PORTADA
“Gustavo Petro está asustado”: Rodolfo Hernández le responde a su rival y ataca a sus alfiles
Rodolfo Hernández es el fenómeno político del momento en Colombia. Le responde a Gustavo Petro, revela lo que hará si es presidente, habla de su carácter y arremete contra “politiqueros y corruptos”.
VICKY DÁVILA: Candidato Rodolfo Hernández, bienvenido a SEMANA.
RODOLFO HERNÁNDEZ: Muchísimas gracias. Estoy listo para que me acribille con lo que quiera preguntarme.
V.D.: ¿Cómo logró llegar a la segunda vuelta, a disputarse la presidencia con Gustavo Petro?
R.H.: Mire, Vicky, lo único que hemos hecho es decir la verdad. Nunca decirle mentiras a la ciudadanía. Eso de manipular a la gente, a través de la compraventa de votos, es fatal. A veces parece que estamos fuera de foco, pero, cuando se consolidan los sentimientos de los colombianos, terminamos ganando y hoy estamos a un pasito de ganar. Les quiero decir que no los voy a defraudar. ¿A quién le van a entregar la chequera de Colombia? ¿A Gustavo Petro, Roy Barreras y a los otros socios o a Rodolfo Hernández? Creo que la gente, cuando esté frente al tarjetón, va a tomar la mejor decisión. Me comprometo a no traicionar a los electores, a no robar, no mentir y cero impunidad. Esa es la clave.
Tendencias
V.D.: Cuando vio el resultado de la primera vuelta, en la que obtuvo casi 6 millones de votos, ¿qué se le vino al corazón y a la cabeza?
R.H.: Casi me desplomo.
V.D.: ¿De verdad?
R.H.: Era imposible eso para una persona sin estructura politiquera, sin parlamentarios, sin comprar votos, sin decir mentiras, sin hacer nada diferente a una convocatoria pública en la que nos comprometimos a reivindicar a los más pobres. Si los pobres están bien, quiero que sepan los colombianos que los que están menos pobres van a estar mejor. La verdad, quedé asombrado. ¿6 millones de votos sin un parlamentario? Quiere decir que eso no se necesita. Se requiere sinceridad, inclusión en la propuesta, y hablarles a la cara y a los ojos a los colombianos.
V.D.: ¿Celebró esa noche?
R.H.: Bueno, estaba en la finca, en pantaloneta.
V.D.: Sí, lo vimos.
R.H.: No le paro bolas a esos protocolos de los politiqueros de aparentar lo que no son. Estaba allá con mis amigos, los que siempre van. Ese día no había nadie diferente a los que hace más de 30 años van todos los domingos como invitados permanentes. Cuando vimos eso, pues yo mismo quedé sorprendido. Me acosté a dormir.
V.D.: Cómo va a ser… ¿Y a qué hora se acostó ese día?
R.H.: (Risas). Después de almuerzo. Y les dije: levántenme por allá a las 4:30 p. m. a ver qué pasa con los resultados electorales.
V.D.: (Risas).
R.H.: Y hay una cosa, Vicky, que le quiero compartir, y a todos los colombianos. Siempre creí en la Registraduría. Eso de que hacen trampa es paja. Los que dicen eso, simplemente, están abonando un terreno por si pierden para formar un lío de reclamaciones injustas. No creo en eso.
V.D.: Petro y el Pacto Histórico han hablado en estos días de un posible fraude. ¿Cree que le robaron votos a él?
R.H.: Pura paja. Es una manera de justificar su propia incompetencia. He hablado con Gustavo, es una persona bien intencionada, quiere a Colombia, pero no puede creer en Armando Benedetti, que lo manipula, y en Roy Barreras y Piedad Córdoba, para engañar a la gente. Eso le queda mal a Gustavo. Él tiene tanta capacidad intelectual y de conocimiento que no necesita hacer eso. Y, mire, lo tengo aquí, respirándole en la nuca, sin hacer eso, sin contratistas, sin comprar votos, sin politiqueros a la pata mía, sin venderle el alma al diablo. Estamos a un paso de representar a los colombianos en la presidencia. No he gastado nada de plata, solo 3.300 millones de pesos, le voy a ahorrar al país 24.000 millones de pesos de lo que podría gastar. Acá están todos los colombianos.
V.D.: Usted se convirtió en el fenómeno político de estas elecciones. ¿Lo siente así?
R.H.: Bueno, eso lo dicen ustedes (risas) y todos los críticos de la política, los que no creían.
V.D.: Con casi 6 millones de votos, ¿se siente el mismo de siempre?
R.H.: Soy el mismo, vengo aquí todos los días, con la misma gente, los mismos trabajadores, voy a la obra, no puedo cambiar. Sigo siendo el mismo. Si gano, tengo que ser el presidente que vive a su justa medida.
V.D.: Si gana las elecciones, ¿Petro no va a reconocer los resultados?
R.H.: Vamos a ganar, voy a sacar 15 millones de votos. Entonces, ¿cuál reclamo van a hacer? Los colombianos estamos recontramamados de que nos digan mentiras, nos manipulen, nos compren los votos, de que se traicionen los intereses de la gente. Y, ante ese cansancio, la respuesta es votar con las emociones que podamos generar con nuestra propuesta de no robar, no mentir, no traicionar y cero impunidad. Creo que a Gustavo le toca que aspire para la próxima si es que se le quiere medir a una cuarta candidatura.
V.D.: ¿Está seguro de que le va a ganar a Petro?
R.H.: Creo que sí.
V.D.: ¿Pero por qué está tan seguro?
R.H.: Porque lo siento en la gente, cuando salgo a la calle.
V.D.: ¿Qué le dicen?
R.H.: Hay una esperanza, una ilusión que no se había sentido nunca. Es esa emoción que se siente al quitarles la chequera a todos estos ladrones politiqueros que compran votos y que traicionan los intereses de los ciudadanos. Eso se va a acabar. Aquí, en Bucaramanga, imagínese, tengo 800.000 votos, sin comprar ni un voto.
V.D.: ¿La ‘Rodolfoneta’ tiene gasolina todavía?
