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El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, aplicó una extraña táctica de esperar y no hacer mayor cosa durante la crisis. La estrategia le sirvió. | Foto: A.F.P.

ESPAÑA

Mariano Rajoy, reelegido Presidente de España

El nuevo gobierno de Mariano Rajoy será débil y deberá enfrentar a un Parlamento hostil, pero será difícil desbancarlo en los próximos cuatro años.

29 de octubre de 2016

Tras diez meses de parálisis y gobierno interino, España logró ponerle fin a la absurda crisis política en la que se encontraba. Curiosamente la guerra interna que vive el Partido Socialista Español (PSOE) resultó clave para que Mariano Rajoy fuera investido oficialmente como presidente del gobierno hasta 2020.

Hasta el final, Pedro Sánchez fue el protagonista de esta peculiar etapa de la historia democrática española. Mientras estuvo como secretario del PSOE se atravesó como una vaca muerta para evitar que el Partido Popular (PP) obtuviera las mayorías para gobernar plenamente. Sin embargo, a comienzos de octubre, Sánchez fue derrocado por los barones regionales más poderosos del partido, quienes impusieron la abstención de su bancada para permitir la designación de Rajoy hasta 2020. Incluso, hasta último momento, Sánchez, como diputado, se opuso a esta decisión.

Pese a la victoria del PP y al aparente regreso a la normalidad política, los próximos meses no serán nada fáciles para España ni para los partidos que protagonizaron este limbo. Rajoy se ratificó en el poder en momentos en que se adelanta en los tribunales grandes juicios por corrupción contra miembros su partido, acusado de financiarse de manera ilegal desde principios de la década de 1990. Además de eso, el presidente del gobierno perdió la mayoría absoluta en el Parlamento y ahora está forzado a conseguir acuerdos ley a ley. Por eso, la nueva legislatura se prevé complicada por la debilidad, y porque tendrá que recortar 5.000 millones de euros de su presupuesto para cumplir con Bruselas sus compromisos de déficit público.

Pero si el PP está débil, los partidos de oposición están peor. “Los juicios por corrupción contra miembros del PP tienen en jaque a Rajoy, pero ya se ha visto que él no está dispuesto a asumir responsabilidades ni a renunciar. Tiene pies de barro y caminará con paso lento, pero resulta muy difícil que los partidos opositores lo descabecen con una moción de censura en uno, dos o tres años, pues las leyes españolas exigen que esta tiene que venir acompañada de un nombre, una persona concreta que reemplazaría a Rajoy. El PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos no lograron ponerse de acuerdo en estos diez meses para destronar a Rajoy y es difícil que lleguen a ese pacto en los próximos años”, explicó a SEMANA el politólogo Joan Vidal de la Universidad de Barcelona.

Lo irónico es que hace un año los nuevos partidos fueron los grandes ganadores. Unidos Podemos y Ciudadanos, junto al PSOE, sumaron 13 millones de votos, lo suficiente para destronar al PP, que solo obtuvo 8 millones de votos. Ya nadie apostaba por Mariano Rajoy, pero los tres grandes partidos de oposición fueron incapaces de llegar a un acuerdo, lo que también tiene un precio frente a los votantes.

De todos, el Psoe fue el que más perdió. Su conflicto interno le costará caro de cara a ofrecerse en el futuro como alternativa real de cambio en el gobierno después de haberle cedido el poder a Mariano Rajoy. Como dijo a SEMANA la politóloga Marta Granados, de la Universidad Complutense, “el PSOE es el más perjudicado de este proceso, a pesar de que fue el único partido que negoció e intentó realizar pactos con otros partidos para reemplazar a Rajoy en la Moncloa. Ahora es un partido débil y fracturado, que ha perdido la confianza de parte de su electorado. Esto le impide hacer una oposición fuerte en el Parlamento y mostrarse como alternativa viable a Rajoy en los próximos años”.

En este sentido, quizás sea Podemos el que más logre capitalizar el caos. Los analistas prevén que los socialistas seguirán perdiendo votos y poder. En cambio, Unidos Podemos, que se sitúa más a la izquierda que el PSOE, ha conseguido 5 millones de votos en solo dos años, está en alza y tratará de hacer una oposición guerrera a Rajoy para aglutinar todos los votos de la izquierda, aunque todavía no es muy claro cómo va a dirigir la oposición con las fuertes divisiones internas que tiene el joven partido entre sus dos figuras principales, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Por ahora, se acabó el limbo en España, más no las dudas sobre el futuro económico y político del país.