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"LOS RUSOS TAMBIEN ESTAN ASUSTADOS"

El funcionario de mayor rango que ha desertado de la U.R.S.S. es Arkady Shevchenko. SEMANA lo halló en Estados Unidos y habló con él sobre las consecuencias del incidente del avión surcoreano y otros temas de palpitante actualidad.

31 de octubre de 1983


A partir del derribamiento del avión de Korean Airlines por cazas soviéticos hace un mes largo, las relaciones entre USA y la URSS han pasado de frías a casi congeladas. Sin embargo, son todavía muchas las especulaciones que se tejen sobre el verdadero rol de Washington y Moscú en el incidente y la manera en que continuarán los nexos este-oeste. Para dilucidar estos puntos, SEMANA dialogó con Arkady Shevchenko, ex embajador delegado por la URSS a las Naciones Unidas y ex asistente del actual ministro de Relaciones Exteriores de dicho país, Andrei Gromyko. Alentado por la CIA, en 1978 Shevchenko pidió asilo político en los Estados Unidos, convirtiéndose en el funcionario de mayor rango que haya desertado de la Unión Soviética. Debido al conocimiento interno del proceso de decisiones del aparato burocrático ruso, Shevchenko es hoy en día una de las pocas personas en Occidente que puede hablar con propiedad sobre un tema tan espinoso.

SEMANA: Pese a que la tragedia del vuelo 007 ocurrió hace unas semanas, el tema aún se discute. ¿Cuál es su opinión al respecto?
ARKADY SHEVCHENKO: El hecho es una buena ilustración de cómo trabaja el Kremlin. Si bien el derribamiento en sí debe ser considerado como un acto no planeado, lo que pasó fue producto del sistema soviético, en el que hay estrictas reglas que deben ser aplicadas a cualquier aeronave que entre al espacio aéreo sin autorización. Es conocido que además del avión de KAL había una nave espía norteamericana en la zona, ello creó confusión, y para evitar dudas se le dio al 747 el tratamiento correspondiente. Recuerdo que en el caso anterior, en 1978, en el que otro avión surcoreano sobrevoló casi 1.500 kilómetros de territorio ruso, hubo innumerables purgas en la aviación, por semejante descuido. Con tales precedentes es claro que los pilotos de los cazas soviéticos no quisieran tomar ningún chance al dejar escapar el avión.

S.: Se dice que la decisión de derribar el avión salió de algunos mandos medios militares sin haber recorrido el camino apropiado hasta Moscú. ¿Usted qué cree?
A. S.: Si hay algo que funciona bien en la Unión Soviética, es el sistema de comunicaciones. Cualquier alto funcionario puede ser conseguido donde esté, en cuestión de minutos. En este caso, no hay duda que los militares estuvieron en problemas respecto a la identificación del avión, pero Andropov debió ser quien ordenó seguir con las reglas al respecto, aunque es lógico que no hubo suficiente tiempo para convocar a una reunión del Politburó. Con todo, hay que aclarar que las invasiones extranjeras en la historia de Rusia, han creado en los dirigentes una continua paranoia al respecto. Quien tomó la decisión tuvo que sobreponer la seguridad a cualquier vida humana.

S.: En Occidente eso se vio como una provocación deliberada de los rusos.
A. S.: Sí pero la intención inicial no fue la de crear ese ambiente. En Rusia existe en el gobierno una mezcla de admiración y complejo de inferioridad por los países industrializados, en particular Estados Unidos, debido a que el éxito norteamericano atenta contra las doctrinas marxistas de concepción del Estado y la economía. Pero aunque no se compartan las formas de gobierno de esos países, existe un interés por mantener las relaciones en buenos términos.

S.: Qué hay acerca de la reacción del pueblo soviético al respecto?
A. S.: En una nación en la que la única fuente de información es "Pravda" y los noticieros oficiales, la gente cree lo que el gobierno le dice. Más aún, los militares están rodeados de un prestigio sin par y normalmente se juzga que lo que ellos deciden hacer es lo correcto. Para un occidental eso es un caso claro de alienación del pueblo, pero para el sistema soviético no.

S.: Háblenos un poco del cambio de orientación en la URSS a partir de Andropov.
A. S.: Como se sabe, Andropov está totalmente en control ahora. Tanto, que ahora hay un chiste que dice que la única diferencia entre Brezhnev y Andropov es que éste último está vivo, mientras que el primero está muerto. En realidad, sí hay diferencias de fondo, empezando por la misma personalidad de los líderes. Mientras que Brezhnev era torpe y debía memorizar las cosas porque no las entendía, Andropov es una persona mucho más inteligente y educada que sabe lo que hace. Sin embargo, eso no tiene nada que ver con esa imagen de amante del jazz y del whisky que le crearon en Occidente algunos periodistas, argumentando que por lo tanto el era pro-europeo. ¡Afirmar eso del ex jefe de la KGB! El, además de continuar presionando a los Estados Unidos en el plano internacional, está introduciendo una serie de rígidas leyes contra los trabajadores que no cumplan ciertos requisitos de productividad.