R.H.: Pues creo que sí. La ‘Rodolfoneta’ necesita es dinámica, fuerza propia de cada uno de sus propietarios. Utilizar lo que se llama la física…
V.D.: O sea que no es de gasolina, es de energía limpia…
R.H.: Es de energía limpia. Voy a dejar de ser humilde por un momento. Hasta The New York Times, The Financial Times, Le Monde, de París, me pusieron en primera página. ¿Sabe una cosa? El dólar también cayó por mi triunfo. O sea, les voy a ahorrar 175.000 millones de dólares, bajando casi 200 pesos por dólar. Pues eso, más o menos, son 3,5 billones de pesos que les voy a ahorrar a los colombianos con la seguridad que tiene el mercado de capitales de que conmigo las cosas son competitivas. No vamos a ponernos a perseguir ricos, nos vamos a poner a destruir la pobreza. Eso es lo que vamos a hacer: no es acabar con los ricos, es acabar con la pobreza.
V.D.: Usted había tenido una buena relación con Petro. Se notaba una cierta simpatía, pero estos días él lo ha atacado. ¿Qué pasó?
R.H.: Está nervioso.
V.D.: ¿Petro, nervioso?
R.H.: Está nervioso, asustado, totalmente desilusionado. Va a apelar a lo más bajo del ser humano para tratar de argumentar que voten por él. Entre más me ataque con cosas que no existen, más pierde electores. Eso es inversamente proporcional a lo que él cree que le va a pasar. Ahí están los resultados. Le estoy respirando en la nuca. Eso no es problema mío. No tengo la culpa de que me crean a mí y no a él.
V.D.: Petro dijo, por ejemplo, que usted era un millonario corrupto. ¿Le dio rabia?
R.H.: Me dio fue risa (risas).
V.D.: ¿Por qué?
R.H.: Imagínese… Presto más barato que los bancos. El capital me lo ha dado el trabajo de 52 años. ¿Para qué me pongo a prestar al 1 por ciento mes vencido cuando puedo prestar al 0,75 por ciento? Que él diga que soy un atracador, un ladrón y que me aprovecho, eso me resbala. Lo importante es lo que piensen los colombianos, esos ciudadanos me apoyan y desprecian las opiniones, totalmente infundadas, de Gustavo. Creo que no es él, son esas joyitas atracadoras que tiene, como Benedetti y Roy, que le dicen: “Atáquelo aquí, atáquelo allá”. Los hechos son contundentes y esa contundencia se está consolidando a favor mío. Entre más me ataquen, más votos saco.
V.D.: Petro también ha dicho que usted es uribista. ¿Rodolfo Hernández es uribista?
R.H.: Es que el uribismo se murió el domingo, tocó enterrarlo boca abajo y bien hondo para que, si patalea, se profundice más. Ya se murió, Colombia dijo que hay un cambio. Esa representación del cambio es Gustavo Petro y Rodolfo Hernández.
V.D.: ¿Quiere que los uribistas voten por usted o no?
R.H.: Quiero que voten todos los colombianos que quieran. Si estoy consiguiendo votos, ¿cómo voy a pretender que fulanos o sutanos no voten por mí? Lo que pasa es que a los que voten por mí no les negocio el voto. No les cambio el voto por embajadas, contratos o burocracia. Cero. Desafortunadamente, Gustavo está recogiendo a toda la basura de la politiquería que él cree que tiene votos, a cambio de prometerles cosas, y se equivoca de pe a pa.
V.D.: Petro también ha dicho que usted es peligroso para Colombia, que es un fascista…
R.H.: No sé qué será para él fascista. ¿Será fascista un ingeniero pobre, venido del matrimonio de Luis y Cecilia, que se ponían chocatos (alpargatas) y que vivían en la pobreza? Que difícilmente me pudieron educar en Bogotá para que yo fuera ingeniero civil, que me puse a trabajar con el mercado. Nunca he sido funcionario público, aparte de los 44 meses y 16 días de la Alcaldía. Si eso es ser fascista, pues, sí, soy fascista. Lo que soy es un trabajador berraquísimo. Cuando estaba empezando, trabajaba de dos de la mañana a seis de la tarde sin descanso. Media horita o menos de almuerzo. Eso me permitió generar una acumulación de capital.
V.D.: Petro ha recordado en público que usted le dio una bofetada a un concejal y que amenazó a un cliente, en una llamada telefónica, “con pegarle un tiro”...
R.H.: La pelea con el concejal, reconozco, estuvo mal. Pedí excusas a Colombia, a los concejales y al agredido, que fue John Claro. Han dicho que peleé con un cliente, y sí. ¿Saben qué hacía? Dañaba las instalaciones hidráulicas para tener excusas de no pagar la hipoteca. Es un sinvergüenza, él le tocó pagar porque lo ejecutamos. Ese era pariente, la esposa de él era mi prima hermana. Entonces, imagínese, ayudando a los parientes resulté clavado con una joyita como esa.
V.D.: Petro lo llama “imputado”.
R.H.: Pues, sí, estoy imputado. Me metieron 200 demandas. De esas, prosperó una que dice que me interesé en un contrato para que una persona, que no conocía, se ganara 30 o 40 millones. ¿Quién entiende? Es simplemente el régimen. Quiero que sepan todos los ciudadanos: el fiscal me citaba a audiencia y pedía que la suspendieran porque no tenía pruebas. ¿Qué pruebas va a tener si no me robé un peso? Al contrario, no sé si sabe que todos los salarios que percibí, 1.192 millones de pesos, los dediqué a apoyar a los muchachos más pobres que estudiaban en los colegios municipales en primaria y bachillerato.
V.D.: Federico Gutiérrez anunció el voto por usted sin pedir nada a cambio. ¿Habló con él?
R.H.: Yo lo llamé…
V.D.: Y le agradeció.
R.H.: Pues, claro…
V.D.: ¿Y qué le dijo?
R.H.: Que le agradecía, que muy amable que él reconociera que ganamos en franca lid, me dijo que sí, que él no quería nada diferente a que la propuesta nuestra fuera en beneficio de todos los colombianos.
V.D.: Habló también con Sergio Fajardo. ¿Cómo le fue?
