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EL CAMBIO VA, CHE

En octubre, el partido Radical podría ganarle las elecciones al peronismo

10 de octubre de 1983

Ante las anunciadas elecciones generales del 30 de octubre próximo, el panorama político argentino aún no logra despejarse. Casi a diario, un nuevo escándalo o alguna investigación judicial hacen tambalear la debilitada estructura en que se apoya el régimen desde la derrota militar en las Malvinas. Sin embargo se oye decir insistentemente que la desembocadura electoral es "irreversible".
Dentro del espectro de opciones que tienen los argentinos para decidir su futuro, destacan dos partidos que tradicionalmente han ocupado el primer plano de la escena política: el Partido Justicialista (PJ) y la Unión Cívica Radical (UCR). Ambos se disputarán el electorado, invocando su intención de rescatar al país de la profunda crisis en que está sumido.
Según sondeos realizados y teniendo en cuenta las cifras que arrojaron las masivas campañas de afiliación de todos los grandes partidos, el justicialismo (peronismo) surge como el partido con más probabilidades de acceder al Poder Ejecutivo, pero la ausencia de su líder histórico, Juan Domingo Perón, muerto en julio de 1974, ha perjudicado sensiblemente la posibilidad de obtener un abrumador triunfo, como el de las elecciones de 1973.
Por otra parte, las mismas características del movimiento que gestara Perón impidieron que, sin su conductor, el PJ ofreciera una rápida definición de sus propuestas electorales pues en él se manifiestan corrientes internas de diversos signos ideológicos, algunas enfrentadas entre sí.
La elección de Italo Luder el 5 de septiembre es una prueba de ello: la nominación del ex presidente provisional se realizó bajo un clima de intrigas palaciegas, en las que la figura de la viuda de Perón, refugiada en España, aparecía como una sombra distante pero inquisidora. El mismo congreso nacional del peronismo estuvo a punto de fracasar debido a la inasistencia de gran número de delegados, por lo cual sesionó con el quorum mínimo necesario. Aun así, subsisten los interrogantes sobre cuál será el futuro del PJ, pues la posición que asumirá María Estela Martínez de Perón sigue siendo un enigma. Se decía que la viuda de Peron vetaría cualquier candidato que no obtuviera su beneplácito y el del ortodoxo sector "ultraverticalista".
Luder, de todas formas, no era la "carta" de este sector. La crisis que desencadenaría la emergencia de una nueva candidatura, distinta a la del Luder, mermaría definitivamente las posibilidades electorales del justicialismo. Los argentinos aún recuerdan la desastrosa gestión administrativa de "Isabelita" y el rol dominante que el siniestro José López Rega, creador de la Triple A, jugara en el gobierno. La señora de Perón, además, ha sido vinculada a la Logia P-2 y al mismo Licio Gelli, prófugo actualmente. Sin embargo, y pese al oscuro presente que muestra el PJ, éste cuenta con el apoyo casi incondicional del movimiento obrero organizado, dividido a su vez entre dos centrales obreras (CGT de la RA y CGT Azopardo) .
La Unión Civica Radical (UCR), cuyo caudal electoral se sustenta principalmente en las capas medias, ha remozado su cara con la nominación de Raúl Alfonsín, dirigente que literalmente arrasó en las elecciones internas. Opositor a la corriente oficial que dirigiera el fallecido Balbín durante varios años, Alfonsín imprimió a su campaña un derrotero hábil y provechoso, haciendo hincapié en la imperiosa necesidad de restaurar la democracia en la Argentina, a la par que efectuaba duras críticas al gobierno militar. A principios de este año realizó una extensa gira por Europa, donde mantuvo estrechos contactos con la socialdemocracia, y por algunos países latinoamericanos, con el objeto de requerir apoyo al proceso de democratización argentino.
Críticos de Alfonsín han insistido en que su campaña y eventual candidatura fueron financiadas por empresas automotrices de Estados Unidos, que vieron afectados sus intereses en el país sureño a raíz de la política económica que implementara Martínez de Hoz.
No obstante, la figura por momentos carismática de este líder radical le atraerá a la UCR no pocos votos de algunos sectores escépticos frente a las repetidas caras de la dirigencia peronista, y de otros, indecisos todavía y no plenamente identificados con partido alguno. Tanto es así, que encuestas formuladas por diarios y revistas ofrecen un significativo cómputo preelectoral: como partido político ganaría las elecciones el Partido Justicialista pero si a candidatos se refiere, Alfonsín ocuparía el primer lugar. Así pues, la UCR, viejo y tradicional partido inspirado también por otro caudillo popular, Hipólito Irigoyen, con Raúl Alfonsín a su cabeza podría dar la sorpresa electoral del siglo.
Más confuso se presenta el panorama de la tercera fuerza electoral, posición importante si ninguno de los grandes partidos obtiene la mayoria absoluta. Dos partidos el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) y el Partido Intransigente (PI), junto a una coalición de centro-derecha, encabezada por el Partido Federal (PF), intentarán cubrir esa vacante.
Comandado por Arturo Frondizi,ex presidente, y por Rogelio Frigerio, economista, el MID enfocó su campaña con un sentido de partido alternativo frente a los dos eolosos. Su plataforma de gobierno contempla la recuperación económica a través de tesis desarrollistas que tienen algún eco entre el empresariado nacional y sectores de profesionales y comerciantes que padecieron en carne propia la destrucción de la industria nacional, poderosa en otros años.
El PI, representativo de la izquierda nacional moderada y conducido por Oscar Alende, reclamó la integración de un "frente popular y democrático" que pudiera viabilizar un gobierno de transición para estabilizar económica y politicamente al país. Si no cristaliza dicho frente, el PI igualmente irá a las elecciones con un buen caudal de votos, sur gido principalmente de "los que nunca votaron", jóvenes entre dieciocho y veintiocho años pertenecientes a la generación "criada" por la dictadura.
Por su parte, la alternativa de centro-derecha pretende reeditar, con la candidatura de Francisco Manrique, lider del PF y ex ministro de Bienestar Social en el gobierno militar de Lanusse, el porcentaje de votos recogidos en 1973. Esta es la más endeble de las opciones a nivel nacional.
El resto de las opciones políticas se reparte en un abanico de gran número de partidos menores, entre los cuales sobresale el prosoviético Partido Comunista, que alcanzó a superar la cantidad de afiliados requeridos para su personería electoral.
Gane quien gane en los comicios, su resultado final será,sin lugar a dudas, un voto mayoritario contra el régimen militar y-las secuelas que deja: treinta mil casos de desaparecidos sin esclarecer, el aparato productivo prácticamente destruido, una inflación que este año romperá un nuevo record, una deuda externa cuatro veces superior a la de 1976, niveles de desocupación nunca antes alcanzados en el país, el todavía impune accionar de las bandas paramilitares, como lo demuestra el secuestro de Patricio Kelly el éxodo del 10% de la población qtle intenta reconstruir sus vidas en otros países destruida por el periodo más negro de la reciente historia argentina. -
Rodolfo Brelones-