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| Foto: Luis Benavides / Archivo SEMANA

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Denuncian que a la comuna 13 de Medellín volvieron fronteras invisibles y "toques de queda"

Desde hace más de un mes los habitantes de la comuna 13 de Medellín están sometidos a la zozobra del conflicto urbano, pues varias estructuras delincuenciales se disputan el territorio y el fruto de las rentas ilegales. Se denuncian fronteras invisibles.

9 de julio de 2018

La comuna 13 de Medellín tiene 21 barrios por donde la guerra entre bandas se pasea por temporadas. Sucede a veces que, mientras en unos se vive una paz inquietante, en otros los combos delincuenciales se prenden a bala a cualquier hora sin importar nada: ni los niños ni los ancianos, la multitud inerme. El alcalde Federico Gutiérrez ha prometido cada vez que le ha sido posible, que va a acabar con los combos, que no hay ni un centímetro de tregua, pero la semana pasada la violencia en la comuna 13 llegó a a un punto preocupante con varios asesinatos y la denuncia de la comunidad que señala que algunos policías están aliados con delincuentes, cuadro que recuerda los días de la Operación Orión y sus años subsiguientes, cuando paramilitares se paseaban por el sector como amos y señores.

Esta semana, después de que James Zuluaga, integrante del comité de derechos humanos de la comuna 13, denunciara públicamente que algunos policías estaban patrullando con delincuentes y que los allanamientos a las casas —que ahora se hacen sin orden judicial por el código de Policía— se hacían en compañía de los mismos, le asesinaron a un sobrino: “Algo difícil y duro, más en este momento que está pasando la comuna 13, y lo más grave es que en la escena (donde fue asesinado su sobrino), cuando vamos a hacer el reconocimiento, uno de los policías dice que lo matan porque era un delincuente. Y un amigo y otras personas que estaban ahí manifestaron que este policía los había retenido en días anteriores y que les había manifestado que les iba a hacer el levantamiento”.

El secretario de Seguridad, Andrés Tobón, quien se se hizo presente en la zona, aseguró que conocen los testimonios de los líderes, pero que no se han hecho denuncias formales, aunque aseguró que la Fiscalía y la Policía tendrán que investigar y comprobar si lo que se dice es cierto. Pero la comunidad no espera, al dar una vuelta por cualquier calle de Las Independencias, El Salado, La Divisa, El Socorro, los vecinos cuentan las historias que les parecen inverolísimiles, como una mujer que prefirió guardar el nombre porque teme que la maten: “A veces pasan los policías y uno los ve con los muchachos de todos los lados. Yo estoy en un tercer piso y veo como donde se hacen los muachachos también se hacen los policías y el ejército. Muchas veces están ahí sentados los policías, se paran y cuando van en la esquina se prende la balacera más horrible, ¿cómo puede pasar eso?”.

Desde el primero de enero de 2016 al 25 de junio de 2018 —periodo de gobierno de Federico Gutiérrez— en la ciudad se han cometido 1.440 homicidios, una tasa promedio de 23 homicidios por cada cien mil habitantes; en este año el mes más violento ha sido mayo, con 62 asesinatos, más de dos muertes violentas por día en un mes, un aumento del 51 por ciento con respecto al mismo mes de 2017. Este año, sólo en la comuna 13 van 44 asesinatos, 22 casos más que el año pasado para el mismo periodo. Desde la Alcaldía aseguran que esto se debe a que la fuerza pública está arrinconando a los delincuentes, sin embargo las dinámicas de violentas de la ciudad muestran que hay un enfrentamiento entre dos facciones: La Oficina de Envigado y el Clan del Golfo, quienes al parecer estarían apoyados por los carteles mexicanos.

Según Diego Herrera, director del Instituto Popular de Capacitación (IPC), organización que estudia desde hace décadas el conflicto urbano, dice que la situación atípica de esto enfrentamiento “es que la Policía ha estado haciendo allanamientos y lo que dice la gente es que los hacen con persona de una de las bandas que están en el sector. Se cree en la zona que la policía está actuando a favor de una de las estructuras. Lo que se ha venido discutiendo es si lo que pasa en Medellín es lo mismo que ocurre en Tumaco o el Catatumbo, donde se advierte la presencia de estructuras criminales transnacionales, y estamos hablando de los mexicanos. Hay una disputa de estructuras mucho más grandes de lo que se piensa que quieren tener control del occidente de Medellín y de la carretera que va al mar”.

Pese a los operativos que se reforzaron la semana pasada, este domingo fueron asesinadas tres personas, entre ellos dos jóvenes — Esteban Paniagua Alcaraz, de 19 años; Johan Mateo Cadavid Álvarez, de 16 años— en el barrio La Pradera a las 4 de la tarde. Y a las nueve y media de la noche, al parecer en un riña, dos hombres asesinaron a Luis Guillermo Mosquera Córdoba, de 17 años. Desde la Alcaldía se pide a la Policía y a la Fiscalía que abran investigaciones y también se dice que detrás de las muertes está un delincuente conocido como Patrilli del que nadie da razón.

Justo en el barrio La Pradera denuncian que no pueden cruzar a otros barrios porque están amenazados, así han vuelto las barreras invisibles a la comuna. “Desde hace más de un mes tenemos toque de queda, todo mundo a las 7 de la noche se entra y hasta cierran las tiendas, porque en cualquier momento se prende una balacera”.  

Mientras tanto, las organizaciones y en el mismo barrio se preguntan qué ha pasado con la intervención cultural y educativo que eran tan fuertes en otra administración y que en la actual parece que pasan de agache, para la muestra el desmantelamiento de la unidad de víctimas municipal que tenía un trabajo fuerte con las víctimas de la comuna 13, hoy amordazas por el temor que les da, incluso, ir a denunciar amenazas al CAI más cercano.