R.H.: Él tiene una mentalidad que respeto y no va a cambiar, esa es su personalidad. Él quiere que todo sea minucioso.
V.D.: Me contaron, entre otras cosas, que le pidió que hubiera negociación con el ELN y que no puede cerrar embajadas…
R.H.: Él hace observaciones con base en las recomendaciones de su pareja, la doctora María Ángela Holguín, quien fue ocho años canciller del Gobierno Santos. Él hizo unas observaciones y las vamos a mirar. Si hay argumentos válidos que me hagan reflexionar, corrijo. Ni bobo que fuera. Pero donde tenga razón, en el ahorro del gasto público, me defiendo porque quiero ser el intérprete fiel de los colombianos.
V.D.: A usted la fórmula de la primera vuelta le dio resultados. ¿Está dispuesto a cambiar cosas?
R.H.: No vamos a cambiar. No puedo cambiar lo que funciona.
V.D.: Fajardo también le exigió no decretar la conmoción interior para expedir los decretos que usted tiene listos en caso de que gane la presidencia.
R.H.: Eso es cierto, tengo que revisar. Siempre el cambio genera resistencia. Si esa observación del doctor Fajardo tiene la razón, la compartimos y la comunicamos a nuestros electores. Si vemos que él no tiene la razón, me da mucha pena, pero seguimos. La gente quiere que hagamos un ahorro tremendo del despilfarro burocrático, de plata que es de los pobres. Los pobres están abandonados, totalmente arruinados, aguantando hambre.
V.D.: La otra cosa que pidió Fajardo es que haya cero trato con el uribismo.
R.H.: Tengo que recibir votos de donde vengan, lo que no puedo es recibir instrucciones del uribismo, porque el uribismo perdió el domingo pasado.
V.D.: Pero Fajardo también perdió…
R.H.: Sí, también perdió.
V.D.: Y sacó solo 800.000 votos, una cifra muy modesta.
R.H.: Sí, y allá todos los que se reunieron sacaron 5 millones de votos, entonces, ¿qué tengo que hacer? Analizar si esa solicitud de Fajardo mejora las condiciones de vida de los colombianos. ¿Cómo voy a pretender, por capricho mío, no atender? Si sus solicitudes deterioran la vida de los colombianos, le digo que no. Y ya.
V.D.: Usted ha dicho que no va a hacer alianzas…
R.H.: No recibo a politiqueros y atracadores, que representan a una masa de votantes que son víctimas de una ilusión que no se puede concretar. Eso no lo hago. No voy a traicionar los intereses de ninguno de los colombianos. Todos están invitados, pero no cambio el discurso.
V.D.: Incluso, Fajardo tiene menos de 800.000 votos para negociar, porque ya miles se han ido a donde Petro.
R.H.: Seguro. A mí no me interesan cuántos votos ponga ni nada, a mí lo que me interesa es la filosofía para gobernar.
V.D.: Cuando dicen que Rodolfo Hernández es el Donald Trump colombiano, ¿eso le importa?
R.H.: Eso no me importa. Me da risa. Imagínese: soy un limosnero al lado de Trump. ¿Cómo voy a preocuparme? Simplemente, si para el universo y los críticos Trump fue un factor de mejoramiento de condiciones de vida de los americanos, y por eso me comparan, yo feliz. Lo importante es lo que haga en beneficio de los más pobres en Colombia.
V.D.: ¿Es cierto que Petro le ofreció la vicepresidencia?
R.H.: Él me ofreció cielo y tierra.
V.D.: ¿Pero por qué en ese momento sí y ahora no? ¿Qué le ofreció? Empecemos por ahí.
R.H.: Él siempre fue a las reuniones con Gloria Flórez Schneider, que es de aquí, es amiga mía, la quiero. Fui a las reuniones con Gustavo, con gusto, no lo conocía. La primera fue como distante y fría. Las otras fueron muy cordiales. Él me pidió: “Rodolfo, tráigame los que le hacen la comunicación: a Hugo y a Guillermo”. Los llevé, hicimos el almuerzo, fui con mi hijo Rodolfo José. Un almuerzo delicioso de comida criolla. Y tengo entendido, no pregunté: fue donde una viuda del M-19, en el barrio Nueva Santafé, y almorzamos rico, sabroso, y hablamos. Yo no tengo ninguna mala imagen de Petro.
V.D.: ¿Qué le decía Petro en esos encuentros?
R.H.: Él decía: “Usted y yo somos invencibles”.
V.D.: ¿Y por qué usted ahí no era “corrupto”, “uribista”, “fascista” o “adorador de Hitler” y demás?
R.H.: Bueno, porque allá está Benedetti, que le da casquillo. Voy a decir una cosa, que de pronto no sé si le guste a Colombia. Creo que él es un hombre bueno, pero tiene unas joyitas que llevó, creyendo que con eso me ganaba, a desprestigiar, a levantar falsos testimonios. La gente ha rechazado eso.
V.D.: ¿A usted no vamos a verlo contestándole grosero a Petro ni nada de esas cosas? No lo va a insultar…
R.H.: No, porque creo que él está asustado y motivado por pasiones que no vale la pena que le conteste. ¿Para qué me desgasto en eso? A mí lo que me interesa es convocar a mínimo 12 o 15 millones de colombianos para que voten por mí y tener un mandato claro. Eso es lo que necesitamos. No la agresión, con eso no gana el pobre. El pobre gana es con la buena administración de la chequera.
V.D.: ¿Cómo van esas amenazas en su contra que lo tenían preocupado?
R.H.: La verdad no volvieron a insistir. Hay una entidad en el Estado que se llama Unidad Nacional de Protección (UNP) y me han atendido demasiado. He rechazado un poco porque veo que es exagerado. Y no me volvieron a amenazar.
V.D.: ¿Pero qué era lo que le estaban haciendo?
R.H.: Me llamaban, insultaban, mandaban flores, sufragios, coronas. Era para asustarme, a ver si me retiraba.
V.D.: Sus contradictores usaron unas declaraciones suyas con respecto a su esposa y ahora dicen que usted es misógino y que no quiere que las mujeres trabajen, que solo críen hijos. ¿Qué les dice a las que están ofendidas?
