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UN MISTERIO A LO AGATHA CHRISTIE

La muerte del Presidente Guzmán suscita las hipótesis más retorcidas

9 de agosto de 1982

Las particulares circunstancias que rodearon la muerte del presidente dominicano Antonio Guzmán, generaron indefectiblemente especulaciones. Como en el caso del banquero italiano Roberto Calvi, la primera pregunta en erigirse fue ¿suicidio o asesinato?
Aunque la primera respuesta oficial pretendiera absolver ese interrogante, asegurando que en la muerte del presidente se descartaba cualquier "intervención dolosa", los funcionarios de Santo Domingo no pudieron evitar que el rumor de una supuesta implicación criminal del yerno de Guzmán, José María Hernández, anidara finalmente en la versión de algunos medios.
Esta inestabilidad de la crónica del insuceso surgió quizás del hecho de que a la primera declaración de las autoridades, fuentes partidarias y oficialistas le superpusieran una segunda conjetura. Al comienzo, el gobierno dijo que se trataba de un accidente: al presidente se le cayó una pistola de su propiedad haciendo que el proyectil lo hiriera mortalmente en el pómulo derecho. Tras una agonía de 6 horas el mandatario murió en el Hospital Militar de Santo Domingo.
No obstante, horas después, fuentes allegadas al presidente electo Jorge Blanco, aseguraron que Antonio Guzmán se había suicidado tras una aguda crisis depresiva, motivada por el abandono que sufría de sus amigos y el mal desempeño de la burocracia. Esta versión que tomaba el elemento suicidio como causal de la desaparición del presidente saliente, fue apoyada por un dirigente del gobernante Partido Revolucionario Dominicano.
Pero cuando el Procurador General de la República, Bienvenido Mejía y Mejía, ordenó abrir una investigación al respecto, se recepcionaron testimonios que parecían arrojar conclusiones en una nueva dirección: José María Hernández, yerno de Guzmán y ministro administrativo de la Presidencia, había estado discutiendo hasta último momento con el mandatario. Poco antes de la medianoche del 3 de julio, el presidente pasó al baño privado de su despacho y después se oyó un tiro. Entonces afirmaciones asegurando que, entre el jefe del gobierno y Hernández, existían frecuentes roces de índole personal, se dispararon de inmediato, aunque ninguno llegó a dar cuenta de evidencia alguna que probara la intención criminal del ministro.
Antonio Guzmán, considerado como el representante del ala más derechista del PRD, había sido elegido en mayo de 1978, tras siete años de dura oposición contra el gobierno de Joaquín Balaguer. Su partido lo había postulado como candidato para las elecciones generales de 1974, pero aduciendo falta de garantías,se retiró de tal contienda. Años antes, en 1965 fue propuesto como presidente provisional para que reestabilizara la situación dejada por la intervención norteamericana, pero declinó ese ofrecimiento, prefiriendo ser compañero de fórmula, al año siguiente, del derrocado presidente Juan Bosch quien había fundado el PRD.
Su gobierno debió atravesar por serias dificultades económicas ocasionadas por la caída de los precios del azúcar y del oro en el mercado internacional, al constituir esos bienes el primero y segundo renglón respectivamente de las exportaciones dominicanas. Catástrofes naturales, como huracanes y tormentas,se sumaron a dos extraños fenómenos biológicos que afectaron también la economía del país: una epidemia de fiebre porcina, que obligó a la eliminación de todos los cerdos del país; más tarde el tabaco y la caña de azúcar sufrieron considerablemente por el hongo de la "roya" y del "moho azul".
Durante el mandato de Guzmán no hubo mayores trastornos a las libertades democráticas. No se registraron violaciones serias a la libertad de expresión ni hubo presos políticos, aunque se dio el caso de la devolución de algunos refugiados haitianos a su país.
Sin embargo los adversarios del PRD le reprochan a Guzmán no haber emprendido reformas sociales. Para Juan Bosch, la administración saliente, y la de Salvador Blanco, "no tienen de socialdemócratas, más que el nombre".
El vicepresidente Jacobo Majluta Azar sucederá el desaparecido mandatario hasta el 16 de agosto, fecha en que el poder será entregado al recién elegido presidente Jorge Salvador Blanco.--