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El presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño, alias Timochenko.. | Foto: A.F.P.

PROCESO DE PAZ

¿Se enreda el cese al fuego bilateral?

Un audio conocido en las últimas horas pone a patinar la posibilidad de que el 23 de marzo se anuncie, al menos, el fin definitivo de las hostilidades.

12 de marzo de 2016

El Gobierno y las FARC confirmaron esta semana un secreto a voces: son casi nulas las posibilidades de que el 23 de marzo se firme un acuerdo final como ambas partes tenían previsto. Al mismo tiempo, personas cercanas a la negociación le dan vuelo a la posibilidad de que, al menos ese día, se anuncie el cese al fuego bilateral y definitivo.

Faltan menos de 12 días para que se cumpla la fecha y, a ese rompecabezas, todavía le faltan varias piezas. No sólo hay dos puntos y detalles en cola por discutir, sino que un audio divulgado en las últimas horas puso en evidencia una ‘calma chicha’ por la que estaría transitando la Mesa de diálogos.

Ninguna de las partes ha confirmado publicamente la autenticidad de la grabación revelada por un senador del Centro Democrático. En ella, se escucha a una supuesta guerrillera leyendo una nota del máximo líder de las FARC, ‘Timoleón Jiménez’, en la que les describe a las tropas las diferencias que se habrían presentado entre los negociadores el pasado 6 de marzo.

“Cuando se reunía la Subcomisión Técnica del Fin del Conflicto para avanzar en los temas de los sitios donde vamos a estar ubicados a partir del cese al fuego, nos fue leído un documento que a todas luces fue redactado por el Alto Comisionado para la Paz que borra de tajo todo lo consensuado en ocho meses de larga discusión entre los militares activos y los mandos nuestros”, dice desde lo que parece ser un radioteléfono.

La guerrillera se refiere al trabajo que adelantó la Subcomisión del Fin del Conflicto por más de ocho meses a la cabeza del general Javier Flórez y Carlos Antonio Lozada y que, según se supo, entregó el pasado 23 de enero informe con las recomendaciones sobre cómo sería el cese al fuego y la dejación de armas.

Enseguida la mujer advierte: “Estamos haciendo hasta lo imposible para normalizar esta situación. Pero si el Gobierno se mantiene en la raya, buscando presionarnos con la fecha o lo de Obama, no hay más que hacer que continuar con lo que en más de 50 años hemos venido haciendo. Así que sin dejar de un lado las tareas que están desarrollando, tomen todas las medidas del caso para no irle a permitir a Santos que nos haga una jugada sucia”.

La grabación ha revivido un ambiente cargado de reproches y desconfianza, que ya se había enrarecido tras el episodio de proselitismo armado que protagonizaron ‘Joaquín Gómez’ e ‘Iván Márquez’ en el corregimiento de Conejo (Fonseca, La Guajira).

En tres años del proceso de paz se han presentado encrucijadas como esta. Los desencuentros del acuerdo de justicia, que postergaron más la discusión del punto de víctimas, fueron una de las más graves. Aun así, es necesario buscar puntos de acuerdo urgentementes sobre los temas que faltan para que el pesimismo que gravita en los colombianos sobre el proceso de paz no aumente.

Y es que no sólo el tema del plebiscito ha exacerbado las diferencias entre las partes. El camino que abonó la Subcomisión del Fin del Conflicto aún no da frutos. Las zonas de concentración, el método de verificación del cese al fuego y de hostilidades, y la propuesta de las FARC de los Territorios Especiales para la Construcción de la Paz (Terrepaz) siguen siendo palos en la rueda.

Las FARC insisten en su propuesta de estos Terrepaz donde quieren concentrar a sus combatientes y, al mismo tiempo, empezar a reparar a las víctimas del conflicto, pero para la contraparte esto no es viable. “Nosotros no vamos a desmovilizarnos sino a movilizarnos políticamente”, ha dicho el grupo insurgente. A esto se le suma el marcado distanciamiento entre el Gobierno y las FARC en el número de zonas de concentración.

Por si fueran pocas las diferencias, no cabe duda que el Consejo de Seguridad de la ONU será el doliente del proceso de verificación del cese bilateral del fuego. El problema es que las partes aún no tienen claro cuáles serán las reglas del juego.

“Las diferencias son abismales, mira lo que se aprobó en el Congreso de la República: son cárceles a cielo abierto. No son para un tránsito, son concentración como lo están planteando ellos”, dijo el negociador guerrillero ‘Benkos Biohó’ desde Riosucio (Chocó).

Horas antes, el jefe del equipo negociador, ‘Iván Márquez’, manifestó a través de su cuenta de Twitter que “el rosario de decisiones unilaterales en asuntos que deben ser consensuados en la Mesa es como un puñal clavado en el corazón de la confianza”.

El proceso de paz tropieza. Como suele ocurrir en la recta final de este tipo de negociaciones, aparecen todo tipo de dificultades. El audio revelado este viernes es una muestra de ello y aún se desconocen las razones ocultas detrás de esta supuesta filtración.

La cuestión que queda en el aire es: ¿quién lo divulgó y con qué intenciones? No es la primera vez que intervienen las comunicaciones de los negociadores. En el 2014 se supo que el computador, correo y celular del jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, fue ‘chuzado’.

Aunque tendrá un gran impacto en la opinión, el problema no sólo es firmar un acuerdo el 23 de marzo, sino que lo que se pacte quede blindado y claro para garantizar que no surjan controversias en el momento de implementarlo.

"Por cumplir con una fecha no voy a firmar un mal acuerdo", dijo desde Pereira el presidente Santos, que no perdió la oportunidad para lanzar un salvavidas "yo le digo a la contraparte: pongamos otra fecha, yo no voy a cumplir la fecha con un mal acuerdo. Yo firmo y cumplo lo que para los colombianos sea un buen acuerdo".

Mientras el tiempo corre contra los negociadores, ellos avanzan en la recta final con la parsimonia aritmética de dos pasos adelante y tres atrás, lo que sin duda retrasa el cronograma de la Mesa.