R.H.: Les quiero decir: no paren bolas, miren lo que hice en la Alcaldía de Bucaramanga. De tres cargos directivos, dos eran mujeres. Eso es contundente, es un hecho real. Las mujeres son más trabajadoras, más concentradas, tienen más reservas morales, más de todo, eficientes y eficaces. Eso es lo que digo. Ahora me sacaron de contexto. Ese no es Petro. Son esos vergajos que tiene al lado que le dicen: “Dígale esto o aquello para desvirtuar su opinión”. Lo que pasa es que estos politiqueros quieren desprestigiarme con cosas que las sacan de contexto.
V.D.: Entonces, ¿Rodolfo Hernández es misógino?
R.H.: Cero.
V.D.: ¿Es un tipo que no quiere que las mujeres trabajen en Colombia?
R.H.: Cero.
V.D.: ¿Desprecia a las mujeres?
R.H.: Pero no le digo, Vicky…
V.D.: Pero contésteme…
R.H.: Cero…
V.D.: ¿Todas esas cosas que han dicho de usted le hacen daño?
R.H.: La gente ya no cree en eso.
V.D.: ¿No?
R.H.: No…
V.D.: ¿Cree que los ataques de Petro y de sus militantes no le hacen daño?
R.H.: Me generan más votos. No les creen ya porque es basado en mentiras. La gente, cuando se da cuenta, se va en contra de ellos.
V.D.: Si usted es presidente, ¿qué pasaría con Petro?
R.H.: Que se vaya para la oposición. Es lo mejor para la democracia. Esa vigilancia de la oposición, como la puede hacer Gustavo, es buenísima para la democracia. Bienvenida la oposición en mi gobierno de todos los que perdieron.
V.D.: Usted ganó en Vichada. ¿Qué le dice a la gente de ese departamento?
R.H.: (Risas). A mí me da risa que hicieron un escándalo con lo del Vichada. Como gané allá, me voy a concentrar, y míreme bien la cara, en generarles agua potable, alcantarillado de aguas negras y colectores, plantas de tratamiento de aguas negras, de lodos activados y rayos ultravioleta. Y vamos a concentrarnos en activar la agricultura para generar trabajo y bienestar. Bienvenidos todos los que me atacaron por lo que dije. Mire en dónde va, resultó positivo para ellos y para mí. Me votaron todos. Voy a ir antes del 19 de junio a agradecerles y a decirles que mi compromiso con ellos es total.
V.D.: Cuando le dicen “Rodolfo, el viejito”, ¿le choca?
R.H.: No, pues, imagínese, tengo 77 años, pero la energía de los de 60. No como unos que son unas petacas, llenos de pereza, les gano en todo. Entonces, para mí, que me digan viejito. Yo lo gozo. Díganme más viejito que ahí voy.
V.D.: Pero muchos le dicen “viejito” de cariño…
R.H.: Sí, y hay otros que lo hacen para sacarse el clavo y desprestigiarme.
V.D.: Petro lo invitó a un acuerdo nacional antes de la segunda vuelta. ¿Se va a sentar con él? ¿Van a hacer un acuerdo o a metros?
R.H.: Voy a estudiar bien y le vamos a contestar, tal vez por Twitter. Le agradezco la invitación de hacer un gobierno de convergencia, pero el que gana tiene consecuencias. No puedo ganar y renunciar a ese efecto, de poner en marcha el proyecto que le hemos propuesto a los colombianos.
V.D.: Parece que, si gana, le gustaría más tener a Petro de opositor que de aliado.
R.H.: Es que él es un mago de la oposición, y lo hace bien, pues que lo siga haciendo bien y me vigile.
V.D.: ¿Se va a quedar viviendo en Bucaramanga si gana?
R.H.: No (Risas). Ya compré una choza (risas) en Bogotá.
V.D.: Dicen que el apartamento es bacano…
R.H.: Muy bueno. Mire la confianza que he tenido. Lo compré hace siete meses, estoy convencido de que voy a ganar. Ojalá no se me dañe esa aspiración en los últimos días. Compré un apartamento porque creo que los colombianos no tienen por qué pagarme a mí la comida y la vivienda.
V.D.: O sea, ¿usted va a pagar su comida, su gasolina?
R.H.: Todo…
V.D.: ¿Todo?
R.H.: Si me pagan 40 millones de pesos de sueldo, ¿por qué los colombianos me tienen que seguir dando de comer, pagándome el carro, la gasolina, el tinto, la gaseosa, todo? Eso se tiene que acabar.
V.D.: Pero usted ya dijo que va a donar su salario...
R.H.: Sí. Lo vamos a invertir en la muchachada más pobre de Colombia. Ya sea en becas, transporte, comida, dotación o matrícula.
V.D.: Algunos del Pacto Histórico lo quieren obligar a ir a los debates presidenciales. ¿Lo pueden hacer?
R.H.: A nadie lo pueden obligar a nada. No voy a ir y no es porque le tenga miedo a Petro. Lo que pasa es que creo, honestamente, que usted no puede, en un minuto y medio o dos minutos, explicar problemas como los de la corrupción o hablar de educación y salud. Acepto todos los debates, cara a cara, con los que me quieran invitar, como lo he hecho.
V.D.: ¿Qué va a hacer con el Congreso si es presidente?
R.H.: Nada. El Congreso sigue ahí.
V.D.: ¿Pero en materia de gasto?
R.H.: Eso sí, les vamos a quitar tanto privilegio injustificado. Vamos a recortar todo lo exótico.
V.D.: ¿Cómo qué?
R.H.: Por ejemplo, ¿cómo se les ocurre que los colombianos tengan que pagarles camionetas a unos congresistas que ganan 40 millones y trabajan seis meses al año? Gasolina, celulares, viajes internacionales, eso es una ‘platanera’. Y vamos a trasladar esa platica del ahorro a los muchachos que tienen acreencias con el Icetex.
V.D.: ¿Va a arreglar con Nicolás Maduro o no?
R.H.: No tengo nada que ver con Maduro, él tiene que ver es con los venezolanos. Lo que voy a abrir son las relaciones consulares y diplomáticas. ¿Cómo es posible que pelean los políticos y ponen a sufrir a los pobres? Eso no puede ser.
