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VOTOS POR LAS BALAS

El brazo político del IRA aumenta su caudal electoral

24 de junio de 1985

Belfast es en estos momentos un mar de desasosiego político. De los escrutinios de las elecciones para Concejos Municipales de Irlanda del Norte, que acaban de conocerse, se desprende un elemento que a mediano plazo, puede convertirse en peligroso factor de la política británica e irlandesa: el partido Sinn Fein, la rama política del ilegal Ejército Republicano Irlandés (IRA), ha obtenido más votos de lo previsto: un total de 59 escaños, de los 566 que componen los 26 concejos de esa provincia.
A pesar de que la mayoría en tales concejos seguirá en manos de los dos partidos protestantes que defienden encarnizadamente la unión con Londres, el solo hecho de que el Sinn Fein haya obtenido el apoyo de un 12% del electorado (lo que le permitirá a ese sector tener voz y voto en 17 de los 26 concejos de la provincia), tendrá repercusiones inmediatas: reforzará presumiblemente a los grupos minoritarios católicos; dará a los "provisionales" (como llaman a los miembros del IRA) un mayor espacio político, y convertirá al Sinn Fein en una alternativa creíble. Otro aspecto novedoso de la situación tiene que ver con el hecho de que ésta fue la primera vez que el Sinn Fein (el vocablo es de origen gaélico y quiere decir "nosotros solos"), participó en comicios de este tipo. (Ya lo había hecho en elecciones para la Cámara de los Comunes, en una de las cuales 1983, resultó elegido diputado Gerry Adams, el presidente del partido). Será también la primera ocasión en la que los concejales electos estarán dispuestos a hacer efectivo su cargo. En procesos anteriores tales militantes se negaban a tomar posesión de sus escaños.
Y es este último aspecto el que ha generado la mayor preocupación en los partidos probritánicos. Para estos, la decisión del Sinn Fein de sumergirse en la vida de los concejos llevará a choques no sólo verbales entre dicho movimiento y los partidos unionistas protestantes, especialmente entre los seguidores del reverendo lan Prisley, líder de los unionistas democráticos, las más extremista de las organizaciones que defienden la subordinación al gobierno de Westminster.
La trinca, entonces, contra los "intrusos" ha comenzado a ser tejida. En Londres, donde el diario Guardian aseguró que el Sinn Fein tiene ahora "la oportunidad de desestabilizar el gobierno y la administración de Irlanda del Norte", se especula ya con la posibilidad de uha ilegalización de dicho partido, mientras que en Belfast voceros de las organizaciones protestantes han hecho saber que se unirán a las demás formaciones políticas de la provincia para obstaculizar a como de lugar la actuación de los hombres del Sinn Feinn. "No hay un solo tema en el que podamos tener una base común", explicó Harold Mccusker, vocero del Partido Unionista Oficial, que detentará 190 escaños municipales. Refiriéndose al movimiento de Gerry Adams, Ian Prisley hizo saber que "allí donde los unionistas estén en mayoría no consentirán que el "Sinn Fein" forme parte de ninguna comisión o junta". Nicolas Scott, vicesecretario británico en Irlanda del Norte indicó, por su parte, que el gobierno sólo se reunirá con gente del Sinn Fein "si éste renuncia a la violencia".
¿Y qué dicen los dirigentes del nacionalismo radical y el IRA mismo? Al menos dos corrientes emergieron en Sinn Fein al avaluar su éxito electoral. Unos, como Martin Mcguinnes, han hecho el papel de aguafiestas al decir que no es con victorias electorales sino con el "filo cortante del IRA" que se puede expulsar a los ingleses y unir a Irlanda. Otros, como Danny Morrison, han visto los resultados como un "mandato popular" para su organización. Y Gerry Adams, quien se ha negado a tomar posesión de su escaño en los Comunes, se mostró, sin embargo, dispuesto a que el Sinn Fein acuda a los concejos en donde su partido "no buscará dificultades" aunque advirtió que si sus adversarios les crean problemas ellos "no escurrirán el bulto". El IRA que se opone a cualquier forma de participación electoral, está en contra de este paso del Sinn Fein y lo ha hecho saber en una forma muy suya: hizo estallar una poderosa bomba en la localidad de Newry que mató a cuatro gendarmes que venían del condado católico de Armagah, donde hace dos meses el IRA mató a otros 9 oficiales al disparar una bazuca al cuartel de policía.
Estas divergencias entre el IRA y el Sinn Fein permiten presumir la existencia dentro del nacionalismo radical del Ulster, de un sector que ahora confía menos en la lucha armada y que espera que la acción política dé mayores dividendos para su causa.
Esto acrecentará las dificultades del IRA para proseguir su actividad terrorista que, de hecho, viene perdiendo algunos apoyos populares y ha sufrido "últimamente una cierta reducción del apoyo monetario que por décadas ha tenido de sus simpatizantes en Estados Unidos". -
¿UNA SOLA IRLANDA?
A finales del año pasado la señora Thatcher discutió con Garret Fitzgerald, jefe del gobierno de Irlanda (del Sur) una posible solución política al problema del Ulster (Irlanda deL Norte). Barajaron diversas salidas: entre ellas crear un Estado irlandés unitario con garantías para la población protestante (que es mayoritaria en el Ulster y minoritaria en una Irlanda unificada) o la creación de un gobierno compartido entre Londres y Dublin.
Finalmente tales negociaciones fracasaron, y Thatcher insistió en el statu quo.
Los problemas del Ulster nacieron a comienzos de este siglo, cuando tras poderosa lucha política y armada, emprendida desde el siglo XIX, Inglaterra se vio obligada a reconocer la independencia de Irlanda. Sin embargo, segregó el industrializado norte del país, donde la mayoría protestante quería seguir, manteniendo su calidad de súbditos de la monarquía británica. Fue creado así el Ulster donde la minoría católica--que constituye generalmente los estratos más pobres de la población--sigue luchando por la independencia y la unificación del país. Londres desde 1969 decidió enviar sus tropas al Ulster para impedir el crecimiento de ese movimiento lo que ha incrementado la violencia: más de 2.500 personas han muerto en escaramuzas desde entonces, y el IRA provisional ha erigido la bandera terrorista la cual muestra como la continuación de la lucha liberadora de Irlanda. -