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| Foto: Daniel Reina

JUDICIAL

“En Estraval, para evitar el juego de las pirámides, quisieron darles la vuelta a las normas”

La Fiscalía adelanta la audiencia de imputación de cargos en contra de los directivos de esa firma, señalados de estafar a 4.500 personas a través de las libranzas. Los directivos se declararon inocentes.

24 de enero de 2017

Para los clientes de Estraval, lo que comenzó como una inversión terminó en una gran estafa. Así lo considera la Fiscalía pues luego de una investigación de seis meses pudo determinar que las directivas de esa firma habrían engañado a aproximadamente 4.500 personas a través de las libranzas.

La presunta defraudación, según las pesquisas, alcanzaron 600.000 millones de pesos. Por eso a esta hora, en el complejo judicial de Paloquemao, la Fiscalía les imputa a siete personas los delitos de concierto para delinquir, falsedad en documento privado, estafa agravada, captación masiva y habitual, no reintegro de dinero, enriquecimiento ilícito y lavado de activos. Los directivos se declararon inocentes.

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Ellos son la cúpula directiva de la empresa. Se trata de los fundadores, Juan Carlos Bastidas y César Fernando Mondragón. También Rosalba Fonseca, representante legal de Estraval; Jorge Iván Castiblanco; Pedro Carvajal, representante legal de Tecfinsa; Fernando Joya, gerente operativo de Estraval, y Ángela Marina Daza, gerente comercial y financiera.

Jorge Iván Castiblanco. Foto: Daniel Reina Romero / SEMANA

¿De qué trató la supuesta defraudación?

Según la Fiscalía, estas personas habrían creado un método de captación de dinero a través de la venta de libranzas, que es una modalidad utilizada para otorgar crédito a empleados y pensionados, que pueden acceden fácilmente a préstamos en el mercado tradicional.

En el crédito de libranza el recaudo de las cuotas es garantizado porque el deudor autoriza a su empleador (o pagador) a descontarle cada mes, de su sueldo, una suma determinada. Y a su turno, este último se compromete a entregarle el dinero al originador del crédito, es decir, las cooperativas o bancos.

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El problema surgió cuando intermediarios como Estraval negociaron, luego en el mercado secundario, como títulos valores, los pagarés que respaldaban los préstamos.

Las investigaciones de la Superintendencia de Sociedades y de la Fiscalía revelaron graves irregularidades cometidas con los pagarés que vendió Estraval a inversionistas que deseaban obtener a cambio rendimientos que iban muy por encima de los que ofrecen los productos financieros tradicionales, pero esto no ocurrió.

Por ejemplo, a través de la modalidad de “gemeleo” les vendían a diferentes inversionistas el mismo pagaré. Hubo incluso casos de pagarés que se vendieron tres y cuatro veces. Es decir, los inversionistas que adquirieron esos títulos no tenían un flujo de dinero real.

“Vendieron varias veces una libranza y no tenían flujo para cubrir inversión. Desde antes de la venta, Estraval sabía que esa libranza no tenía flujo”, aseguró el fiscal. Y manifestó que por esta razón se “realizaron conductas propias de la captación” en esa empresa.

“Vendían un bien que ya estaba vendido, es decir que los clientes no estaban comprando nada”, explicó el representante del ente investigador.

“En Estraval, para evitar el juego de las pirámides, quisieron darles la vuelta a las normas”, dijo el fiscal del caso, Pedro David Berdugo, durante la imputación de cargos.

Pero eso no es todo. Según expuso el fiscal del caso en la audiencia de imputación de cargos, Estraval “nunca desembolsaba créditos a personas que pagaban pagarés libranza”.

Ha trascendido que la Fiscalía pedirá medida de aseguramiento contra algunos de los implicados.