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El periodista Hassan Nassar asumió como nuevo consejero de comunicaciones del Gobierno. Asegura que hoy es más moderado que antes y que trabajará en un mensaje más articulado, con énfasis en la pedagogía. | Foto: LEÓN DARÍO PELÁEZ

POLITICA

“No vinimos a hacer cambios de imagen, sino a comunicar mejor”: Nassar

El periodista Hassan Nassar asumió como nuevo consejero de comunicaciones del Gobierno. Asegura que hoy es más moderado que antes y que trabajará en un mensaje más articulado, con énfasis en la pedagogía.

11 de enero de 2020

SEMANA: ¿Por qué decidió asumir un rol como funcionario público y dirigir las comunicaciones del presidente Iván Duque?

Hassan Nassar: Es una oportunidad maravillosa de trabajar, ayudándole a un Gobierno con el cual me identifico. Creo muchísimo en las banderas del presidente. Él quiere trabajar por Colombia, buscando equidad y justicia social. Es un hombre de mi generación al que le tengo admiración y respeto y, desde el punto de vista de comunicaciones, hay una tormenta y una coyuntura difícil.

SEMANA: Desde que se anunció su llegada al Gobierno, le han recordado varios trinos controversiales. En uno de ellos incluso usted cuestionaba el cargo que hoy desempeña…

H.N.: Esas declaraciones de hace años me las quieren trasladar al 2020. Esas opiniones tienen una fecha y un momento. Hice críticas frente a esta oficina de comunicaciones y le voy a explicar por qué. Cuando era periodista y trabajaba en Cablenoticias, llamaban al canal a pedirle a los dueños que yo le bajara el tono a mi programa de opinión. Mis críticas siempre fueron con sustento, no fueron personales.

SEMANA: ¿Se arrepiente de algunos trinos?

H.N.: Tengo más de 50.000 y no he borrado ninguno. Uno escribe sobre lo que está pensando en el momento. Me señalan por decir algo en 2013 y afirmar otra cosa en 2020. Claramente he cambiado de opinión en mi vida muchísimas veces. No he cambiado de principios, pero mi opinión sí después de conocer a una persona, leer un libro, entender una dinámica, participar en un foro... Entonces, claro que me he arrepentido de trinos que he puesto, porque a veces he sido injusto. Las redes sociales son emocionales. Yo antes peleaba más, hoy soy más moderado, para mí ha sido un proceso de aprendizaje.

SEMANA: Seguramente el ejercicio del nuevo cargo le podrá mostrar que es mucho más fácil criticar que gobernar…

H.N.: Una cosa es estar en el sector privado y otra entrar a lo público. Esto es una experiencia nueva y es enriquecedora. Una de las razones por las cuales he decidido dar el salto es precisamente para entender la dinámica desde la otra orilla. Y, por supuesto, es más fácil criticar que hacer, eso lo tengo presente.

"Uno escribe sobre lo que está pensando en el momento. Me señalan por decir algo en 2013 y afirmar otra cosa en 2020".

SEMANA: Su nombramiento ha sido aplaudido por el Centro Democrático, pero también ha sido cuestionado por un sector de la opinión pública. ¿Qué piensa?

H.N.: Siempre he estado en la lupa de la opinión, porque he tocado temas sensibles de la vida nacional. He tenido un estilo de ver el mundo y hago preguntas que algunos consideran irreverentes. Pero el problema ahora es ver cómo logramos conectarnos con un sector del país que no está entendiendo el mensaje del Gobierno. De pronto no estamos siendo efectivos en la manera de hacer pedagogía.

SEMANA: Incluso ha habido críticas por su título de pregrado en Estados Unidos, al que Noticias Uno calificó de hecho como un título de nivel medio.

H.N.: Ahí hay una mala intención. Yo no puedo entrar a defender una universidad de Estados Unidos como el Emerson College, en Boston, que tiene un prestigio enorme, y donde estudié cuatro años. Allí escogí la comunicación política, ahí está el grado, el título, las notas, todo. Se lo digo honestamente: si yo fuera el director del medio que publicó esa nota, le diría al periodista que es muy mediocre haciendo su trabajo. Y si yo fuera el director del medio que permite publicar una nota con ese contenido, me sentiría todavía más mediocre. A mí no me nombran por un cartón, sino por tener una experiencia amplia en medios de comunicación, produciendo contenidos.

SEMANA: Hoy el país está sumido en una evidente polarización. Desde las comunicaciones del Gobierno, ¿cómo va a trabajar para que se logren consensos?

