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ENTREVISTA

“Se requiere una nueva reforma laboral”: Alicia Arango

La ministra de Trabajo asegura que los cambios que a nivel mundial registra el mercado hacen necesario que el país revise algunas de las estrictas normas que impiden generar más empleo formal. Estos cambios irán acompañados de un impulso de los derechos sindicales.

15 de septiembre de 2018

SEMANA: En varios escenarios ha insistido en el tema del diálogo social y el tripartismo, y en solo un mes ha logrado que el presidente asista a varias reuniones con sindicatos y con empresarios para tratar el tema laboral. ¿En qué consiste este enfoque?

Alicia Arango: Las herramientas del diálogo social y el tripartismo permiten llegar a los acuerdos de mejor manera porque allí las personas se sientan frente a frente a contarse qué les inquieta y entre todos resuelven el tema. Así, no se llega al extremo de un paro o una huelga, que le hace daño a las empresas o a los trabajadores. Por eso, ya hemos citado la Comisión de Concertación para que trabaje el tema del salario mínimo, pero también para asuntos laborales.

SEMANA: ¿Cuáles han sido las principales preocupaciones que le han expresado los empresarios y cuáles los trabajadores colombianos?

A.A.: Recientemente, hice un estudio para saber qué piden los trabajadores y de qué se quejan los empresarios, y me sorprendió el número de temas similares. En general, unos y otros están preocupados por asuntos como formalización, tercerización, multiafiliación sindical, libertad sindical, estabilidad laboral reforzada. El hecho de que haya preocupaciones comunes nos permitirá tener un diálogo social más armónico y un mayor acercamiento. No es fácil desarraigar algunas costumbres, pero tengo la confianza de que logremos más acuerdos porque el mundo está cambiando.

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SEMANA: ¿Cómo encontró el tema laboral en Colombia?

A.A.: Creo que el sindicalismo en Colombia se respeta, como debe ser. Y hay que impulsarlo entre gobierno, empresas y trabajadores porque genera los equilibrios que necesita una sociedad. Sin embargo, hay que avanzar en algunos temas porque los empresarios sienten que hay mucha rigidez en la contratación; los sindicatos quieren, por su parte, que todo se haga a término indefinido. Lo cierto es que el mundo cambió y hoy existen labores que se desarrollan en cuatro horas o menos y muchos trabajadores no pueden acceder a nuevas formas de contratación. Eso hay que reglamentarlo.

SEMANA: ¿Esto implica que sería necesario aprobar una nueva reforma laboral que permita flexibilizar la contratación? ¿Cuándo estaría lista?

A.A.: Creo que este es un buen momento para dar esa discusión. Hoy en el país hay 22 millones de trabajadores, pero solo 8 millones cotizan y 15 millones están en trabajos informales porque deben llevar el pan a la casa como sea. Por eso, es necesario dar flexibilidad para que más colombianos puedan trabajar y tener derecho a la salud, a la pensión y a sindicalizarse. Mientras más rígidas sean las normas laborales, menos empresas estarán dispuestas a contratar más gente, y necesitamos que haya más trabajo formal. El mundo se ha globalizado en temas de contratación y, por eso, hay que revisar y socializar este tema con los sindicatos. Hasta ahora nada está definido o escrito, pero tenemos que avanzar en esta reforma y al mismo tiempo impulsar el sindicalismo en esas nuevas formas de contratación. Esperamos seguir avanzando en diálogos tripartitos para tener una propuesta el próximo año.

SEMANA: El gobierno ha dicho que quiere facilitarles la vida a los empresarios y ya ha hecho anuncios desde el punto de vista fiscal. En materia laboral, ¿qué cambios vienen?

A.A.: Para comenzar, este país no tiene una política pública de empleo y estamos trabajando este tema para beneficiar tanto al sector productivo como a los trabajadores. Por otro lado, diseñamos la ventanilla única para 20 trámites, que estará lista en un mes. Allí estarán los principales trámites de inspección, vigilancia y control que deben hacer los colombianos, e incluso muchos de ellos se podrán hacer en línea. Queremos crear un espacio para que el ministerio se acerque a los ciudadanos y seamos más amables.

"El mundo cambió. Se requiere mayor flexibilidad en las normas laborales y este es un buen momento para abrir la discusión"

SEMANA: Se ha venido hablando de una baja de salarios para los congresistas, pero esta decisión impacta otros niveles del Estado. ¿Qué tan viable es esa propuesta?