V.D.: O sea, usted no sería íntimo amigo de Maduro…
R.H.: No. Los venezolanos tienen que mirar qué hacen con Maduro y los colombianos tienen que mirar qué hacemos con el presidente que elijan. Las mejores relaciones internacionales son no meterse con el vecino, ni él conmigo, ni yo con ellos. Es lo que tenemos que hacer.
V.D.: Es clave el tema de las embajadas. Usted ha dicho que va a cerrar una cantidad de embajadas y consulados que, a su juicio, no sirven. ¿Se mantiene en eso?
R.H.: Claro, seguramente habrá que revisar algunas. Pero en el fondo hay un pocotón de embajadas que no hacen nada. Son jubiladeros de politiqueros que se quemaron y que eligieron al presidente. Viven en casas de 3 millones de dólares, a costillas de los más pobres. Eso se tiene que acabar. Y esa platica va para los deudores del Icetex y a un fondo de potencialización de generación de profesores de alta calidad. Hoy no tienen eso los muchachos, que porque no hay con qué pagarles a los profesores…
V.D.: O sea, va a proteger a los profesores, a mejorar sus condiciones si gana las elecciones.
R.H.: Claro…
V.D.: Y va a proteger el estudio de los muchachos y empezaría por algo crítico que es el Icetex.
R.H.: Claro. Imagínese a un muchacho pobre que sale de la universidad, no consigue trabajo, porque estos politiqueros acabaron con la producción, entonces no hay demanda de profesionales. Entonces, los agarran y les hacen procesos ejecutivos pa quitarle la casa al fiador, al que hizo la garantía hipotecaria, los agarran y los aprietan.
V.D.: Si gana, ¿sigue pensando en recortar la mayoría de aviones de la Casa de Nariño y quedarse con uno solamente?
R.H.: Claro. Estuve en el aeropuerto El Dorado averiguando cómo se hace y cuánto vale un avión bueno para el presidente con capacidad intercontinental, para vender toda esa montonera de aviones, incluidos helicópteros. El presidente gasta 4.250 millones al día, es una sinvergüencería. Vamos a mirar cómo bajamos eso, diría que al 10 por ciento, gastar 400 millones al día y me parece muy exagerado.
V.D.: ¿Cumplirá con los acuerdos de paz con las Farc?
R.H.: Sí, y ese es uno de mis sentimientos, ganando la presidencia de la república, de veras implementar, no mamar más gallo. Se burlaron de los acuerdos, que tienen rango constitucional, se creó la justicia especial para la paz, eso vale un platal a cargo de todos los colombianos.
V.D.: ¿Pero cómo hacer para que ellos cumplan también? No han reparado, no han dicho la verdad y menos han pagado por todos sus crímenes…
R.H.: No puedo exigir que me cumplan cuando yo no cumplo. Entonces, voy a cumplir para que ellos cumplan, y ahí sí los llamamos y los confrontamos con la opinión nacional.
V.D.: No tiene congresistas. ¿Cómo va a hacer para que le aprueben las reformas que quiere hacer si gana la presidencia?
R.H.: Facilísimo…
V.D.: ¿Cómo?
R.H.: Lo mismo que hice en la Alcaldía con los concejales. ¿Qué es lo qué hay que hacer? Decirle la verdad a la gente. Quiero ver cuál politiquero se para a decir que no quiere aprobar los ahorros y que esa plata vaya para el Icetex. Todos van a decir que sí.
V.D.: Y si le dicen que no, ¿qué hace?
R.H.: Pues los confronto democráticamente y saco las fotos de los senadores o representantes y digo: miren a estos vergajos que no quieren aprobar el ahorro que vamos a hacer, que no es más impuestos ni endeudamiento. Aquí, en Bucaramanga, había 19 concejales en contra mía y me aprobaron todo cuando los confrontaba.
V.D.: ¿Sería efectivo?
R.H.: Lo que pasa es que nadie los confronta porque el presidente, por lo general, llega hipotecado a ejercer el poder, mientras los diferentes partidos lo aprietan y lo someten, y él no es presidente de la república, es el presidente de esa especie de comité. Yo no tengo esa carga.
V.D.: Hablé con su mamá, ¿cómo le parece?
R.H.: Muy bueno (risas).
V.D.: Me contó que usted es de genio volado.
R.H.: Ni tanto.
V.D.: ¿Cómo va a moderar el carácter?
R.H.: No, lo que pasa es que soy preciso, concreto, no soy zalamero, soy sincero, y creo que eso es lo que le conviene a Colombia. No soy un hipócrita, un manipulador, un simulador, no soy así. Y creo que, por eso, Colombia me está votando. Confíen en mí.
V.D.: ¿Se va a dejar criticar de la prensa si lo critican en algún momento?
R.H.: Todo lo que quiera.
V.D.: ¿Va a ser tolerante?
R.H.: La prensa tendrá la libertad de decir todo lo que quiera, pero me tienen que demostrar lo que afirman. Si van a hacer afirmaciones totalmente mentirosas, yo tengo derecho a la réplica.
V.D.: ¿Cómo sería su relación con Estados Unidos?
R.H.: Hace unos meses me llamó el embajador a una reunión y me advirtieron que era de 40 minutos. ¿Sabe cuánto duró? Tres horas. Se concentró en la droga, y creo que la única manera de acabar con la cocaína no es con plomo, es con instrumentos capitalistas. Aquí llevamos 30 años echando plomo. ¿Quién pone los muertos? Los colombianos. ¿Quiénes son los muertos? Los pobres.
V.D.: ¿Qué le propuso al embajador?
R.H.: Le dije: mientras que ustedes sigan allá consumiendo droga, aquí producen. Mientras haya demanda, acá hay oferta. ¿Y cómo se acaba la demanda? Reconociendo que los consumidores de droga son enfermos y el Estado debe atenderlos. Así nadie vuelve a comprar droga y los productores se quiebran y se acabó el comercio. En el mundo todavía no quieren acabar con la droga por las vías capitalistas. Esa es la única manera.
V.D.: O sea, la legalización…
R.H.: Hay que legalizar eso. Todo lo prohibido genera más demanda y más precio.
