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| Foto: Archivo SEMANA

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Los únicos defensores del magistrado Miranda

A raíz del escándalo del hijo del presidente de la Corte Suprema de Justicia, familiares y vecinos en Ayapel salen en su defensa.

7 de noviembre de 2014


En Ayapel (Córdoba) tienen varios problemas: el agua potable solo llega al 25 % de la población, es tomada de la Ciénaga de Ayapel y hay serios indicios de una presencia cada vez más elevada de mercurio en el líquido, y además, las Bacrim son una amenaza constante, a veces silenciosa, pero innegable. Como si fuera poco, a esto se suma la indignación que causó en el pueblo el escándalo protagonizado por el hijo del presidente de la Corte Suprema de Justicia Luis Gabriel Miranda y unos policías.

El magistrado Miranda es oriundo de este municipio ubicado a dos horas de Montería y su familia es reconocida tanto en Ayapel como en el resto del departamento. Semana.com conversó con familiares del togado y con habitantes del lugar quienes no dan crédito a las versiones que salieron en varios medios de comunicación en los cuales se cuestionaba la actitud y comportamiento del magistrado, su esposa y su hijo, en el momento en que varios policías abordaron la camioneta blindada en la que se encontraba Luis Gabriel Miranda (hijo), quien supuestamente realizaba actos obscenos con su novia.

Muchos en el pueblo se niegan a creer que las cosas hayan ocurrido como se presentaron en diferentes videos. “Luis Gabriel es un muchacho de 1.60 metros y lleva más de tres años con la novia, no tiene necesidad de tener relaciones en un carro. Además, la polarización del vehículo impide ver hacia dentro, por lo que no se puede asegurar que estuvieran realizando actos obscenos”, dijo uno de los familiares del magistrado en Ayapel.

La noticia afectó el seno familiar, ya que según dicen, nunca habían estado sometidos al escarnio público y nunca se había puesto en tela de juicio a la familia que “goza de una excelente reputación”. Fue tanta la molestia que causó el escándalo, que los Miranda decidieron difundir dos videos por redes sociales, uno de los cuales fue grabado aparentemente por la novia del joven. (Ver video aquí).

Además, criticaron el hecho de que un asunto personal trascendiera de tal forma que dejara una imagen desfavorable de la justicia colombiana en el exterior.

La tensión del momento hizo que el magistrado Luis Gabriel Miranda se exaltara y su imagen no pasa por el mejor momento, no obstante que en entrevista con Semana.com haya reconocido que actuó como un padre de familia que se sentía vulnerado y no como presidente de la Corte Suprema de Justicia (ver: Las explicaciones del magistrado Miranda).

Tradición política en Ayapel. ¿Quién es el presidente de la Corte Suprema?

El magistrado Luis Gabriel Miranda nació en una familia numerosa en Ayapel. Tiene 10 hermanos (Alfonso Gabriel, Jorge Isaac, Alma Inés, Aracely, Piedad, Esaú Alberto, Ligia María, Luis Rafael, Germán Enrique y Lacides Roger). Su madre Ligia Buelvas de Miranda siempre fue ama de casa, mientras que su padre Luis Gabriel Miranda Pupo se desempeñó dos veces como alcalde del municipio, una en los años sesenta y otra en los setenta; cargo que también ocupó en elgún momento su hermano mayor Alfonso Gabriel.

El magistrado Miranda realizó la primaria en el Liceo San Jerónimo y a los 11 años su padre lo llevó al municipio de Sahagún (Córdoba) donde terminó el bachillerato. Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Colombia en Bogotá e inició su carrera como citador, escribiente y oficial mayor de juzgado laboral de circuito, auxiliar judicial del Tribunal Superior de Bogotá, secretario del juzgado laboral del circuito de Girardot, conjuez del Tribunal Superior de Bogotá, juez promiscuo municipal, juez laboral del circuito, abogado litigante y magistrado auxiliar de la Sala Laboral de la Corte, magistrado y presidente de esa misma sala.

También fue Jefe de Oficina de Registro de Instrumentos Públicos y juez en el municipio de Carmen de Carupa (Cundinamarca).

Su familia lo describe como un hombre comprometido y responsable. Aunque reconocen que es muy estricto y que “tiene su temperamento”, dicen que es chistoso y muy familiar. Según dicen, regaña a sus sobrinos cuando sabe que la embarran, pero después de la reprensión siempre les da un consejo. Cada vez que puede, en vacaciones, visita Ayapel y disfruta de las fiestas patronales de San Jerónimo el 30 de septiembre donde comparte con familiares y amigos de infancia.

A pesar del escándalo su familia lo defiende a capa y espada, mientras que algunos habitantes de Ayapel aún dudan de todo lo que se ha dicho en los medios. “Él vive muy pendiente de nosotros, de qué necesitamos, es uno de los soportes de la familia tanto en lo económico como en lo personal”, finaliza uno de sus familiares cercanos en el pueblo.