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"Una democracia fuerte no siente pánico con la protesta social sino la capitaliza para la búsqueda de consensos". | Foto: SEMANA

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"Este 21N no es el día cero para incendiar a Colombia": procurador Carrillo

El procurador general habló con Semana sobre el paro que se realizará este jueves. Hace un llamado a la calma y advierte que esta es una oportunidad para crear una gran mesa de diálogo social que lleve al país a un amplio consenso político.

20 de noviembre de 2019

¿Usted como el representante de la sociedad, cómo analiza el paro convocado para este jueves? A diferencia de otros, este trae consigo mucha tensión y miedo. 

La verdad sí hay mucha tensión y por eso es muy importante llamar a la tranquilidad. He dicho que el paro convocado por diversos actores sociales y políticos, debe ser mirado como una oportunidad para, de una vez por todas, crear una gran mesa de diálogo social que nos lleve a un amplio consenso político. Una democracia fuerte no siente pánico con la protesta social sino la capitaliza para la búsqueda de consensos. 

En un país tan polarizado, hablar de consenso es una especie de disparo al aire, pues, por donde uno se mete, hay disputas y diferencias y no se ve ánimo de diálogo. 

Yo sí creo en el diálogo constructivo y estoy convencido que hay que insistir en esa posibilidad. No hay manera de salir de las disputas si no es a través de este mecanismo. Se demostró con el proceso de paz donde después de 50 años de guerra, se pudo terminar con el conflicto. Lo voy a decir claramente: Esta es una oportunidad para que el país se sacuda de los extremismos. El paro no pueda ser mirado como un día para medirle la capacidad de respuesta al Estado por la vía de la violencia, sino como un día para fortalecer la democracia por el camino del diálogo. 

¿Algún mensaje para quienes ven en este paro una oportunidad para ejercer la violencia? Hay mucho miedo por antecedentes en la región por cuenta de protestas que han terminado en saqueos, muertes, heridos, daños a bienes, entre otros. 

Repito que, como Procurador, debo hacer un llamado a la mesura pues este 21N no es el día cero para incendiar a Colombia. El llamado más urgente es a rechazar la violencia, pues quien la use o esté armado no puede reclamar el derecho a ser escuchado. Colombia no puede mirarse en el espejo de Chile porque la Constituyente que van a convocar allá la hicimos aquí hace 28 años. 

Usted ha mencionado en columnas de opinión una frase que llama poderosamente la atención “no puede haber una fatal emboscada a la democracia”. ¿A qué se refiere? 

Sí. Lo que he dicho es que quienes solo tengan ánimo de diálogo pacífico son los que pueden tener asiento en un gran pacto social del Estado que nos vacune contra la epidemia de inestabilidad que se vive en la región. El gran mensaje que quiere enviar la Procuraduría es que esta debe ser una protesta para exigir respuestas sociales sin violencia y no una vil emboscada a la democracia. El rechazo absoluto a la violencia como mecanismo de acción política o social es la premisa.

 Usted participó de aquella gesta de 1991 donde confluyeron todas las fuerzas políticas y sociales y construyeron una nueva Constitución con el diálogo de por medio. Se debe hacer eso ahora. 

Creo que no es momento de hablar de constituyentes. Lo he repetido en todo este tiempo porque, en 1991 hubo un amplio consenso forjado por representantes de un país pluricultural y multiétnico que había decidido el cambio pacífico. Tengo claro que, 3 décadas después de esa gesta democrática es muy urgente un nuevo pacto social y político, pero que nada tiene que ver con constituyentes. He insistido que no se trata de un acuerdo de élites, sino uno que interprete las nuevas realidades de una Colombia muy diferente a la del 91. Pero hay que desarrollar y cumplir con la Constitución de 1991 que es el manual que ya tiene las respuestas. 

¿La Procuraduría está lista para ser el gran mediador de un pacto social? 

Durante este año, la Procuraduría ha promovido el diálogo social en todo el país. Hemos logrado sentar en una misma mesa a todos los actores de la vida pública nacional en el Valle, en Antioquia y en Boyacá: empresarios, campesinos, indígenas, líderes sociales, representantes del gobierno, desmovilizados, entre muchos otros, para tratar los temas comunes y resolver las diferencias y ante todo, buscar soluciones. La experiencia ha sido increíble. El próximo encuentro será el próximo 9 de diciembre en Cartagena añadiendo a los directores de los partidos políticos y luego de ello estaremos presentando las conclusiones de ese gran diálogo social, que le apunta esencialmente a erradicar la violencia de la vida política de Colombia. Esa patología hay que extirparla de la historia de Colombia.

¿Cuál es su mensaje final en estas últimas horas antes del gran paro nacional?

 Lo reafirmo: el derecho a la protesta es absoluto, pero respetando al otro. Insisto en que, luego de esto, hay que tener claro el escenario del postparo, porque debe haber un diálogo de gran calado que se convierta en el elemento que genere confianza absoluta entre la clase dirigente y las organizaciones sociales, entiéndase, estudiantes, sindicatos, líderes, campesinos, indígenas y muchos otros, para que se puedan resolver los problemas que aquejan a estos sectores. La Procuraduría siempre está lista para servir de mediador en representación de la sociedad para, llegado el caso como todos anhelamos, haya ese gran acuerdo nacional. 

Lo nuestro es construir puentes entre bandos opuestos que tienen que sentarse en la misma mesa con un mismo mensaje a las nuevas generaciones de colombianos, hastiados del maniqueísmo y la polarización, que siguen erosionando nuestra institucionalidad.