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La imagen de Ferney Tapasco cambió radicalmente. | Foto: Policía Nacional

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La oscura historia del político Ferney Tapasco

¿Cómo uno de los hombres más influyentes de Caldas terminó transformado en un anciano barbado, condenado y capturado por el asesinato de Orlando Sierra?

1 de noviembre de 2015

Quienes conocen al otrora poderoso político caldense José Ferney Tapasco González no salen de su sorpresa por la imagen que entregó al país este domingo. Barbado, visiblemente deteriorado y débil, así fue capturado quien supo ser uno de los líderes más reconocidos en una región de zares políticos.
 
La historia de Tapasco estuvo marcada por casos de corrupción y un asesinato que pasó a la historia y por el que el país aún se duele y que lo ha perseguido en los últimos 13 años.
 
Las balas asesinas callaron la voz crítica del periodista Orlando Sierra el 31 de enero del 2002. Cayó en las afueras de las instalaciones del diario La Patria, el mismo del que fue subdirector durante años y desde donde el comunicador lanzó dardos y produjo escritos que detallaban la perversa relación entre la política local con diversos hechos de corrupción.
 
Entonces, los ojos se posaron sobre Tapasco. Sus roces con Sierra y su evidente interés por quitarlo de en medio hicieron que de inmediato fuera el primer sospechoso por el crimen.
 
Después de un engorroso proceso, la Justicia determinó que Tapasco fue el autor intelectual del asesinato de su contradictor. Como pocas veces, en Colombia la investigación llegó hasta la cabeza que tiró del gatillo a distancia. Después de la condena, Tapasco le compartió a su círculo cercano que “no volvería a la cárcel”. A sus 70 años, después de haber pagado una condena prolongada, no estaba dispuesto a volver a un centro de reclusión. Y escapó.
 
Los rumores apuntaban a que había salido del país para eludir la mano de la justicia. En su momento, el abogado de la familia Tapasco, David Augusto  Becerra, confirmó que había iniciado el trámite para sustentar los argumentos de la casación, diligencia que cuenta con un plazo de 40 días a partir del momento del fallo. Se trata de un proceso que puede tardar hasta dos años.
 
El círculo se cerró el pasado sábado, día de las brujas, cuando fue  capturado en un lujoso sector de Manizales. Su detención tuvo tintes novelescos. El político creyó que con disfrazarse en la noche de halloween podía seguir burlando a la justicia.

Pero un grupo de la Fiscalía y la Policía tenía montada una estructura de seguimiento a sus familiares que los llevaría hasta este hombre considerado el más buscado del eje cafetero.
 
José Ferney Tapasco fue presentado a la prensa. Tenía una espesa barba y una mirada de derrota. Ya no se veía al imponente político que era capaz de retar en cualquier esquina de la ciudad a quien lo contradijera. Ahora, y con la vergüenza a cuestas, deberá afrontar una pena de 35 años de cárcel impuesta por el Tribunal Superior de Manizales.

El liberal de trapo rojo

Ferney Tapasco es liberal de trapo  rojo y llegó a ser el político más temido de Caldas. Y no era para menos. El 17 de enero de 1998, siendo diputado, le gritó a un grupo de concejales de Supía durante una sesión de la Asamblea: "Están buenos para sacarlos a bala". El 4 de marzo de 1998, el dirigente le pegó una cachetada al diputado Antonio Quintero Arce que, por medio de un derecho de petición, quiso averiguar los costos de varios contratos. Ambos hechos fueron denunciados oportunamente por La Patria.
 
Su poder regional se consolidó con los años, hasta que estalló el escándalo de la parapolítica. Tiempo atrás había cumplido una condena de siete años por sus vínculos con jefes paramilitares. Sin embargo, en los corrillos políticos de Manizales se decía que Tapasco era el poder detrás del poder.

Orlando Sierra fue de los pocos hombres que se atrevieron a cuestionar al político liberal. La Patria dedicó reportajes y editoriales para destapar los vínculos oscuros del ‘cacao’ manizalita. Eso, a la postre, fue lo que desesperó a Tapasco al punto de poner bajo su lupa al comunicador.

Así fue la historia. Y ahora el poderoso Tapasco tendrá, una vez más, que ir a una celda y enfrentar su pena. Y muchos allí dormirán tranquilos.