A.A.: En este momento se encargan del tema los integrantes de la mesa anticorrupción, que es técnica. Ellos tendrán que decidir, pero opino que esa baja no se hace para afectar a las personas, sino para generar más equilibrios en los salarios, para cortar la brecha. Porque es cierto que hoy existe una diferencia muy grande entre los máximos y los mínimos salariales. Es un tema que se debe mirar muy detalladamente.

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SEMANA: ¿Cómo le fue al Ministerio de Trabajo en la asignación de recursos de presupuesto para el año entrante?

A.A.: Debido a la situación fiscal que tiene hoy el país, este ministerio pasó de 30.000 millones de pesos de inversión en 2018 a 8.000 millones en 2019, y esto hace que no sea viable. Nuestros principales programas son la formación para el empleo, la generación de empleo, la capacitación y empoderamiento de los inspectores de vigilancia y control, el mejoramiento de los funcionarios que trabajan en el ministerio que hoy no tiene condiciones favorables porque no es justo ni lo que se ganan ni la manera como están distribuidas las cargas. Por eso, buscamos que se asignen más recursos para que el ministerio pueda cumplir todas sus tareas.

SEMANA: El empleo es uno de los temas clave en este ministerio, pero desde hace años se tomó la decisión de sacar de allí al Servicio Público de Empleo. ¿Esto no ameritaría una revisión?

A.A.: Sí, ese es otro tema clave y lo contemplamos como parte de la reforma que estamos estudiando para el ministerio. De aquí se sacó el empleo, que es el resultado, y se dejaron solo las políticas; eso no ha sido útil porque la entidad debe tener el control de los empleos que se generan, del seguimiento para que estos sean los pertinentes, los que las empresas requieren, así como del cumplimiento de las normas. La propuesta de traer para el ministerio el Servicio Público de Empleo genera, además, unos ahorros que el país necesita y está avalada por el presidente.

SEMANA: ¿Qué otros temas contemplará la reforma que le quiere hacer al ministerio y cuándo estaría lista?

A.A.: El ministerio tiene 1.790 funcionarios, de los cuales 904 son inspectores, que son muy pocos para todo lo que se necesita. Por eso, además de traernos de manera integral el tema del empleo, también queremos mirar bien el tema de cargas laborales, de mejorar la remuneración y las condiciones de los funcionarios, para darles empoderamiento a fin de que cumplan muy bien su labor. En este sentido, queremos también mejorar el cargo que desempeñan los inspectores de trabajo. Hoy el inspector está muy aislado y esa relación cercana con el ministerio hace mucha falta. En cuanto a la fecha de la reforma, ya comenzamos a hacer los estudios, pero una propuesta no estará lista antes del próximo año.

SEMANA: Con frecuencia los empresarios se quejan de la figura del inspector de trabajo y de su rol sancionatorio, que a veces descalifican. ¿Qué tanto se exceden?

A.A.: Yo he revisado algunas sanciones y efectivamente he visto que hay unas enormes, que prácticamente acaban con la empresa, y los motivos no son tan grandes. Además, nosotros tenemos la obligación de hacer prevención y decirle primero al empleador en qué se está equivocando, y si es necesario, sancionarlo, hacerlo, pero siempre teniendo en cuenta el patrimonio de la empresa. Pero soy consciente de que, por otro lado, hay empresarios que abusan de los inspectores y eso no puede ser porque es una figura tan importante que puede sancionar. Por eso, creo que necesitamos mayor coherencia en el motivo de las sanciones y, para lograrlo, debemos formar mejor a nuestros inspectores, un tema que se ha olvidado.

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SEMANA: La figura del inspector se ha asociado también con cuotas políticas, especialmente regionales. ¿Lo ha podido confirmar?

A.A.: Hay cuotas políticas que son muy buenas y otras que no lo son tanto. Pero creo que, en todas las entidades, las personas que son buenas en su trabajo hay que mantenerlas y las que no, hay que cambiarlas.

SEMANA: El nuevo gobierno ha dicho que no está dispuesto a transar sus temas a cambio de cuotas burocráticas. ¿Ha recibido muchas presiones políticas en este aspecto?

A.A.: Personalmente, trato de mantener siempre las mejores relaciones con el Congreso. Por eso, recibo a los congresistas que me piden cita y los atiendo todos los jueves. Yo creo que se ha satanizado un poco el tema porque siempre dicen que ellos buscan solo puestos entre los funcionarios que los atienden. La verdad es que siempre los recibo y los escucho dentro de un ambiente de mutuo respeto, y encuentro que el diálogo que hemos tenido ha sido muy productivo porque ellos me plantean preocupaciones y temas que afectan a sus regiones. Yo tengo una norma de vida profesional: lo más importante es saber decir no a lo que no se puede cumplir o a lo que está mal hecho, y esta me ha servido siempre.