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Independencia de Cataluña: ¿Quién ganó y quién perdió?

La crisis política española, desatada por el desafío independentista, tuvo un fuerte impacto en la opinión de los ciudadanos. Mientras unos partidos consolidaron su popularidad, otros resultaron fuertemente golpeados.

18 de noviembre de 2017

Los españoles no hablan de otro tema: independentismo, autonomías, acusaciones de sedición o rebelión. Todo esto sumado a las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre, decretadas por el gobierno central a partir del artículo 155 de la Constitución. Así, cada partido encendió las maquinarias para quedarse con el Parlament y el Govern catalán: un pulso que nadie quiere perder. Sin embargo, un sondeo de Metroscopia publicado por el diario El País evidencia que el torbellino político de las pasadas semanas ha beneficiado a unos y golpeado la popularidad de otros. A grandes rasgos, los resultados revelan que los españoles premiaron las posturas más fuertes contra el independentismo (como la del partido Ciudadanos, con el 22,7 por ciento de intención de voto) y castigaron las posiciones ambiguas (Partido Socialista) o la defensa de los políticos separatistas (Podemos). Con las elecciones a la vuelta de la esquina, ¿quién salió más o menos fortalecido del episodio catalán?

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Mariano Rajoy
Partido Popular (PP)
fortalecido

El presidente del gobierno español salió bien librado de la crisis catalana. Aunque le llovieron críticas por enviar a la Policía a reprimir el referéndum ilegal y agrandar un problema que era relativamente fácil de solucionar, Rajoy recibió un apoyo popular inesperado cuando aplicó el artículo 155. De igual manera, jugó hábilmente cuando llamó de inmediato a elecciones en diciembre. La propuesta sentó tan bien, que muchos independentistas que han criticado la aplicación del artículo van a participar en las elecciones. Astutamente, Rajoy ha centrado la atención en la crisis catalana para desviarla de los escandalosos casos de corrupción del Partido Popular.

Rey Felipe VI
irrelevante

En uno de los momentos más tensos de la crisis política española, el rey Felipe VI dio un mensaje televisivo con un marcado tono de frustración y enojo por las acciones de los independentistas catalanes. Para unos, el rey nunca debió inmiscuirse en los asuntos políticos de la nación, mientras que para otros, su mensaje defendió la unidad de España. Aunque su discurso causó gran revuelo, hoy en día los españoles lo sienten lejano. El proceso catalán quema con gran rapidez sus etapas, y la figura del rey ya perdió relevancia para los episodios actuales y futuros.

Carles Puigdemont
PDeCAT.
debilitado

El expresidente catalán no levanta cabeza. Después de atrincherarse en Bruselas, su imagen se desdibuja con rapidez. A diferencia de la mitad de sus antiguos ministros, no asistió a la cita con la Justicia española que lo acusa por sedición y rebelión. Además, criticó desde Bélgica el artículo 155 y lo calificó de “un golpe a la democracia”, pero contradictoriamente aceptó participar en las elecciones del 21 de diciembre, e incluso su nombre encabezará la lista de Junts per Catalunya, marca electoral de su partido, PDeCAT.

Pablo Iglesias
Podemos
debilitado

El sondeo revela que el líder de Podemos es el político más afectado por sus actuaciones de las últimas semanas. Iglesias criticó sin descanso la detención de los políticos catalanes Jordi Sánchez y Jordi Cuixart y nunca estuvo de acuerdo con aplicar el artículo 155. Solo el 49 por ciento de los votantes de Podemos apoyan la gestión de su líder, lo que los analistas han interpretado como que los no catalanes consideran que Iglesias no defendió la unidad del país. Sin embargo, al partido podría irle bien en las elecciones de diciembre, precisamente porque los independistas lo ven como su único aliado por fuera de Cataluña.

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Albert Rivera
Ciudadanos
fortalecido

Ciudadanos, partido con apenas 11 años de existencia, recogió los frutos de su firme postura contra el independentismo catalán, que Albert Rivera, su secretario general, ha enarbolado con fuerza y coherencia. Los “naranjas” se han opuesto desde 2006 al nacionalismo catalán, por lo que toda esta crisis les cayó como anillo al dedo. Rivera, casi desde el comienzo, propuso aplicar el 155 con todo su peso, y según el sondeo de Metroscopia, los españoles han valorado su firmeza: 53 por ciento de ellos aprueban su gestión. El partido buscará superar los resultados que obtuvieron en las legislativas catalanas de 2015 cuando se quedaron con 25 de los 135 puestos parlamentarios.

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Ada Colau
Barcelona en Comú
debilitada

La alcaldesa de Barcelona apoyó con cautela a los independentistas. De forma contradictoria, abogó por realizar el referéndum del primero de octubre siempre y cuando el gobierno central diera garantías de reconocer el resultado (posición absurda desde el comienzo). Esta semana, rompió su alianza con los concejales socialistas de la ciudad, pues estos apoyaron la aplicación del 155, mientras Colau la criticó. La alcaldesa tendrá que afrontar los últimos meses de su gobierno con el Concejo en contra, lo que probablemente le impedirá solucionar los dos grandes problemas de la ciudad: el exceso de turistas y el déficit de viviendas.

Pedro Sánchez
PSOE
debilitado

El secretario general del Partido Socialista Español (PSOE) no sacó tanto provecho de la situación como su gran rival, Mariano Rajoy. Sánchez mantuvo su postura contra el independentismo, pero vaciló cuando surgió la aplicación del artículo 155. Ambiguamente, afirmó que estaba de acuerdo, pero le pidió al gobierno central “limitarse a llamar a elecciones, sin intervenir a todo el gobierno catalán”. Según Metroscopia, el PSOE tiene la misma intención de voto que Ciudadanos (22,7 por ciento), un empate pocas veces visto entre un partido tradicional y uno relativamente nuevo.

Unión Europea
fortalecida

La Unión Europea (UE) defendió a rajatabla el principio de la soberanía de sus miembros. Por eso, ningún gobernante de la UE apoyó el referendo ilegal del primero de octubre ni la declaración de independencia. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, afirmó categóricamente su apoyo al gobierno de Mariano Rajoy, y ha invitado a las dos partes a solucionar la crisis mediante el diálogo. La UE no quiere convertirse en un grupo de Estados diminutos que pongan en peligro su estabilidad, ya bastante golpeada después de que el brexit triunfó en Reino Unido.