S.: ¿Es Andropov un líder transitorio?
A. S.: Aunque él actúa como si se fuera a quedar en el puesto por siempre, yo creo que su mala salud lo puede traicionar en un día cercano. Recuerdo que a mediados de los 60s en el mismo hospital en que yo estaba siendo sometido a un tratamiento, Andropov estuvo internado porque había tenido un ataque cardíaco. Tales antecedentes de salud hacen surgir la pregunta de la sucesión y actualmente en el Kremlin sigue el debate entre los líderes salidos del Partido, como Brezhnev, o los semi-técnicos, como Andropov, quienes a pesar de haber trabajado con el Estado no han tenido que recorrer todas las posiciones que existen en el Partido Comunista.

Por ahora, el más opcionado para reemplazar a Andropov es Grigori Romanov, un hombre del Partido. Desafortunadamente para él, tener el mismo apellido de la dinastía zarista es una grandísima desventaja.

S.: ¿Cuál es la perspectiva de las relaciones URSS-USA después del incidente del avión surcoreano?
A. S.: Como dije anteriormente, en Moscú existe interés por mejorar las relaciones con Washington. Areas como protección del ambiente, tecnología y otros tipos de cooperación son atractivas. Con todo, la mayor preocupación es la de lograr un acuerdo para el control de armas nucleares. Si bien en Occidente no se cree, los rusos también están asustados por la carrera armamentista y saben que de haber un conflicto, buena parte de la Unión Soviética sería borrada del mapa. Además, con la carrera armamentista reiniciada por Estados Unidos, se sabe que los soviéticos van a quedar otra vez atrás en tecnología y eso les requerirá mayores gastos militares, lo que no es muy atractivo a la luz de la difícil situación económica que se vive. En resumen, se ve que un rompimiento de relaciones no haría bien a nadie, porque ambas potencias se necesitan.
Ricardo Avila corresponsal de SEMANA en USA.


LA HISTORIA DEL SATELITE QUE SE SINCRONIZO CON UN JUMBO
Aunque lacónico, el cable del 27 de septiembre de la agencia de noticias estadounidense AP, sobre la cancelación a última hora de un viaje que el ex presidente norteamericano Richard Nixon proyectaba hacer en el jumbo surcoreano derribado por cazas soviéticos, llamó la atención de los observadores. Según ese reporte que la AP dice haber recogido de una revista de Alemania Occidental, luego de que ésta la tomara de "periódicos soviéticos", la CIA no quería "arriesgar la vida del ex presidente" y le pidió que desistiera de ese viaje. ¿Qué sabía la CIA sobre el carácter de ese vuelo? No lo dice el cable. ¿Por qué creyó la agencia secreta que ese viaje --que semana tras semana la aerolínea KAL hace o hacía-- comportaba un riesgo especial? Tampoco lo dice la AP ni la fuente soviética, aparentemente.

Sin embargo, la noticia sí hizo parte de una serie de declaraciones con las cuales Moscú quiso darle un entorno psicológico al discurso de Yuri Andropov, del miércoles de la semana pasada. En tal intervención el líder soviético culpó directamente por primera vez, a Washington de la muerte de los 269 pasajeros del avión surcoreano, al señalar que "la culpa de (los) organizadores (del incidente)? no importando cuánto puedan esquivarla y cuántas versiones falsas puedan presentar, ha sido comprobada". También criticó al Congreso norteamericano diciendo que los 269 muertos están siendo utilizados por ellos para "presionar gastos militares colosales y ahora se frotan las manos con fruición" .

La otra "bomba" noticiosa que la URSS lanzó antes del último discurso de Andropov fue la del 19 de septiembre, según la cual el jumbo surcoreano había volado sobre la URSS estando sincronizado a un satélite espía norteamericano, el Huron-D (el diario francés "Le Monde" dice que fue con el satélite Ferret-2). Según el mariscal de aviación Piotr Kirsanov, autor de esa tesis, tal satélite --que completa una órbita cada 96 minutos y puede observar una franja de tierra de 3 mil kilómetros de ancho-- pasó sobre la vertical de la península de Kanchatka justo cuando el avión KAL pasaba sobre las instalaciones militares que la URSS posee en esa región, haciendo algo similar después al dar otra vuelta a la tierra sobre la isla de Sajalín, para examinar los sistemas antiaéreos sobre Sajalin, las islas Kuriles y el litoral.

Tal operación tuvo como objetivo según Kirsanov, observar el funcionamiento de los sistemas radiotécnicos soviéticos de defensa en estado de alarma provocado por el sobrevuelo del avión intruso. Al parecer, el Huron-D también había sobrevolado durante 12 minutos la península citada en la circunvolución que precedió a la que hizo coincidir con el jumbo, para ver los sistemas radiotécnicos en "su régimen normal de alerta".

"Pravda" indicó que, además del avión espía RC-135 que las autoridades norteamericanas admitieron estaba en el área del incidente aunque más allá del espacio aéreo soviético, había otro RC-135 sobre las islas Kuriles, dos aviones Orion sobre el mar de Okhotsk y el mar del Japón. Según ese diario un avión- radar AWAC opera igualmente en esa zona.

Washington negó la versión de Kirsanov.