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Daniel Ortega | Foto: Archivo SEMANA

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Nicaragua empieza su canal a ‘las patadas’

Daniel Ortega arrancó la obra entre protestas, sin saber quiénes son los inversores, sin conocer los estudios de viabilidad económica y el impacto ambiental.

23 de diciembre de 2014

Aunque los discursos oficiales dicen que “el futuro de la humanidad se verá beneficiado con este canal”, lo cierto es que el megaproyecto que arrancó hace unas horas en Nicaragua empezó a ‘las patadas’. Nadie sabe con precisión quiénes son los inversores dispuestos a apoyar el proyecto, tampoco se conocen estudios de viabilidad económica y comercial y, mucho menos, se calcula el impacto ambiental en la región. De hecho, el escritor Sergio Ramírez, calificó de “día trágico” el inicio de las obras.

Para Ramírez, con el inicio de las obras preparatorias del Gran Canal de Nicaragua se está entregando la “soberanía” a una “potencia extranjera”. Con una ceremonia simbólica celebrada en el departamento sureño de Rivas, en el Pacífico, el Gobierno nicaragüense y la firma china HKND Group, concesionaria del proyecto, dieron este lunes por inauguradas las obras preparatorias de la vía acuática, valorada en 50.000 millones de dólares.

La decisión de hacer un canal en Nicaragua es un tema que salió ya del continente. El diario El País de España dedica un amplio informe en el que cuenta que el presidente Daniel Ortega, inauguró la noche de este lunes oficialmente las obras del gran canal interoceánico, un megaproyecto adjudicado por 100 años a la empresa china HKND y que está concebido para hacer la competencia al Canal de Panamá.

Cuenta El País que el Canal tendrá una extensión de 278 kilómetros, atravesará el país desde el Pacífico hasta el Caribe y su anchura oscilará entre 230 y 520 metros, con una profundidad de 30 metros. “Ustedes son bienvenidos a Nicaragua”, dijo Ortega al empresario chino Wang Jing, propietario de la concesión, quien lo acompañó en la ceremonia oficial, en Managua.

Los primeros trabajos fueron inaugurados en la provincia de Rivas, en la costa del Pacífico, en la primera de las dos ceremonias oficiales de la jornada, que fue presidida por el empresario Wang, beneficiario de la concesión, y el vicepresidente y exjefe del Ejército nicaragüense Omar Halleslevens.

El rotativo anota que las obras del megaproyecto, sin embargo, arrancan con muchos interrogantes que no han solucionado ni el Ejecutivo sandinista ni la concesionaria. El principal temor está relacionado con los daños que sufriría el lago de Nicaragua, de más de 8.000 kilómetros cuadrados.

Está previsto que el trazado atraviese el lago en 105 kilómetros, para que lo se requerirían gigantescos trabajos de dragado. Un estudio de impacto ambiental presentado a finales de septiembre por el Centro Humboldt aseguraba que el proyecto causaría daños irreparables al ecosistema.

“El Canal representa una vergüenza nacional ante ojos del mundo, sobre todo porque es inaceptable desde el punto de vista de la ciencia que se inicie sin estudios de factibilidad ambiental, técnica y comercial. Hemos advertido de los riesgos que este proyecto va a tener para el país y sus ciudadanos”, dijo Mónica López, miembro del Grupo Cocibolca, una organización conformada por científicos, intelectuales y activistas ambientales para informar sobre los posibles daños que causarían al país las obras de construcción del canal interoceánico.

El País anota que no es únicamente la naturaleza lo que está en juego. Desde el viernes, los campesinos de la zona afectada por el trazado han organizado retenes en la principal carretera de acceso a Managua, la capital, para protestar por el proyecto, ya que temen por el futuro de sus tierras; se estima que unas 20.000 personas se verán afectadas por la construcción del canal, lo que ha indignado a una población acostumbrada a cultivar la tierra y criar ganado. Hasta ahora el Gobierno no ha hecho pública la lista de expropiaciones ni el valor a pagar por indemnizaciones. Este lunes el presidente Ortega dejó claro que se realizarán las movilizaciones de miles de habitantes de la zona afectada, aunque informó que se pagará “un precio justo por la tierra”. Con su discurso, Ortega puso fecha al inicio de las expropiaciones: el primer trimestre del 2015.

“Lo hemos dicho, primero muertos, primero dejamos el último pedazo de pellejo aquí, pero no nos vamos a dejar robar nuestras tierras”, decía el agricultor Freddy Orozco, habitante de la pequeña comunidad de San Miguelito. En toda la zona afectada por la ruta del megacanal se han realizado hasta el momento 15 protestas, en las que miles de campesinos han expresado su oposición. El pasado 10 de diciembre se registró una protesta en Managua, en la que participaron unas tres mil personas, entre ellos centenares de campesinos.

El País explica que la resistencia campesina al canal es inédita en Nicaragua. Temeroso de que las protestas empañaran la ceremonia de este lunes, el Gobierno prohibió a la prensa el acceso a la zona de Brito, en el sur del país, donde se construye la carretera. Tampoco se permitió la cobertura al acto oficial en Managua. Un acto en el que el empresario chino Wang afirmó: “Los chinos que han venido a este país estamos aquí para construir un país más brillante”.

El reportaje de El País es importante porque mira desde fuera un problema que en la región pasa por las más variadas emociones. En Colombia, por ejemplo, se lee con el prisma de haber perdido una buena parte de su mar territorial por una decisión de la justicia internacional en la que China tuvo un peso determinante.