V.D.: ¿Algún día consumió droga?
R.H.: Nunca. Nunca me fumé ni un cigarrillo.
V.D.: ¿Le ofrecieron alguna vez?
R.H.: No, es que usted está pensando que soy un niño …
V.D.: (Risas) No…
R.H.: La niña es usted.
V.D.: (Risas) Gracias…
R.H.: Soy un viejo, cuando eso qué droga, pero trago sí. Yo tomé trago, pero no todos los días. Me tomaba mis cervecitas, tenía mi noviecita, íbamos a bailar a la Tropibomba, en Bogotá, y acá había una discoteca que se llamaba El Pulpo. Los que son de Bucaramanga me entenderán. Pero yo, la verdad, he sido un hombre de costumbres sanas.
V.D.: ¿Y era buen bailarín?
R.H.: Uy, yo era un arrecho pa bailar.
V.D.: ¿De verdad?
R.H.: Mejor dicho, más que usted, que es de Buga. Yo iba a Juanchito.
V.D.: ¿Le gustaba bailar salsa dura?
R.H.: Dura, y todavía…
V.D.: ¿Todavía baila?
R.H.: Ahora que ganemos la presidencia, nos pegamos una bailada los dos.
V.D.: (Risas). ¿Qué piensa de que Timochenko y su gente apoyen a Petro?
R.H.: Ellos tienen toda la libertad de apoyar a quien quieran. Si ellos creen que Petro es la solución a los problemas de Colombia, pues que voten por Petro. Mi compromiso no es con Timochenko o con Petro, es con los colombianos que quieran que yo maneje la chequera.
V.D.: ¿Qué ha cambiado desde el día en que pasó a segunda vuelta? ¿Lo están llamando más?
R.H.: Vicky, ahorita resultaron un pocotón de aparecidos, llevaban 40 años sin llamarme. Y ahora me dicen que votaron por mí, que me van a ayudar. Yo les agradezco a todos. Pero eso simplemente es una farsa. ¿Qué persiguen? Conseguir un acercamiento conmigo y muy seguramente los que son mayores quieren que le meta un hijo al Gobierno. No vamos a poner a amigos míos, ni a familiares, ni a mi mamá, ni a mis hijos, ni a mis compañeros de estudio. Solo a gente competitiva que agregue valor. Colombia no puede seguir con nepotismos. Esa es una manera de corrupción descarada.
V.D.: ¿Le han llegado muchas hojas de vida?
R.H.: Muchísimas, es impresionante.
V.D.: A usted, como es todo sincerote, se lo pregunto: ¿le están lambiendo por todos lados?
R.H.: Me lamben así (gestos), todo el día en eso. Pues yo los recibo, es la angustia de la gente. Como no crece la economía, todo el mundo quiere trabajar con el Estado. Ya no pagan tan mal. Algunos no trabajan, llegan a las nueve y se van a las tres de la tarde. Conmigo no.
V.D.: ¿Se compromete a no robar?
R.H.: A no robar, no mentir, no traicionar a mis electores y a hacer una modificación para que los políticos ladrones que ya robaron, como los Aguilar, terminen realmente en la cárcel. Eso es una sinvergüencería. Lo roban todo y los mandan pa la casa, pa el club, pa guarniciones militares. Mientras que a un hombrecito que se roba una gallina lo meten en el peor patio. ¿Cómo así? Estos políticos los vamos a coger realmente a que respondan por lo que hicieron contra el patrimonio público.
V.D.: ¿Está arrepentido de haberle echado la madre al presidente al otro día?
R.H.: Yo creo que de pronto sí. Eso no es trascendente. Que la gente diga qué calificativo merece una persona por la que votaron 10 millones de colombianos y mire lo que hizo.
V.D.: ¿Va a seguir haciendo tiktoks?
R.H.: Todos los que sean necesarios.
V.D.: ¿Y qué piensa cuando le dicen que es el rey del tiktok?
R.H.: Me siento feliz, porque eso lo reciben los muchachos.
V.D.: Ya debe saberse las canciones de J Balvin, de Maluma y de Karol G…
R.H.: No me sé las canciones, pero sí la interpretación de la emoción de todo ese público joven a través del tiktok.
V.D.: Petro ha dicho que no aprobará un solo contrato nuevo de exploración de petróleo a partir del primer día de su gobierno. ¿Usted haría lo mismo?
R.H.: Eso es paja. Usted no puede parar una explotación petrolera sin tener con qué compensar el faltante fiscal. Eso es mentira. Lo que hay que hacer es un plan de sustitución de energía de carbón con energía limpia: sol, eólica y filo de agua. Si eso se hace bien, en 10 o 12 años podemos tener casi la totalidad de la energía del carbón convertida en la generación de sol y eólica. Eso es un programa, eso no es un decreto ni un capricho.
V.D.: Petro aseguró que usted le copió el plan energético.
R.H.: Bueno, es que la solución es un genérico, entonces nadie le puede copiar un genérico. Es como decir que yo estoy copiando la suma o la multiplicación, eso es un genérico de la humanidad. Cómo se resuelve eso. Así él crea que es el papá de eso, eso es mentira, eso está inventado.
V.D.: Petro también ha dicho que acabará con el Esmad. ¿Usted?
R.H.: No, no me pongo a acabar con el Esmad. Acabo es con las causas por las cuales el presidente o los alcaldes lo utilizan. Los muchachos piden educación de alta calidad y gratuita y trabajo; y el Gobierno no para bolas. El descontento termina en explosión.
V.D.: Petro se fue a una notaría y prometió que no va a expropiar. ¿Cómo le pareció?
R.H.: Bueno, quiere decir que él siente que ya no le creen. Le toca ir a la notaría y poner de testigo al notario. ¿Qué es expropiar? Es quitarle el ahorro a una familia que hizo un esfuerzo económico de acumulación de capital en una finca, una casita. Pero a Petro, desafortunadamente, por ponerse a decir todas esas cosas, ya no le creen. Y repito: eso es Benedetti y Roy, que son dizque los ideólogos de Petro. Lo van a llevar a la tumba política porque los colombianos se mamaron de tener ese peligro de que él haga lo que los colombianos de ningún estrato social económico quieren que haga.
