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“El decreto de Duque de dosis mínima es inconstitucional": experto

El presidente anunció que a partir de la próxima semana firmará las medidas para que la Policía pueda decomisar cualquier dosis de droga. SEMANA conversó con el sociólogo, activista y experto en políticas de drogas Julián Quintero, sobre las implicaciones del anuncio.

2 de septiembre de 2018

Este fin de semana, el presidente Iván Duque anunció que materializará una de sus propuestas de campaña más controversiales. En los próximos días firmará un decreto con el que facultará a la Policía Nacional para decomisar cualquier dosis de droga que porten los ciudadanos en las calles. "En el desarrollo del Código de Policía y a través del Acto Legislativo 02 del 2009 estamos dándole las herramientas a la Policía Nacional para confiscar cualquier dosis de droga y alucinógenos en las calles de Colombia y así afrontar de raíz los problemas de microtráfico", afirmó.

Desde que en 1994 la Corte Constitucional despenalizó la dosis mínima de droga, Álvaro Uribe y el Centro Democrático han sido sus principales opositores. Con la llegada de Duque a la presidencia, varios ministerios han anunciado entre sus planes de trabajo medidas estrictas contra el consumo. La ministra de Justicia, Gloria María Borrero, aseguró en entrevista con SEMANA, que esta medida también implicaría que la droga será incautada a todos aquellos que no porten en el bolsillo una certificación médica que acredite la adicción. También manifestó su apoyo a la iniciativa del fiscal de ponerle topes a la dosis de aprovisionamiento que cursa en el Congreso y que recrudece las penas contra el narcomenudeo en el país.

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En este contexto y en medio del V Taller Construyendo País, que tuvo lugar en Socorro, Santander, el presidente hizo oficial el anuncio. SEMANA conversó con el sociólogo, activista y experto en políticas de drogas Julián Quintero, sobre las implicaciones de la medida.  

SEMANA: El presidente Duque anunció que la próxima semana firmará un decreto que permitirá a los policías decomisar la dosis mínima a los consumidores. ¿qué opina de esta medida?

Julián Quintero: Cualquier medida que se tome sobre el tema de las drogas y apunte a la penalización o a la restricción, es un retroceso. El mundo hoy está avanzando hacia flexibilizar las políticas de drogas para poder controlar los mercado. Al aprobar un decreto como el que propone Duque lo único que logramos es parecernos más a países como Filipinas o China donde hay pena de muerte para las personas que consumen drogas. En cambio, dejamos de parecernos a países como Canadá, México, Uruguay, o los europeos que protegen más los derechos de las personas.

SEMANA: Para usted ¿Cuáles son los puntos de quiebre de esta propuesta?

J.Q.: Lo primero es que Colombia ha venido avanzando de manera significativa en estos temas y sería un retroceso si tiene éxito. Lo segundo es que un decreto no deja de ser una medida transitoria y poco duradera, en cualquier momento puede cambiar. No es una ley, no es una reforma constitucional y creo que en fondo se trata de lo que conocemos como el ‘populismo punitivo’, una promesa de campaña. Tercero, está demostrado que darle poder a la Policía aumenta la corrupción y aumenta la violación a los derechos de los ciudadanos. 

SEMANA: ¿Cree que la corte o el Consejo Nacional de Estupefacientes van a respaldar esta propuesta?

J.Q.: Al decreto le van a llover muchas demandas porque va en contra de la Constitución donde está permitido el porte y consumo de la dosis mínima. Es muy fácil decir en campaña que si meter a la gente a la cárcel va a resolver las cosas, pero en realidad la solución no va por ahí.

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SEMANA: El presidente, sin embargo, parece estar decidido a firmar el decreto para combatir el microtráfico…

J.Q.: Sí, lo que intentan hacer es juntar dos o tres argumentos muy débiles. Hay un Acto Legislativo 2 del 2009 que prohíbe el porte y consumo de drogas. Es una reforma constitucional, pero no lo penaliza. Van a agarrarse de eso y juntarlo con el apartado del Código de Policía que dice que no se puede consumir drogas en lugares públicos. Pero eso no es algo que pueda responder de manera adecuada a lo que resguarda la Constitución. Por otra parte, nos están metiendo el cuento de que es para "cuidar a los niños", sin embargo, está comprobado que ninguna medida de la Policía puede evitar que las drogas lleguen a un salón de clase. La única manera de alejar la droga de los colegios es a través de la decisión informada, fortalecer el carácter del niño para que sepa que no debe consumirlas.

