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Álvaro Uribe, condenado: el Gobierno de Donald Trump y los congresistas republicanos se alinean al lado del expresidente. ¿Habrá consecuencias para Colombia?
Funcionarios del Gobierno de Donald Trump y la plana de los congresistas republicanos se alinearon del lado del expresidente Uribe. ¿Qué implica eso para Colombia?
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La condena contra Álvaro Uribe también es la decisión judicial de mayor impacto internacional en la historia de Colombia. El papel que el exmandatario desempeñó en la lucha contra los grupos armados y los carteles de las drogas hace que no se trate de un expediente cualquiera contra un político en América Latina, sino de un fallo adverso contra el hombre que muchos en Estados Unidos consideran el líder político más valioso en la historia reciente de las relaciones entre ambos países.
Lo dijo el exembajador William Brownfield de manera sencilla. El diplomático aseguró que respetaba el fallo, pero que no podía dejar de expresar que se trataba del “mejor presidente que he conocido en mi vida adulta”.
Desde que la jueza leyó el sentido del fallo, las principales voces del Partido Republicano y del Gobierno Trump se alinearon a favor del expresidente. El secretario de Estado, Marco Rubio, escribió en sus redes sociales: “El único delito del expresidente colombiano Uribe ha sido luchar incansablemente y defender su patria.

La instrumentalización del poder judicial colombiano por parte de jueces radicales ha sentado un precedente preocupante”. Su subsecretario Christopher Landau agregó: “Ese país tiene una orgullosa tradición de independencia judicial, por la cual muchos jueces han pagado con sus vidas, pero esa tradición ahora ha sido manchada por el fallo contra el expresidente Uribe (...) Espero y confío en que los tribunales de apelación de ese país pongan fin a este abuso fiscal y judicial”.
La primera de los congresistas en rechazar la decisión fue la representante María Elvira Salazar. “Se consumó una infamia contra Álvaro Uribe, el hombre que rescató al país del terrorismo y enfrentó a las Farc cuando nadie más se atrevía. Lo condenan porque se negó a pactar con criminales, porque es un obstáculo para la izquierda radical que quiere tomar el poder y convertir a Colombia en otra Venezuela”, señaló.

El representante de Florida, Carlos Giménez, aseguró también que se consumó “una persecución política contra un líder valiente que salvó a su país del terrorismo... Lo atacan porque representa un obstáculo para la agenda de la izquierda radical”.
Mario Díaz-Balart, por su parte, aseguró: “La decisión del juicio falso, la persecución política y la cacería de brujas contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez es una evidente violación del Estado de derecho y refleja el avance de fuerzas de extrema izquierda que controlan a Gustavo Petro”.

En el Senado también hubo voces. “La persecución del presidente Uribe es terrible gracias a las políticas radicales de Petro, un criminal, un socialista de extrema izquierda. Sí, es muy importante que los Estados Unidos y la comunidad internacional apoyen al presidente Uribe”, dijo el legislador de Florida, Rick Scott.
Bernie Moreno, senador por Ohio y ciudadano colombo-estadounidense, se sumó: “Colombia se acerca un paso más a la ilegitimidad. Ya hemos visto esta película en Venezuela”, aseguró. Ashley Moody, senadora de Florida, calificó el caso como “plagado de irregularidades”.
Trump no ha dicho nada hasta ahora, pero muchos recuerdan los elogios que le dio en 2020, en una condecoración, cuando dijo: “¡Felicitaciones al expresidente Álvaro Uribe, un héroe, antiguo merecedor de la Medalla Presidencial de la Libertad y un aliado de nuestro país en la lucha contra el castrochavismo!”.

La condena a Álvaro Uribe ha hecho que muchos comparen la situación con Brasil. Como se sabe, en ese país el expresidente Jair Bolsonaro está siendo investigado por la Corte Suprema de Justicia por un intento de golpe de Estado contra Lula da Silva.
La Casa Blanca tomó la decisión de aplicar aranceles punitivos del 50 por ciento contra buena parte de los productos brasileños. Lo hizo en una carta en la que el presidente Donald Trump calificó la investigación judicial como una “cacería de brujas” y señaló que existía una injusticia que debería terminar de inmediato. El Gobierno Trump, además, le quitó la visa al juez Alexandre de Moraes, que lleva el caso, y le aplicó la Ley Global Magnitsky.
Hay voces que han alertado que Colombia también podría sufrir represalias de Trump. El senador Moreno, por ejemplo, comentó esa decisión de Trump contra Brasil así: “Colombia necesita detener el uso de su sistema judicial como arma contra el expresidente Álvaro Uribe. Es un camino muy peligroso para quien debería ser uno de los principales aliados de Estados Unidos en Latinoamérica”.

Esa eventual respuesta de Estados Unidos produjo la reacción del presidente Gustavo Petro, quien en un mensaje en su cuenta de X simplemente dijo: “Colombia no se chantajea”.
Del lado del expresidente Uribe, las reacciones frente a Estados Unidos, por el momento, han sido cautelosas. El expresidente Iván Duque, en diálogo con SEMANA, se refirió a las posibles consecuencias del caso con Washington. “Que los criminales que él confrontó, con el apoyo de los Estados Unidos, hayan contribuido a un proceso para la destrucción reputacional de una persona diáfana, debería causar preocupación. Ya se han pronunciado varios líderes del Congreso de los Estados Unidos de los dos partidos, y creo que para Estados Unidos tantas irregularidades procesales deben causar preocupación sobre la institucionalidad de nuestro país”.

Algo similar expresó el abogado penalista Jaime Lombana, quien forma parte de la defensa del expresidente. “Durante muchos años, el Gobierno americano ha ayudado profundamente a nuestro país y recibo positivamente esas observaciones por ser Álvaro Uribe Vélez un reconocido líder de la región latinoamericana, que trabajó incansablemente por el progreso de nuestra Colombia y siempre comprometido en la lucha contra el narcotráfico”, aseguró.
El proceso de Álvaro Uribe cae en un momento de álgidas relaciones entre ambos países y en medio de la animadversión evidente del presidente Petro contra Donald Trump, y de sus constantes provocaciones.

El expresidente Uribe, en su defensa este viernes ante la jueza, expresó que sentía que durante su proceso hubo un “sesgo”. Aseguró que ha predominado la política sobre el derecho para su condena y dijo enfáticamente que se ha querido destruir una voz de la oposición democrática. La expectativa de lo que pueda decir Trump sobre su caso es enorme.