V.D.: ¿Qué les dice a los empresarios? ¿Que inviertan, que no se vayan, que no tengan miedo?
R.H.: Conmigo la van a pasar muy bien los empresarios. Primero, vamos a tener unas reglas concretas y claras. Quisiera que el sector privado lograra una alianza sólida con el sector público. Que pongan a alguien para que los represente y veamos cómo, juntos, vamos a sacar adelante este país. Muchos empresarios se me han quejado del Invima.
V.D.: ¿Qué le han dicho?
R.H.: En el Invima hay un pocotón de bandidos que el presidente sabe que existen y no hace nada, pidiendo coimas para aprobar licencias de inspección o de trámite o de aprobación de medicamentos o cualquier actividad comercial que necesite esa aprobación. ¿Cómo es posible que usted quiera trabajar y toque pedir un permiso al Invima y duren hasta tres años extorsionando?
V.D.: Lo que está diciendo es muy grave…
R.H.: Sí, y les quiero decir desde ya, y mírenme bien la cara, señores del Invima, si siguen en ese tema, apenas gane la presidencia, como al parecer va a ser, porque no tengo ganado nada, eso se acaba. No podemos seguir extorsionando a los trabajadores que tienen riesgo, están en el capitalismo, la libre competencia, y someterlos a unos funcionarios públicos ladrones y atracadores que están extorsionando al sector productivo. ¿Cómo así que duran un año entregando una licencia que puede ser de un día para otro? Me voy para allá, a donde está el gerente del Invima, a ver qué es lo que pasa, y vamos a auscultar y a investigar. Los vamos a denunciar, no vamos a dejarlos allá quietos y que pasen de agache. Son unos sinvergüenzas. Ese Invima tiene un senador y un representante, unos políticos que son los que ponen los funcionarios públicos. Eso se va a acabar. No les voy a permitir que el Invima paralice la producción nacional.
V.D.: Deme nombres de ministros.
R.H.: William Ospina, el escritor, ministro de Cultura.
V.D.: Quién más.
R.H.: El otro es Félix Jaimes Asprilla. Él sería el de Transporte e Infraestructura.
V.D.: ¿Defensa y Justicia?
R.H.: Hay una corrupción tremenda en Defensa. Eso es una porquería. ¿Sabe cuánto gastan? 145.000 millones diarios vale el Ministerio de Defensa, más el 5 por ciento de la contratación de Colombia. Las informaciones que tengo son supremamente graves sobre el funcionamiento del gasto público allá. Allá me tienen que responder los que están autorizando el gasto en contravía de toda esa gentecita pobre que vive con un dólar, y a ellos ya no les cabe un sancocho más.
V.D.: Entonces, ¿cuál es el perfil de la ministra o ministro de Defensa?
R.H.: No puede ser un burócrata, ahí montado en un carro Mercedes-Benz, con blindaje 5, con 40 guardaespaldas, en contravía, sin ver la angustia de los más pobres. Eso se va a acabar. Están haciendo toda esa pilatuna, robándose la gasolina, tenemos información de que se roban un millón de galones al año. Que vayan yéndose de ahí, porque no voy a comer cuento, y parece como una utopía, una contradicción, pero que esos ladrones recen pa que yo no gane…
V.D.: El Ministerio de Hacienda es más que clave. ¿En quién ha pensado?
R.H.: Para eso se necesita saber sumar y restar. Mire a Mauricio Cárdenas Santamaría, estudió en la Javeriana, luego se fue para la Universidad de Londres, luego se fue para Stanford, luego para Oxford, luego a Cambridge, luego a MIT y mire el cochinal que dejó: 275.000 millones diarios de interés. La profesión de él era ser ministro, o sea que esos yupis nos han quebrado, porque han utilizado una filosofía que está mandada a recoger.
V.D.: ¿Pero, entonces, no va a poner un yupi?
R.H.: Hay un pocotón de ‘ricononones’ y 22 millones de limosneros.
V.D.: ¿Va a poner un yupi o no?
R.H.: No. Voy a poner uno que sepa sumar y restar.
V.D.: ¿Qué va a hacer con los bancos?
R.H.: Los bancos son necesarísimos en una economía. ¿Pero cómo es posible que usted gasta y le cobran al 30 por ciento? Eso es expropiativo. Les sacan el corazón, el alma y la sangre. Yo digo que los bancos no pueden prestar más al triple del DTF. Quiero que me desvirtúen esa filosofía, he hablado con los principales banqueros. Quiero que les vaya bien, pero vamos a ver cuál es el argumento para cobrar más del triple del DTF. Si me convencen, lo haré saber a todos los colombianos a través de las conferencias de prensa diarias que vamos a hacer. O, si no, les meto una cosa que se llama competencia. Aquí hay 22 bancos, en Estados Unidos hay 8.000. Tengo créditos en un banco en Estados Unidos y por un apartamento que compré me cobran al 2 por ciento y aquí al 12 por ciento, seis veces más.
V.D.: ¿Y las pensiones? Usted sabe que ha sido un tema muy polémico en esta campaña…
R.H.: Sí. El ahorro que ha hecho un ciudadano es propio. ¿Cómo le voy a quitar eso para meterlo a los flujos, para pagar o repagar pensiones que el Estado tiene que pagar con el presupuesto nacional? El dinero que hay en Colpensiones y los fondos privados lo tengo que respetar. Todos los colombianos tienen derechos adquiridos. Y tenemos que mirar cómo vamos a hacer de ahora en adelante, un nuevo horizonte, un nuevo amanecer, y esto debe ser concertado con todos los colombianos. Pero no es quitándoles los 360 billones de pesos que tienen ahorrados los colombianos en los fondos como se soluciona el problema. Eso no se necesita, eso es paja. Si cogen esa plata y la meten al Estado, que es lo que van a hacer, a los dos, tres años, no hay ni un peso, acaban con todo. Petro está equivocado.
V.D.: ¿Por qué?
