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| Foto: Archivo SEMANA

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La otra información que el hacker le dio a la Policía

Andrés Sepúlveda le dijo a los investigadores que en el 2013 infiltró el paro agrario para vender esa información al mejor postor.

21 de mayo de 2014

Hacker y Andrés Sepúlveda son de las palabras más sonadas en el país desde inicios de mayo, en una campaña electoral que al principio fue tildada de aburrida, pero que de un momento a otro se volvió agitada, sucia y hasta desconcertante. 


Sepúlveda ha sido asociado con interceptaciones ilegales, seguridad informática, venta de información y asesorías para campañas presidenciales. No solo ha permeado sistemas informáticos o correos de jefes de las FARC, sino que ahora se conoce otra presunta actividad ilegal de este hombre que a la postre le sirvió a la Policía.

Como se conoció hace pocos días, el hacker tuvo un fugaz paso por la Policía de Bogotá, a la que llegó gracias a un alto funcionario. Sepúlveda intentó ofrecer una supuesta aplicación  informática en beneficio de la seguridad ciudadana.

En los extensos interrogatorios rendidos ante la Fiscalía, ha dicho que buscaba información en distantes centrales de inteligencia, dentro de las que se destaca Andrómeda, con el único objetivo de mejorarla y venderla por un mayor precio. 

Semana.com conoció otro detalle comentado por este misterioso hombre a la fiscal 56 delegada ante el CTI. En él, asegura tajantemente que “el año pasado infiltró las protestas y movilizaciones campesinas con motivo del paro agrario con el objetivo de saber en qué lugares del país se realizarían los encuentros de los campesinos”.

En el relato Sepúlveda asegura que la información recolectada era entregada a la Sijin y a la Sipol, para que tuvieran una reacción inmediata ante los desordenes de orden público. Dentro de la declaración, indica que la información fue entregada con el objetivo de contrarrestar los desmanes provocados por algunos universitarios en la plaza de Bolívar en Bogotá así como en los departamentos de Cundinamarca, Huila, Boyacá, Cauca y Risaralda, en donde se agudizaban las protestas de los campesinos y se presentaban mayores disturbios.

El hacker dice que “mediante fuentes abiertas, logré información de líderes universitarios de entidades públicas que apoyaban la protesta, entre las cuales están la Universidad Nacional y la Pedagógica, con el propósito de anticipar los movimientos de los estudiantes y los sitios por donde se desplazarían para apoyar la protesta campesina, en especial con uno de sus líderes, César Pachón, quien dirigía los caminos de las movilizaciones”. 

Sepúlveda ideó una estrategia de fuentes abiertas en la que se creaban perfiles en Facebook y otras redes sociales, con los que llegó a contactarse con verdaderos ideólogos y líderes estudiantiles de la Universidad Nacional, con el propósito de saber su intención con el paro y si su tendencia ideológica era cercana a las FARC. Se infiltró a tal punto que logró saber cómo preparaban los explosivos que eran lanzados a la fuerza pública cuando había enfrentamientos.

Al ser preguntado por sus motivaciones hacia este tipo de actividades, respondió que era “por la afinidad que tengo con las fuerzas militares y porque me apasionaba el tema de inteligencia, y sabía que infiltrando las marchas podría colaborar con la fuerza pública para que reaccionaran oportunamente ante las protestas”.

Con todo lo que ha pasado en esta historia de espionaje e infiltraciones, fuentes de la Fiscalía manifestaron que en los próximos días Lina Luna, esposa del hacker, será llamada a entrevista. Igual suerte tendrán varios de los integrantes del equipo con los que trabajó para la campaña de Óscar Iván Zuluaga.