SEMANA: Desde su perspectiva, ¿cuál sería la solución más viable para la problemática del microtráfico y las drogas en el país?

J.Q.: Lo que está dando resultado en el mundo es la regulación de los mercados de drogas.  El prohibicionismo, la persecución y el castigo no funcionan desde hace 30 años en Colombia, y al menos 50 en Estados Unidos. ¿Qué es lo que hemos visto en los últimos 15 años? Que la población carcelaria creció un 200 por ciento por delitos de drogas y sin embargo, el consumo de hay sustancias en Colombia también lo hizo casi un 200 por ciento. Las cifras dejan claro que meter gente a la cárcel no reduce el consumo. No funciona.

SEMANA:  ¿Qué tantos resultados ha mostrado la regulación de los mercados de drogas en otros países?

J.Q.: Portugal despenalizó el consumo de drogas hace 15 años y logró reducir la tasa de consumidores de heroína en casi un 75 por ciento. Lo que sucede es que cuando los Estados se apropian del mercado  y lo regulan a través de medidas muy estrictas,  no solamente se reduce la violencia sino que también la población carcelaria. Además, según hemos visto, no muestra aumentos considerables en el consumo. Al darle licencia a unas personas para que las vendan se evita que los narcotraficantes tengan las drogas en sus manos y puedan llegar a los colegios. De esta manera, descienden los precios, la intermediación y la droga deja de ser un negocio atractivo. Pero nada de esto es efectivo si no se invierte en el tema de educación y prevención. Estas tres medidas están mostrando grandes resultados en el mundo, sobretodo sobre lo que el gobierno de Duque quiere. Yo invitaría al Congreso a tener un debate abierto sobre esto. 

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SEMANA: ¿A quién afectaría principalmente la medida?

J.Q.: El Ministerio de Salud, de Justicia y varios organizaciones internacionales han definido una categoría de consumidores, además de los adictos, que son los recreativos no problemáticos. Esas personas reperesentan el 90 por ciento de quienes consumen. Es decir, no tienen problemas graves derivados del consumo ni son dependientes. La medida estaría afectándolos principalmente a ellos, pues si atamos lo que dice Duque con lo que proponen la ministra de Justicia y el fiscal, estaríamos reduciendo el debate a algo muy mínimo: decir que sólo quienes tengan una fórmula médica pueden cargar droga en bolsillo y que quienes la porten sin ella son automáticamente delincuentes. Es volver otra vez al pasado. Asumir que quien consume drogas es un enfermo y quien tiene drogas y no consume, es un delincuente.  Ahí es donde la cosa se pone complicada.

SEMANA: ¿Expedir fórmulas que certifiquen que una persona es adicta, no podría llegar a considerarse discriminatorio?

J.Q.: La ministra de Justicia dijo en una entrevista que las personas que tengan droga en el bolsillo y que sean enfermas deben llevar una fórmula médica o una certificación que diga que son enfermas. Eso es discriminatorio y estigmatizante. Además entra en una tendencia hacia la restricción de las libertades. Nos lleva una vez más a las listas negras de señalamiento. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, una lista de consumidores cae en manos de grupos que van en contra de los derechos de las personas, como los Manos Negras, o grupos de limpieza social? Creo que eso es anticonstitucional y más o menos, es lo que está proponiendo la ministra.

 SEMANA: ¿Cree que el sistema de salud estaría preparado para esto?

 J.Q.: No, el sistema de salud colombiano no está preparado para diferenciar entre un consumidor recreativo y un consumidor problemático. Conozco experiencias de amigos y conocidos que han ido a donde un doctor a consultar cómo pueden cuidar su salud, si por ejemplo, son consumidores recreativos de éxtasis o metamentafina. Sin embargo, la primera reacción de cualquier médico es remitir inmediatamente a psiquiatría por consumo de drogas. Allí empieza un tránsito hacia la psiquiatra y finalmente en un tratamiento  donde conocen a un montón de drogadictos fuertes que les enseñan más de drogas. Por esto creo que el sistema de salud colombiano no está preparado para poder atender de manera acetada a los consumidores recreativos no problemáticos. 

SEMANA: ¿Quiere decir que esta persecusión puede terminar siendo peor para el consumidor?

J.Q.: El consumidor recreativo puede entrar en un problema de reconocimiento psicológico erroneo de su patología, es decir, va a creer que porque un profesional le dijo que es enfermo, en realidad lo es. Va a empezar a construir un autorreconocimiento que posiblemente no sea el adecuado, sólo porque un médico que no está entrenado para saber su tipo de consumo, le dijo que está enfermo.