R.H.: Él va a hacer una expropiación como en Argentina. Allá arruinaron a todo el mundo. El Estado es un devorador de plata que nunca responde por nada y todo lo gasta, todo lo consume. No se puede atentar contra el patrimonio privado, no estoy de acuerdo. Ahí verán los colombianos si se le miden a aprobar eso, ya es responsabilidad de la conciencia de cada uno. Cuando estén frente a las urnas, si ustedes son víctimas de su propio invento, pues sufran las consecuencias.
V.D.: ¿Qué piensa al ver tanto santista que ha aterrizado en la campaña de Petro, y eso que a usted ahora le dicen uribista?
R.H.: Eso sí ya es decisión de los santistas que quieren apoyar a Petro. Creo que el uribismo tuvo una época. El primer gobierno de Uribe, honestamente, creo que fue bueno. El segundo fue malo. El que pretendieron como tercero, peor. El que hizo Santos, peor, y el de Duque, peor imposible. Mire el desastre.
V.D.: ¿Tiene algunos miedos?
R.H.: ¿Miedo de qué? Lo que tengo a esta hora, casi 7:00 p. m., es sueño.
V.D.: ¿A qué hora se acuesta a dormir?
R.H.: A las 7:00 p. m.
V.D.: De razón ya está con los ojos empiyamados…
R.H.: Y me levanto a las 4:15 a. m.
V.D.: ¿Piensa en la muerte o no?
R.H.: Pienso que la muerte es parte de la vida. Yo ya he hecho de todo, la muerte es simplemente un sueño eterno, delicioso.
V.D.: Ahí uno no se tiene que preocupar por elecciones ni nada...
R.H.: (Risas). Ni por la declaración de renta.
V.D.: Si es presidente, ¿buscaría reelegirse?
R.H.: No. Eso me parece cambiar las reglas de juego, eso es asqueroso, es engañar a la comunidad.
V.D.: Por ejemplo, Santos prohibió la reelección, pero primero se reeligió él…
R.H.: Pero no le salió tan bien. Eso es malo, cambiarles las reglas de juego a los ciudadanos para beneficiarse. Me parece que es traicionar los intereses de los electores.
V.D.: ¿Rezandero o no?
R.H.: No, soy católico, pero no todos los días voy a la iglesia.
V.D.: ¿Dios le está haciendo un milagrito en estas elecciones?
R.H.: Pues Dios, como soy tan bueno, sí me está ayudando.
V.D.: ¿Al fin dónde será su posesión si gana las elecciones?
R.H.: Estábamos pensando en Río Quito, en el Chocó. Tiene 1.000 habitantes. Escuche esto tan vergonzoso: 998 de sus habitantes viven con un dólar. Eso es la miseria. No hay acueducto, no hay alcantarillado, no hay energía, eso es una locura. Posesionarme allá es una opción. Entonces, estoy pidiendo la cotización de cuánto vale. Lo que ellos dicen, por mi seguridad, es que costaría 10.000 millones de pesos todo el aparato burocrático.
V.D.: Entonces, ¿si es así, no va?
R.H.: Cero.
V.D.: ¿Cuál es la otra opción?
R.H.: En mi pueblo, en Piedecuesta, en el Concejo, que es gratis. Van mi mamá, mi esposa, Socorro, mis hijos, el presidente del Senado y yo. Gratis.
V.D.: ¿No llevaría lagartos?
R.H.: Cero. Porque todos esos hipopótamos, lagartijas, lagartos, lambones que llegan allá simplemente es para pedir puestos en la diplomacia, pedir puestos en los altos cargos. Esos son los que se han tirado a Colombia. No le jalo a eso. Salgo de ahí, no les doy ni agua, y me voy para la finca.
V.D.: ¿Con sus 15 amigos?
R.H.: Sí, y nos ponemos ahí a tomar unas cervezas, y ya.
V.D.: Oiga, ¿y habría invitación para presidentes de otros países a la posesión?
R.H.: Cero. Eso pa qué. Si ustedes, los medios de comunicación, al instante, ya lo están informando al planeta Tierra, y gratis. Entonces, para qué gastar plata en invitados.
V.D.: ¿Pero a nosotros los periodistas sí nos va a invitar? Venimos por nuestra propia cuenta
R.H.: Ah, no, ustedes van allá, pero yo no les doy ni café (risas).
V.D.: (Risas). Mejor hábleles a los colombianos, ¿cuál es su mensaje?
R.H.: Colombianos: ustedes tienen ahora una opción de cambio. Lo que está en juego es cómo va a ser ese cambio. El que propone Petro, con Roy Barreras, Armando Benedetti y Piedad Córdoba, o el que propone Rodolfo Hernández, gerenciando a Colombia. Me comprometo, colombianos, y mírenme bien la cara, a no robar, no mentir, no traicionar y a hacer una modificación del Código Penal y del Código de Procedimiento Penal para que todos estos políticos ladrones que nos tienen en la ruina realmente reciban un castigo en una cárcel. Y a no tener condescendencia con ladrones que nos han traicionado. Yo soy ingeniero civil, tengo 77 años, quiero trabajar por Colombia, ustedes construirán el futuro. Acuérdense, vamos a votar con la conciencia, con la inteligencia y lleven tres cosas: la cédula, la memoria, para que no se les olvide lo que nos han hecho estos politiqueros ladrones, y la conciencia, porque usted no puede engañarla. Nos vemos el 19 de junio, a las seis de la tarde, que esperamos que estén consolidados los datos del registrador, en quien confío.
V.D.: ¿Duerme con piyama o sin piyama?
R.H.: Con piyama, empeloto no (risas). ¿Usted duerme empelota?
V.D.: No, no, señor (risas).
R.H.: (Risas).
V.D.: ¿Es machista o no?
R.H.: De pronto, sí, porque me crie en un ambiente machista, pero lo he venido corrigiendo.
V.D.: ¿Lucha contra eso?
R.H.: Claro. Tengo una esposa que vive jodiendo con eso, excúseme la palabra, pero he mejorado muchísimo. Pero, colombianos, perdónenme eso, pero me crie en eso, eso fue lo que aprendí, el machismo, y el machismo es desastroso para las relaciones con la comunidad y también con la esposa. Ahora, dijo mi mujer, soy un merengue, o sea, una persona muy dulce.