H.N.: En la estrategia debemos tener la capacidad de escuchar y estamos escuchando. Los grandes objetivos de la comunicación son pedagogía, cultivar el mensaje y mostrar resultados. Incluyen, por supuesto, un mensaje unificado, articulado, con una narrativa propia y en las regiones. La idea es que nosotros podamos decirle a la gente, de forma permanente, cuál ha sido la ejecución de las políticas públicas y cuáles han sido sus resultados. Los problemas del país tienen que mostrarse en su contexto. Este Gobierno está en la responsabilidad de conectarse y mostrar resultados.

"Si yo fuera el director del medio que publicó esa nota, le diría al periodista que es muy mediocre haciendo su trabajo".

SEMANA: Al presidente Duque no lo favorecen las encuestas, sus niveles de aprobación están bajos. En el diagnóstico, ¿a qué atribuye esto?

H.N.: El país está viviendo un fenómeno que es global, que tiene que ver con el malestar social. Mire el caso de Chile o Francia. Para mí las encuestas son una foto, una radiografía. Hay que mirar, hay que analizar, hay que entender, pero la agenda del Gobierno y la hoja de ruta no se dictaminan al vaivén de las encuestas. Tenemos que comunicar mejor para que esas encuestas reflejen la gestión del Gobierno. El presidente Duque no va a tomar decisiones basado en lo que está marcando una encuesta, porque eso no tiene sentido.

SEMANA: ¿Cuál va a ser su estrategia entonces para que el presidente mejore la conexión con los ciudadanos?

H.N.: Pues contarle la receta va a ser muy difícil, pero le puedo dar unos pilares fundamentales. Es importante tener un mensaje unificado en el Gobierno, que sea divulgado en las distintas plataformas, no solamente en los medios tradicionales, sino también en lo digital. Hay que hacer mucha más pedagogía y explicar lo que se está haciendo. Duque es un gran comunicador, un comunicador nato. Él no necesita un manejo de imagen, es un colombiano íntegro, capaz, con liderazgo, inteligente. Aquí no vinimos a hacer cambios de imagen, a lo que vinimos es a comunicar mejor.

SEMANA: Usted fue un crítico de la mermelada. ¿Hay mermelada en el actual Gobierno?

H.N.: Si hubiera, algunos estarían diciendo que al Gobierno le estaría yendo muy bien porque ya habría entregado ministerios y un montón de entidades públicas. Seguramente no se hubiera generado un ahorro de más de 3 billones de pesos en el funcionamiento de las entidades del Estado. Seguramente se hubiera derramado un montón de contratos para que un montón de generadores de opinión y organizaciones no gubernamentales estuvieran alabando al Gobierno. Vamos a sacar adelante proyectos en medio de un debate sano, con acuerdos que sean beneficiosos para el país. Aquí no estamos haciendo transacciones. La mermelada es muy distinta a la gobernabilidad y todos los gobiernos del mundo saben que hay que buscarla, pero basada en hechos que beneficien al país y no por hacer transacciones de poder.

SEMANA: ¿El expresidente y senador Álvaro Uribe le hace bien o mal al Gobierno Duque?

H.N.: Uribe es una figura emblemática. Es un jugador político al que el presidente Duque le tiene aprecio, reconocimiento, cariño y agradecimiento. Y eso es más importante que cualquier cosa en la vida.

SEMANA: Dicen que al presidente le faltan defensores en los debates. ¿Es así?

H.N.: Todos los gobiernos deben tener una artillería sólida, argumentativa, y eso no incluye simplemente a quienes están en el Gobierno. Eso incluye a todos los validadores que pueden estar en los sectores de opinión, en la academia, en los tanques de pensamiento, a los ciudadanos, a los partidos, al Congreso. Hay que defender un modelo de país, unos principios, unas ideas que trascienden el mandato de turno. Y, claramente, en la estrategia de comunicaciones tienen que haber varios actores involucrados, que no siempre son quienes están en el gobierno.

SEMANA: Ahora que usted dice que es un hombre más moderado, ¿sigue teniendo la misma mirada crítica del expresidente Juan Manuel Santos?

H.N.: No tengo nada en contra de Santos como persona, ni en contra de sus hijos ni de su esposa. Hice cuestionamientos a su Gobierno, pero le reconozco cosas muy buenas que hizo. Se la jugó por unas banderas y las sacó adelante.

SEMANA: ¿Va a ser más prudente en Twitter?

H.N.: Sí, mi cuenta ya está en modo institucional. Se volvió supremamente aburrida, prácticamente no trino. Ahora tengo que asumir una responsabilidad en la que mis opiniones personales quedan a un lado. Cuando salga del sector público, mi cuenta volverá a tener opiniones personales.