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La detención preventiva de Keiko Fujimori y el fracaso de su movimiento en las elecciones representan un duro golpe de cara a las presidenciales de 2021. | Foto: Afp

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Las elecciones parlamentarias en Perú impulsan a Vizcarra y golpean a los fujimoristas

Martín Vizcarra se salió con la suya ante el éxito de las elecciones parlamentarias atípicas del domingo. Arrojaron un Congreso dividido, pero con legitimidad para adelantar las reformas. Los fujimoristas, en crisis.

1 de febrero de 2020

Apostó al todo por el todo, y parece haber ganado la partida. El presidente Martín Vizcarra salió airoso en su jugada de disolver el Parlamento en septiembre y convocar elecciones anticipadas. Eso quedó claro el 26 de enero, cuando el país salió a votar y a confirmar la legitimidad de una medida controversial que en el pasado marcó la diferencia entre la democracia y la dictadura.

Pero la fragmentación resultante en un Congreso que solo durará 15 meses complicará la búsqueda de acuerdos. En efecto, el resultado permitió ingresar al Parlamento a nueve bloques políticos, una cifra muy similar a la de once bloques del Congreso disuelto. La primera minoría es Acción Popular, del expresidente c, con apenas algo más del 10 por ciento, seguido de Acción por el Progreso; mientras que Apra, el tradicional partido del expresidente Alan García –que se suicidó en 2019 acusado de corrupción–, solo llegó al 2,8 por ciento y quedó fuera del Congreso luego de 60 años. Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, cayó de 73 congresistas en 2016 a 15 escaños confirmados hasta ahora.

Sorprendieron las votaciones de partidos radicales como Unión por el Perú de Antauro Humala, hermano del expresidente Ollanta Humala –preso desde 2005–, que obtuvo 17 congresistas, y del fundamentalista Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap), que no figuraba en las encuestas pero que contará con 16 diputados.

El resultado es negativo para los que se opusieron al Gobierno, los que trataron de impulsar la idea de que el cierre del Congreso fue anticonstitucional, como Fuerza Popular y el Partido Aprista, los grandes castigados”, dijo a SEMANA Arturo Maldonado, analista político de la Pontificia Universidad Católica. “Pero tampoco estoy tan seguro de una victoria del presidente, porque no está claro que pueda llevar adelante los cambios que llevaron al cierre del Congreso, la reforma política y la reforma judicial”, señaló. Vizcarra quiere aprobar la reforma política antes de las elecciones de 2021, no obstante nada lo garantiza, más aún teniendo en cuenta que el presidente no ha tenido “mucha habilidad para negociar con el Congreso”, destacó el analista.


La decisión de disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas le salió bien al presidente peruano.

Para Martín Hidalgo, del diario El Comercio, el panorama ha cambiado. “En los años ochenta, el Apra, el Partido Popular Cristiano (PPC) y Acción Popular concentraban entre 70 y 80 por ciento de los votos, y ahora, con excepción del último, están por fuera”, dijo a SEMANA. “Además, varias bancadas querrán posicionar sus candidatos presidenciales y no se sabe si va a haber consenso para lo que quiere Vizcarra”. Hidalgo señala que de los 130 electos, solo 11 tienen experiencia parlamentaria, y que el Parlamento tendrá que estudiar los decretos de urgencia adoptados por el Gobierno mientras no hubo Legislativo, así como elegir a los magistrados de la Corte Suprema, tema que provocó la disolución del Congreso anterior.

Entretanto, el fujimorismo vive su peor momento. La detención preventiva de Keiko Fujimori debilita sus posibilidades a la presidencia en 2021 y se suma al fracaso de su grupo, pues de 73 congresistas en 2016, Fuerza Popular obtuvo 15 escaños. “De cualquier manera, en el fragmentado Congreso, es una fuerza que le permite tener un bloque influyente”, opina Hidalgo.

Los analistas no atinan a explicar del todo por qué, en medio de los descalabros políticos, con tres expresidentes acorralados por el caso Odebrecht y un cuarto suicidado, la economía peruana parece inmune a la tormenta política. “Es una cuestión muy curiosa, porque parece que la política y la economía van por cuerdas separadas, y el Ministerio de Economía es visto como eficiente y no contaminado de la experiencia política”, destacó Maldonado. “Más allá de los vaivenes, de cara a 2021 no debería haber tantas tormentas, y la economía debería seguir inmune a las interferencias políticas y crecer por encima de la región”, señaló.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que Perú crecerá 3,25 por ciento en 2020. Entre 2002 y 2013, se distinguió como uno de los países de mayor dinamismo en América Latina, con un crecimiento promedio de 6,1 por ciento anual según el Banco Mundial. La pobreza cayó de 52,2 por ciento en 2005 a 26,1 por ciento en 2013, y como resultado 6,4 millones de personas se acercaron a la clase media. Un ejemplo para la región.