obstante el interés y la ambición del SFS de ampliar la red ‘Orbita’ de 15 a 25 servidores en todo el mundo, terminó por dejar varias huellas que han puesto en alerta algunos servicios de inteligencia en diferentes lugares, que ya sospechan de la existencia del plan ultrasecreto ruso. SEMANA consultó a varios servicios de inteligencia colombianos, incluida la DNI, pero afirmaron que desconocían por completo el programa Planeta o actividades de ese tipo por parte de la SFS en Colombia. Pero la servicios de inteligencia de otros países del continente sí están enterados de un tema que consideran una amenaza grave.

“Desde hace ya algún tiempo hemos detectado ataques y robo de información contra entidades del gobierno mediante el uso de herramientas informáticas”, dijo a SEMANA un miembro del Centro de Investigación y Seguridad Nacional -Cesin-, el servicio de inteligencia de México. De hecho el tema del espionaje ruso en ese país no se ha limitado a la información. Durante este año algunos medios de comunicación mexicanos publicaron informes de la conocida firma de seguridad informática alemana GData sobre el asunto.

“Cada segundo México sufre 12 ataques cibernéticos, de los que el 60 por ciento van contra el gobierno para tratar de extraer información. Provienen principalmente de complejas redes de Rusia. Hoy en día se hacen virus sumamente sofisticados, desarrollados por gobiernos estadounidenses, rusos, que atacan cualquier otro país para poder extraer información”, dijo a los medios mexicanos Giovani Loarte,  jefe de soporte técnico de la empresa en ese país. “Al obtener esta información obviamente ponen en vulnerabilidad la seguridad de cualquier gobierno, empresa nacional o trasnacional . Pero los ataques cibernéticos realmente buenos, es decir los más robustos, vienen de Rusia, y de estos la gran mayoría son los que más devastan las redes nacionales”, concluyó.

“Al igual que en otros lugares del continente también se ha detectado ciberataques a entidades gubernamentales y privadas en la Argentina provenientes de servidores rusos. Pero el tema está en desarrollo y de confirmarse plenamente puede llegar a tener implicaciones diplomáticas graves”, afirmó a SEMANA un funcionario de la Secretaría de Inteligencia de Argentina. Algo similar respondió un miembro de la Agencia Brasileña de Inteligencia -Abin- quien adicionalmente dijo que su gobierno está estudiando con cuidado el tema  para adoptar las medidas del caso.

Hasta este momento el programa Planeta y la red de servidores Orbita del SFS eran uno de los secretos mejor guardados del gobierno de Vladimir Putin, quien antes de asumir el mando en Rusia fue jefe del servicio de inteligencia. Es altamente probable que tras la revelación de la existencia de ese programa masivo de ciberespionaje no pocos países empezarán a pedir explicaciones a los rusos. Lo cierto del caso es que esta revelación deja en evidencia que el mundo del espionaje ha cambiado y que las mejores y más eficaces herramientas son unos buenos software y hardware. Atrás quedaron los espías de gabardina y pistola.